Whitney Houston y Bobby Brown, una relación plagada de mentiras, golpes y excesos
Estuvieron juntos casi 15 años y fueron protagonistas de uno de los romances más turbulentos de las últimas décadas
Cuando Withney Elizabeth Houston nació, aquel 9 de agosto de 1963, en Los Ángeles, su vida ya estaba signada. Las mujeres de su familia compartían un gran amor que, en la mayoría de los casos, las llevó a la gloria: su madre era la cantante de soul Cissy Houston y una de sus primas Dee Dee Warwick, la otra, Dionne Warwick y su madrina, nada menos que Aretha Franklin.
A nadie extrañó, entonces, que la pequeña comenzara a estudiar música a la temprana edad de 4 años. En ese tiempo, ya cantaba en el coro de su iglesia. En 1978 participó del disco de su madre, Think It Over, y comenzó a trabajar como corista de artistas reconocidos. Unos años más tarde, se probaría como modelo, pero no fue hasta que el presidente de Arista Records, Clive Davis, la descubrió cantando en un club nocturno que su vida cambiaría para siempre. La pequeña Whitney seguiría el legado familiar, pero también haría historia.
En ascenso
Su primer álbum, Whitney Houston, salió a la venta en 1985. Con sus casi 30 millones de copias vendidas en todo el mundo, se convirtió en el disco debut de una artista femenina más vendido de la historia. No hubo tiempo de aclimatarse: la joven, de 22 años, ya era una estrella y debía comportarse como tal, grabar videos para que rotaran en MTV y salir de gira.
Mientras sus primeros hits ("Saving All My Love For You", "You Give Good Love", "How Will I Know" y "Greatest Love Of All") sonaban una y otra vez y la gente comenzaba a relacionar su extraordinaria voz con su precioso rostro, otra mujer de color reinaba en la escena musical gracias a su fuerza incontenible y a su increíble capacidad de resiliencia y autosuperación: Tina Turner. Pero si Tina había tenido que dejar atrás un pasado amoroso de abusos y maltratos para conseguir un lugar de privilegio dentro del mundo del espectáculo, Whitney terminaría recorriendo el camino inverso.
Al exitoso debut, le siguieron Whitney (1987) y I'm your baby tonight, que cimentaron su popularidad. Entonces, alguien consideró que era momento de llevar su carrera un paso más allá, y ella estuvo de acuerdo.
Con la película El guardaespaldas, Houston redobló sus créditos como artistas. Ee cierto que la película romántica que la unió a Kevin Costner en 1992 recibió muy malas críticas, pero al público poco le importó y la convirtió en uno de los éxitos del año, con una recaudación que superó los 410 millones de dólares en el mundo. Y su banda sonora no sólo se convirtió en la más vendida de la historia, sino que dos de sus composiciones consiguieron ser nominadas a los premios Oscar en el rubro canción del año. El galardón, de todos modos, se lo terminó quedando "A whole new world", de la animada Aladdin.
El ocaso de una estrella
Whitney no pudo estar presente en la entrega porque acababa de convertirse en madre de Bobbi Kristina Brown, su primera hija. Un tiempo antes, se había casado con el artista de hip-hop Bobby Brown. Se habían conocido en la entrega de los Soul Train Music Awards, en 1989, y lo que comenzó como una amistad terminó convirtiéndose en una pasión incontrolable que los llevó en varias ocasiones a las tapas de las revistas, con la palabra "escándalo" como fiel compañera.
Pero había otra palabra que rondaba desde el inicio de la relación en los titulares: "drogas". De hecho, Brown reveló tiempo más tarde que aquella romántica noche, antes de la fiesta por la que pasaron invitados como Donald Trump y Gloria Estefan, vio por primera vez a Whitney tomando cocaína. A pesar de su "inocente" descargo, todo el entorno de la cantante no tardó en señalar que el músico era una mala influencia en la vida de Houston.
