En diálogo con LA NACION, la actriz y panelista de Intrusos habla de su presente laboral, de su reciente maternidad y de su relación con el vehemente economista liberal
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Llegó a Buenos Aires desde su Corrientes natal gracias a un casting para Bailando por un sueño, en el año 2007. Su idea, en aquel momento, era disfrutar de esa experiencia para luego volver a su tierra y seguir con sus estudios de Economía.
Pero Virginia Gallardo se quedó e hizo un profuso camino en teatro y televisión. Hoy en día no solo es una de las panelistas de Intrusos en el Espectáculo, por América TV, sino que también se acaba de sumar Sex, viví tu experiencia, la exitosa obra de José María Muscari en el Gorritti Art Center.
En diálogo con LA NACION, la actriz y bailarina habla de su presente laboral, del colecho con su hija Martina, de dos años, a la que todavía amamanta, y revela que hace un tiempo tomó clases de Economía con Javier Milei.
-¿Cómo te sentís como panelista? Muchas veces te tocó estar del otro lado, escuchando qué dicen de vos y ahora hablás de tus colegas. ¿Te incomoda?
-Le tuve mucho miedo cuando me lo propusieron justamente por todo eso, hasta que entendí que puedo proponer otra mirada porque también fui protagonista y entiendo la profesión desde otro lugar. Trato de ser respetuosa, empática y mostrar otros puntos de vista. Obvio que es incómodo, pero intento darle la vuelta más allá de los nombres propios. No sé si lo hago bien o mal, pero me siento cómoda. Estoy viviendo un gran presente y lo que puedo destacar de ambos trabajos es el equipo, las ganas, la experiencia, la trayectoria de mis compañeros. Todos tiramos para el mismo lado. Y por otra parte tengo lindas propuestas que no puedo develar todavía, pero tienen que ver con cine y series. Cosas que hice a lo largo de mi vida y que había dejado de lado para priorizar mi maternidad. Mi hija fue muy buscada, yo trabajo desde muy chica y no me quería perder este momento personal. Y me tocó volver con todo.
-El año pasado Rodrigo Lussich y Adrián Pallares conducían Intrusos y en febrero se hizo cargo Flor de la V, ¿cómo viviste esos cambios?
-El año pasado fue fuerte. Rodrigo es más jodón, me sentí muy cómoda, como en casa. Y con Flor también porque fuimos compañeras en el teatro y enseguida supe que iba a estar bien porque la conozco como profesional, conozco su garra, su entrega. Aprendo todos los días.
-Y cuando te convocaron de Sex, ¿qué fue lo primero que pensaste?
-Cuando fui a ver el espectáculo quedé enamorada, flasheada porque me pareció una genialidad hablar de algo tan cotidiano en la vida de todos. No esperaba que me llamaran y menos tan pronto. Fue todo muy repentino porque entré a reemplazar a Noelia Marzol que está embarazada y se tomó un par de meses. Ahora ella vuelve y va a estar jueves y viernes, y yo los sábados y domingos. Fue una sorpresa, y como no tenía mucho tiempo para pensarlo, no lo dudé. Es un lugar en el que quiero estar. Realmente estoy muy contenta.
-Hacía tiempo que no bailabas, ¿cómo te sentís sobre el escenario con esa propuesta tan osada?
-Tuve apenas tres días para ensayar y adaptamos un poco mi participación porque Noe dejó la vara muy alta. Además, fui mamá en plena pandemia y hacía tiempo que no bailaba porque en los últimos años le dediqué más tiempo a otras cosas y no tanto a entrenar y bailar. Pero el cuerpo tiene memoria. Además, hay mucho compañerismo, es un grupo humano lindísimo, permisivo y atento a lo que se puede y lo qué no. Así que fue cuestión de adaptarnos. De entrada me sentí muy cómoda y la devolución del público es maravillosa. Siempre fui muy transgresora, y me parece que suma ir por más. Creo que vamos hacia una sociedad mejor en todo sentido y está bueno el mensaje de ser libres, de disfrutar de nuestro cuerpo y de nuestro sexo en la medida en que te sientas cómoda. Todo está muy bien logrado en ese teatro que es mágico que es 360° y no te dan los ojos para mirar. Celebro Sex.
