Cuando ¡Hola! publicó como primicia las fotos de Victoria Saravia (25) caminando por las calles de Milán junto a Diego Forlán (32), la primera llamada que recibió fue la de su madre, Rosario Delgado. ''Estaba un poco enojada y me preguntó: ‘Victoria, ¿qué hacés en Milán si vos tenías que estar en Ibiza? ¿¡Y qué hacés junto a Diego Forlán?!´'', cuenta Vito -como la llaman sus íntimos- riéndose, sentada sobre un banco verde inglés en el palco principal del Hipódromo de Maroñas, en Montevideo. ''No le había contado a nadie que me estaba viendo con Diego, ni siquiera a mamá. Y eso que me llevo bárbaro'', aclara con otra gran sonrisa y esos ojos tan lindos y rasgados.
Victoria había pasado los últimos tres meses viajando por Europa. El primer destino fue París, donde hizo un shooting fotográfico para el catálogo de una marca española. Y cuando terminó de trabajar, se encontró con su madre, quien recién desembarcaba de un crucero por las islas griegas. ''Desde hacía diez años no viajábamos juntas; fue una experiencia lindísima'', relata. Desde París, la modelo viajó a Ibiza para reunirse con un grupo de amigos argentinos. Y allí, mientras disfrutaba del final del verano europeo, Victoria cambió su destino. En lugar de volver a Buenos Aires decidió hacer una escala en Milán para visitar a una amiga suya que está embarazada.
Cuando Diego Forlán, quien recién se estaba instalando en la ciudad después de su pase del Atlético de Madrid al Inter y se recuperaba tras su separación de Zaira Nara (23), leyó en el chat de su BlackBerry que la ''ubicación actual'' de Vito era Milán, no dudó en invitarla a almorzar. ''Con Diego nos conocemos desde hace años porque frecuentábamos el mismo grupo social de Montevideo. Volvimos a encontrarnos durante la Copa América, y ahí intercambiamos teléfonos y empezamos a charlar'', cuenta Victoria. Después del almuerzo, Diego la invitó a cenar. Las citas continuaron con románticos paseos por la ciudad y, finalmente, una foto de ellos besándose desató los rumores sobre la nueva relación. ''Nunca había pasado nada entre nosotros hasta que nos encontramos en Milán'', aclara Victoria.
-¿Cómo definís tu relación con Diego?
-Recién nos estamos conociendo, hace tan sólo un mes que empezó todo esto. No estamos de novios ni vivimos un romance, vamos paso a paso. Es mucho más simple de lo que parece: sólo somos dos personas solteras que nos estamos empezando a ver… Quizá no lo vea nunca más, o lo siga viendo, quizá Diego se enamore de mí, quizá no. Tal vez yo me enamore de Diego… Por el momento estoy pasándola muy bien.
-¿Qué es lo que te gusta y atrae de él?
-Es muy caballero, lindo, simpático, exitoso, divertido y parece más tímido de lo que es en realidad. También es totalmente diferente a los jugadores de fútbol, porque Diego fue criado en una familia de mucho nivel, jugó tenis toda su vida, estudió siempre y es muy culto. Igual, yo tengo que ser muy racional; él hace poco terminó una relación en la que estuvo a punto de casarse… Además, él vive en Italia y yo en Argentina. Aparte, hoy estoy totalmente abocada a mi trabajo. Si después viene un tema del corazón, veremos cómo se da y qué pasa.
-¿Te habían dicho antes que sos muy parecida a Zaira Nara?
-No, sinceramente al detalle no me veo parecida. Quizá tengamos un estilo similar. Igual, no me molesta que me comparen porque Zaira es bellísima y muy simpática. Eso sí, no me gusta que digan que vengo a reemplazarla porque no es cierto.
-¿Qué comparten con Diego?