Ya en aquel tiempo, los medios daban cuenta de las peleas de la pareja y sobrevolaba la versión de que las adicciones estaban haciendo mella en ellos. Todo empeoró un año después, cuando luego de haber anunciado que estaba nuevamente embarazada, la cantante perdió su embarazo. A partir de ese momento, todo fue en caída libre. Las cancelaciones comenzaron a sucederse, las apariciones de Whitney en la tele fueron cada vez más espaciadas y desde los medios se comenzó a hacer referencia a su mal aspecto, algo que años atrás hubiese sido impensado.
En 1996, Bobby Brown era arrestado tras un accidente por conducir bajo los efectos del alcohol en Georgia. Tiempo después se declaraba culpable y pasaba 8 días en prisión. Era uno de los numerosísimos arrestos relacionados con el consumo de sustancias que se sucederían en su vida.
Los platos rotos
El primer signo de violencia física fue retratado por los paparazzi en 1997, en la isla de Capri. Mientras veraneaban allí, las cámaras captaron a Whitney llegando a una clínica con un profundo corte en su mejilla izquierda. La cantante se limitó a contar que habían chocado con una roca mientras viajaban en auto. Pero su manager, con la idea de reforzar la idea de que la convivencia matrimonial era armónica y pacífica, dio otra versión: que Houston había tropezado y caído con su rostro contra un plato que terminó rompiéndose y lastimándola.
Estas versiones cruzadas obligaron a la cantante a salir a enfrentar los rumores, que cada vez eran más fuertes, sobre el abuso del que estaba siendo víctima. "Mi marido nunca me golpeó ni me fue infiel", dijo en aquel entonces, pero nadie le creyó.
Otro fantasma que sobrevoló a Houston durante toda su carrera fue el supuesto romance que mantuvo durante largos años con su asistente y amiga personal Robyn Crawford. Ella se hizo eco del asunto en 1993 cuando, embarazada de Bobbi Kristina, lanzó el corte "I'm every woman", una suerte de poco feliz respuesta a esas versiones.
Los rumores indicaban que Bobby Brown estaba al tanto de la relación y que, de algún modo, la avalaba. Sin embargo, la tensión entre el marido y la supuesta amante de Whitney se volvió tan grande que, en 1999, Crawford decidió alejarse definitivamente. Ese fue un golpe durísimo para la cantante y, según cuenta, la estocada final en su espiral de adicciones.
A es altura, Houston era una mala versión de aquella chica que había conquistado al mundo a fuerza de talento, belleza y simpatía. El éxito comenzó a serle esquivo al tiempo que su nombre estaba cada vez más relacionado a los excesos y el escándalo.
Flaca, fané y descangallada
Si su marido había sido apresado en varias oportunidades por consumo de alcohol y drogas, Whitney no hizo más que seguir sus pasos. A comienzos de 2000 una noticia no hizo más que retratar el extraño momento que estaba atravesando. Guardias de seguridad del aeropuerto de Hawai encontraron entre las pertenencias de la pareja 15,2 gramos de marihuana. Esta vez, los dos pudieron escapar, subiéndose al avión antes de ser detenidos.
Sólo unos meses después, Bobby Brown comenzaba su condena de 65 días por haber violado su libertad condicional, luego de su condena de 1996. Al salir, allí estaba ella, su mujer, esperándolo con los brazos literalmente abiertos, y los paparazzi lograron inmortalizar esa imagen que se convirtió en una metáfora de lo que estaban viviendo. El sabía que ella siempre estaría ahí, esperándolo, pasara lo que pasara.
En 2001, Whitney volvía a ser noticia al participar de un show homenaje a su amigo Michael Jackson. Los medios no se centraron en su performance sino en su extrema delgadez. Su representante, otra vez, intentó aclarar en vano la situación, explicando que estaba muy estresada debido a problemas familiares. Ella también lo intentó: "Soy del tipo de personas que si tuvo un día en el que fue un manojo de nervios o que está viviendo una mala semana, no come. Alguna gente puede comer como si nada pasara, yo no. Y eso se nota en mi estructura física".