Maternidad y algo más
-¿Cómo fue la experiencia de ser mamá en plena pandemia? ¿Te costó volver a trabajar?
-Tengo un Dios aparte porque fui mamá en plena pandemia, en mayo del 2020, y estuve muchos meses guardada en casa, dedicada a mi hija. Volver no me costó nada porque en una situación normal una mamá lo hace a los tres meses y yo, a los ocho o nueve de mi beba. La pude disfrutar al máximo, no tuve que dejar de lado nada. El año pasado, cuando me sumé a Intrusos, ya estaba para volver. Y además vivo muy cerca del canal, puse una persona que me ayudara a maquillarme y peinarme en casa y al principio solo iba para el vivo, y así nos fuimos acomodando con mi marido. Hacia Intrusos de día y de noche durante algunos meses y después tuve un programa propio los fines de semana y todo fue muy positivo.
-¿Cómo es Martina? ¿Qué les gusta hacer juntas?
-Es muy compañera. Soy una mamá babosa, mi bebe es lo más. Nos reímos, jugamos, cantamos, bailamos. Mi casa es un gran playroom y hay peluches, juguetes, juegos y música todo el día. Y ella lo disfruta. Dormimos juntas desde el primer día.
-¿Sos pro colecho?
-Sí, totalmente. Dormimos los tres juntos desde el primer día y todavía le doy teta. No es su comida principal, claro, pero es un mimo. Me ha pasado estar fuera de casa más de lo previsto y ella no lo sufre y eso me da tranquilidad. Y cuando llego, viene corriendo con una felicidad enorme a abrazarme y a prenderse de la teta. No tengo necesidad de sacársela, la hace feliz a ella y a mí también, por supuesto. Imagino que sola ya va a dejar.
-¿Cómo conociste a tu marido, Martín Rojas?
-Martín y su familia tienen una empresa de turismo estudiantil y tienen hoteles en Carlos Paz, donde yo estaba haciendo temporada. Fui a hacer una nota a ese hotel y nos conocimos. Volví varias veces a hacer más notas y al tiempo empezamos una relación.
-¿Volvés seguido a Corrientes?
-Cada vez que puedo porque toda mi familia está allá y muchos amigos. Por suerte ellos también vienen. Vine a Buenos Aires en el 2007 por un casting del Bailando por un sueño. Pensé que iba a probar y volvía, pero me quedé. Estudiaba ciencias económicas.
Milei, el profe de economía
-¿Y alguna vez pensaste en retomar esa carrera?
-En Polémica en el bar, en América, hicieron que retome esa pasión porque me interesa y porque quería estar a la altura con los invitados y con los temas de actualidad. Me fascina y volví a conectarme con lo mío. Y tomé un par de clases con Milei.
.¿Tomaste clases de economía con Javier Milei?
-Sí (ríe). Milei empezó yendo como invitado a Polémica y, más allá de las banderas políticas, me parece un estudioso. Le propuse tomar clases porque tenía ganas de retomar y automáticamente me dijo que sí, así que nos encontramos todas las mañanas, durante un tiempo. No era candidato todavía sino un loco lindo. Me parece un hombre que sabe, con el que podés estar de acuerdo, o no. Quizá son cuestionables sus formas. Yo conocí otra versión de Milei fuera de las cámaras y alguna vez lo he defendido porque lo considero una buena persona, y un gran hombre, pero no me quiero meter ahí. Traté de direccionarlo en ciertos aspectos televisivos que no le suman, pero es su forma de ser y de actuar y es más fuerte que él también. Es un hombre estudioso y esas peleas mediáticas a veces hacen que no se vea lo importante, que es su saber. Como profesor me pareció un gran maestro, muy claro, muy paciente. Fue una gran experiencia.
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