-Creo que lo más fuerte que tenemos en común es que los dos atravesamos una historia familiar dramática. El, con el trágico accidente de su hermana Alejandra, y yo con la muerte de papá a mis 12 años. [Su padre, Villanueva Saravia Pinto, era intendente de Cerro Largo, tataranieto del caudillo Aparicio Saravia, fundador del Partido Blanco. El 12 de agosto de 1998 lo mataron en circunstancias dudosas, y todavía hoy la justicia no ha esclarecido el crimen.] Cuando Diego se vio envuelto en todo lo que pasó con Zaira, jamás salió a dar explicaciones: con todo lo que vivió sabía que eso era algo secundario. Una vez me dijo: ''El día que aprendas a vivir con lo que sos y hacés, no va a importarte lo que el otro tenga para decir, y así vas a poder disfrutar más la vida''. Y casualmente es lo que me decía mi mamá cuando asesinaron a mi papá a los 33 años. Me explicó que iba a escuchar muchas mentiras y que sólo mi fortaleza iba a ayudarme a no desviarme de mi camino.
-¿Cómo te cambió la muerte de tu padre?
-Fue muy duro. Yo era muy chica. Me tocó afrontar su asesinato con toda la prensa en la puerta de mi casa diciendo mentiras, como que se había suicidado por una mujer. Desde chiquita tuve que aprender a crecer con eso. Por suerte, mi mamá siempre me apoyó y me ayudó mucho, somos muy unidas.
-Cuando terminaste el colegio te fuiste a vivir sola a Montevideo. ¿Te costó la adaptación?
-No. Además, al faltarme mi papá yo ya tenía mi herencia, los campos, las casas y los departamentos que desde que cumplí 18 años los administro. Gracias a mi madre, que me enseñó a cuidar la plata, siempre fui muy centrada y llevé la misma vida. Hasta el día de hoy no tengo un auto, porque espero comprármelo con lo que gane trabajando. Quiero tener mi herencia en stand by para el día que verdaderamente tenga un proyecto en el que invertir.
-¿Tuviste algún novio?
-Sí, durante cinco años estuve con Carlos Bueno, un futbolista. Los últimos tres convivimos. Y a fin del año pasado terminamos la relación. Entonces, pensé: ''La próxima vez ni uruguayo ni futbolista''. Decidí que quería cambiar mi vida totalmente, estaba aburrida. Me fui a vivir a Argentina en marzo pasado. Si había estado de novia ¡desde los 14 años! Por eso, dije: ‘Quiero estar sola, disfrutar de mi vida y poder trabajar tranquila´''.
-¿Volverías a apostar por una relación a distancia?
-Depende de muchas cosas: yo a veces con mi ex a la distancia la pasaba mejor. Cuando nos veíamos era increíble y no teníamos el desgaste del día a día. Si soy consciente de que el trabajo me tiene separada de mi pareja, pero realmente estoy enamorada, creo que igualmente puedo llevarlo muy bien.
-¿Seguís creyendo en la necesidad de convivir antes del matrimonio?
-Ya no, el día que vuelva a vivir con alguien va a ser de casada. Al fin y al cabo te conocés durante cinco años y cuando te vas a casar ya te querés dejar porque llevás mucho tiempo en pareja. Entonces, no volvería a apostar por la convivencia.
-¿Creés en el amor para toda la vida?
-Me gustaría, pero no sé… Con cada novio que tuve sentí que iba a ser para siempre, que iba a casarme. Acá hay algo que quiero aclarar: con Carlos estuvimos comprometidos pero no teníamos fecha de boda. Ni me dejaron plantada en el altar ni yo dejé plantado a Carlos. Nos comprometimos por respeto hacia mi familia, que es muy conservadora y religiosa. Mi mamá quería que me quedara en Montevideo y terminara la facultad, que no me fuera a vivir a Europa con un jugador de fútbol. Pero bueno, yo soy un poquito más abierta.
-¿Cómo sos cuando te enamorás?
-Ahora creo que fui madurando y puedo sostener mis metas y separar los temas del corazón. Pero cuando me enamoro soy muy loca, cambio y soy capaz de dejar todo por amor.
Texto: Julia Talevi
Fotos: Paul Roger
Peinado y maquillaje: Daniel Ortega
Agradecimientos: Hipódromo de Montevideo
(maronas.com.uy), Benito Fernández, Fabián Zitta,
Desiderata, Oleana y Ricky Sarkany
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