Un año más tarde, la cantante se sinceraría por primera vez. En una entrevista reveló que consumía marihuana y cocaína, pero negó a su vez que se haya convertido en adicta al crack. "Dejemos algo en claro: el crack es barato. Yo gano demasiado dinero como para consumir eso", aseguró con altanería.
La cadena de confesiones no terminó allí. En 2003, la cantante llamó al 911 para denunciar que su esposo la había golpeado. Al acudir al hogar de la pareja, los agentes encontraron a Whitney con un corte en su labio superior y moretones en su rostro.
Aunque finalmente ella decidió no presentar cargos, Brown fue condenado por amenazas y agresión física. Su salida de los tribunales regaló otra imagen que los medios usaron hasta el hartazgo: su esposa estaba allí, junto a él, tomada de su brazo.
Miserias televisadas
Mientras Brown encaraba una nueva condena de 90 días por haber violado, otra vez, su libertad condicional, Houston decidió internarse por primera vez en una clínica de rehabilitación. Cinco días después, la cantante huía de la reclusión por no soportar el encierro, pero solo un año después debió ser internada nuevamente durante dos meses, esta vez por la fuerza.
Ya en 2005, en el ocaso de la carrera de ambos, aceptaron ser las estrellas de un nuevo reality, Being Bobby Brown, que retrataba la vida cotidiana del músico y su familia. El público, ávido de ser testigo de las miserias que habían sido escondidas hasta ese momento bajo siete llaves, acompañó cada uno de los once episodios, pero la crítica destrozó al programa.
Tras muchísimos rumores de infidelidades a lo largo de casi 15 años de matrimonio, en septiembre de 2006 Whitney Houston se separó legalmente de Bobby Brown. Estaba harta, exhausta, intoxicada.
En enero él, había contado a la revista People: “No importa lo que diga la gente, estamos aquí y vamos a estar juntos mucho tiempo". Ella, en cambio, siempre había sabido que sólo contaba consigo misma. "Cuando decidí que quería ser una cantante, mi madre me advirtió que iba a estar mucho tiempo sola. Básicamente, todos lo estamos. La soledad viene con la vida", había reflexionado Houston alguna vez.
El divorcio se hizo efectivo el 24 de abril de 2007, y la cantante se quedó con la custodia de su hija, Bobbi Kristina. Así terminaba una historia de pasión, infidelidad, golpes, excesos y maltrato. Desde ese momento, no hubo lugar en la vida de la cantante para otro hombre.
Finales anunciados
En 2009, tras editar el disco I look to you, Houston emprendió una gira mundial que dejó un muy mal sabor. En un principio, se mostró recuperada y en forma, pero poco a poco se la vio perdida en el escenario, desafinada y casi sin voz. Un concierto en Londres con la gente retirándose indignada del 02 Arena y otro en Brisbane, Australia, marcaron los puntos más bajo de las presentaciones; su manager debió salir a explicar que la cantante sufría de una infección respiratoria, aunque todos sabían que se trataba de otra cosa.
Retirada de la escena, la cantante hizo esporádicas apariciones públicas, al tiempo que se anunció que ingresaría al estudio para trabajar en su próximo disco. En 2012, estaba previsto que hiciera una presentación en la fiesta previa a la entrega de los Grammy, junto a sus colegas Brandy Norwood y Monica Arnold, siempre alentada por su histórico productor, Clive Davis. Pero el final no fue feliz.
El 11 de febrero, horas antes del show,la cantante murió ahogada en su bañera, luego de haber perdido el perdido el conocimiento. Así lo dictaminaron los resultados de la autopsia, que dieron cuenta de una enfermedad cardíaca crónica y la influencia de metabolitos de cocaína en el organismo de Houston como desencadenantes de su deceso. Tenía apenas 48 años.
Tres años después, la única hija de Houston y Brown, Bobbi Kristina, falleció en similares circunstancias: tras ser encontrada inconsciente, sumergida en una bañera, la joven permaneció 6 meses internada en coma y con un daño cerebral irreversible que la llevó a la muerte .
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