Williams, de Gran Hermano: su vida en un pueblo de 20 habitantes, el sueño que persigue y qué dijo su novia sobre su “desliz” en la casa
El último eliminado del reality conversó con LA NACIÓN acerca de su historia, el deseo que tiene para su futuro y las ganas de volver a ingresar al juego en caso de que haya un repechaje
- 6 minutos de lectura'
Se llama Williams López, pero todos lo conocen como ‘el Paisa’. Por su historia de vida y su humildad, era uno de los favoritos de Gran Hermano, el exitoso reality de Telefe. Sin embargo, algunas actitudes de la última semana lo dejaron afuera de la casa. En una charla con LA NACION, el Paisa cuenta cómo es su vida en un pueblo de apenas 20 habitantes, habla de sus anhelos, de la familia que quiere formar con su novia Martina y asegura que se tiene fe en el repechaje y que se imagina finalista. Dice que está muy triste porque no quería quedar afuera de Gran Hermano, sino que pretendía disfrutar un poco más del juego.
-¿Por qué creés que te dejaron afuera del juego?
-Hubo algunos problemas con Furia y con Cata. Pero prefiero no hablar de eso.
-No gustó la reacción a la cachetada de Furia...
-Sí, reaccioné mal. Pero adentro todo es un quilombo. Quizá yo guardaba y guardaba cosas y uno es como una piñata, explota. Y exploté ahí.
-Eras uno de los favoritos cuando ingresaste a la casa, ¿sabías?
-No pierdo las esperanzas porque cuando haya repechaje, ahí voy a estar. Me encantaría ganar y no sé si se dará, pero me veo finalista. Quiero que la gente sepa cómo soy, de dónde vengo, y busco tener una vida mejor. No estoy desconforme con la que tengo, tampoco.
-¿Cuál es tu balance de estas tres semanas en el reality?
-No me quedo con los malos momentos, es algo que no me gustaría guardarlos. El balance es positivo porque conocí a los chicos, sus vidas. No alcancé a conocer a todos, pero hice una linda amistad con Alan, Denisse, Sabrina y Lucía, que fue la que me recibió y quien me cuidaba. Era el más chico de la casa...
-¿Cómo era tu vida antes de entrar a Gran hermano?
-Tengo 20 años y nací en Perugorria, un pueblito de Corrientes. Cuando tenía un año nos mudamos a Benito Juárez, en la provincia de Buenos Aires, porque mi viejo consiguió trabajo ahí. Después lo echaron y nos volvimos a Corrientes. Estuvimos dos años y fuimos a parar a Tandil. A partir de ahí nos mudamos varias veces, por el trabajo de mi papá. Y hace nueve años que vivo en Santa Luisa, a 55 km de Olavarría, un pueblo de 20 habitantes. Y son uno mejor que el otro; ahí están mis amigos, compañeros de secundaria, toda gente buena.
-¿Cómo es la vida en un pueblo de 20 habitantes? ¿Es cierto que “en pueblo chico, el infierno es grande”?
-(Risas) Sí, es cierto porque los chismes corren. Pero eso es normal. Hay tranquilidad, paz, amor. Tiene una salita, escuela primera, secundaria y jardín de infantes, una estación de servicio y un negocio para comprar lo del día, yerba, azúcar, pan. Para todo lo demás hay que ir a Olavarría. Paso los fines de semana con mis amigos, o inclusive en la semana capaz a veces nos visitamos, después del trabajo. Charlamos, tomamos mate, nos reímos.
-¿Y cómo es tu familia?
-Mi papá, Christian, trabaja en el campo y mi mamá, Marina, es ama de casa y atiende a mis hermanos. Kevin es el mayor y ya se fue de casa y vive en Tandil, trabaja en una fábrica. Axel va a la escuela secundaria, a tercer año, y Xiomara entró a primer año del secundario.
-¿Qué dijeron tus papás cuando les dijiste que entrabas a Gran hermano?
-Mi mamá se puso a llorar de la emoción, porque es muy fan. Y mi papá también me abrazó. Yo veía el programa si llegaba temprano del trabajo; me gustaban Coti porque es correntina como yo, Nacho y Marcos, que sabía que iba a llegar a la final.
-Vos te habías ido de tu casa y volviste, ¿por qué?
-A los 18 me vine a trabajar a Buenos Aires, cerca de Pilar, como petisero de caballos de polo. Después trabajé en una estancia durante casi un año, luego en otra estancia. Pero me salió una hernia inguinal y no podía hacer fuerza ni muchos trabajos, y me despidieron. Entonces tuve que volver a la casa de mis padres; me operaron dos meses antes de entrar a la casa. Ahora estoy bien, aunque a veces tengo alguna molestia.
-¿Cómo es un día en tu vida?
-Me levanto temprano, tomo unos mates, busco mi caballo, lo ensilo y salgo. A veces espero las órdenes y voy adonde necesitan; tengo que recorrer el campo, ver que los molinos estén llenos, que no les falte agua ni alimento a los animales, mirar que todos estén bien y ocuparme si hay alguno que está lastimado o enfermo. Después vuelvo a casa, me baño y a cenar. A veces trabajo en la manga, que son corrales donde encierran a los animales y ahí hay que hacer de todo: marcarlos, vacunarlos, desparasitarlos.
-¿Todavía querés estudiar veterinaria?
-Siempre fue mi sueño. Pero mis padres no podían bancarme la carrera y me tocó ir a trabajar. No me quejo. Si tengo la oportunidad, me gustaría estudiar.
-¿Y te interesa trabajar en los medios?
-Hice streaming con la Tora y Nacho y me interesó mucho. Si eso no se da, voy a estudiar. Con los chicos dijimos de hacer algo de eso cuando estemos todos fuera de la casa. Por ahora, sé que el fin de semana vuelvo a ver a mi familia.
-¿Qué te dijo tu novia cuando saliste de la casa?
-Está todo bien con Martina. Hablamos, le expliqué que nunca pasó nada con Cata, tuve un momento de calentura, pero nunca me fui de boca y siempre hubo respeto. Entendió y me apoya en el caso de que haya una segunda oportunidad.
-¿Cómo se conocieron?
-Íbamos al secundario, la conozco desde hace nueve años. Hace dos años y tres meses que estamos juntos. Yo quiero formar mi familia con mi novia; la tengo en un pedestal. Estudia diseño gráfico en Olavarría y más adelante pensamos en ir a vivir juntos. No casarnos todavía porque los dos somos muy jóvenes.
-Las bombachas, las alpargatas y la boina fueron tu impronta en Gran hermano, ¿es tu ropa habitual?
-Sí. De lunes a lunes estoy así. Capaz me pongo algún jean y zapatillas si voy a cenar con mi novia, o en alguna salida. Y la boina la tengo todo el tiempo, desde que me levanto hasta que me acuesto. Si no la tengo, me siento desnudo (risas). Siempre lo vi a mi viejo así y yo quería ser como él.
Temas
Otras noticias de Gran Hermano 2023
Más leídas de Personajes
"El dolor fue real”. Denzel Washington: su cambio físico, la ayuda que recibió de Lenny Kravitz y una impensada confesión
In fraganti. Paul Mescal: amores, coqueteos y conquistas de un Gladiador
Elogios, abrazos y un “piquito”. El celebrado reencuentro de Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, a 27 años del estreno de Titanic
En fotos. De la sonrisa de Celeste Cid a la salida familiar de María Susini en la avant premier de Wicked