Victoria Luengo, la actriz española que no encajaba con el perfil “exuberante”, pero sabía que iba a cumplir su sueño
La protagonista de la serie Reina roja habló con LA NACIÓN sobre los desafíos de su carrera, su nuevo proyecto y el especial personaje que interpreta; también contó algunos particulares momentos que vivió en rodajes
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Cuando le tocaba ir a sus primeras sesiones de fotos, a la actriz Victoria Luengo (hoy de 34 años) su madre le decía que se arreglara para destacar un poco más. Es que para triunfar como actriz en España, se suponía, debía ser una mujer exuberante. Ella no se sentía así, pero sabía que tenía otra cosa, un algo especial que la iba a ayudar a triunfar aunque no diera con el perfil más buscado por las productoras.
“Es que mi madre quería que me fuera bien, ¿no? Ella es supermaja y me decía ‘Victoria, yo creo que las actrices para ir a un photocall se visten como más...’. Quería que yo destacara más. ‘Mamá, déjame, yo voy a ir más lento, pero voy a llegar’, le decía yo”, dice en diálogo con LA NACIÓN Luengo, quien protagoniza la serie Reina roja, que se estrenó esta semana en Prime Video y ya está tercera en el ranking de las producciones más vistas de la plataforma.
Nacida en Palma de Mallorca en 1990, a los cuatro años se mudó con su familia a Barcelona. En la primaria comenzó a tomar clases extracurriculares de teatro y cuando se subió a un escenario por primera vez, supo que no lo quería dejar nunca más.
“Yo no encajo con el perfil que hace diez años se buscaba en España, un perfil de mujer muy exuberante, la mujer que cuando pasa por la calle tú te giras. Yo tengo otro tipo de perfil, y me costó un poco aceptarme para entender qué es lo que podía hacer y lo que quería vender”, remarca.
Hace unos días, Luengo recibió el premio Princesa de Girona Arte 2024, que destaca a jóvenes españoles que trabajan en las artes y las letras. En un acto presidido por la reina Letizia, la intérprete dijo: “Soy actriz desde que tengo 15 años, ser actriz me apasiona, es mi vocación y sueño, y puedo decir que lo he conseguido”.
Un moño, una “coleta” mal hecha y sin maquillaje
“La primera vez que fui a un casting estaba con un moño, una coleta mal hecha y sin maquillaje”, recuerda Luengo. Aun así, quedó seleccionada para el papel de Laia Urquijo en la serie Antidisturbios, en la que también actuó junto a Hovik Keuchkerian, su coprotagonista en Reina roja.
Consultada sobre qué es lo que siente que tiene, qué la hizo llegar hasta acá sin encajar con el estereotipo reinante, la actriz baja la mirada y algo tímida responde: “Pues no lo sé, es difícil hablar sobre una misma y contestar esta pregunta, pero lo que destacaría es el amor que tengo por el oficio y la seriedad con que me lo tomo. Y que no considero que el actor sea lo más importante de un proyecto, lo es más el trabajo en equipo. Somos la cara visible, pero no lo más importante”..
Antonia Scott, “una jodida loca”
“Sigue siendo una jodida loca, pero te cae bien”. Así describe a Antonia Scott su compañero, el detective Jon Gutiérrez (Keuchkerian), en una escena de Reina roja, adaptación de una novela best seller de Juan Gómez-Jurado (la primera de una trilogía).
Scott es una mujer de 34 años con un cociente intelectual superlativo, lo que le otorga poderes intuitivos extraordinarios a la hora de resolver crímenes. Ata cabos a tal velocidad que pareciera ser una médium, pero no lo es, es solamente muy inteligente. Sus hallazgos se deben a la pura lógica deductiva y una atención superdotada a los detalles.
La creación de su personaje
Para construir el personaje, Luengo se documentó sobre personas con alto cociente intelectual: “Leí tres libros que explicaban el día a día de personas con altas capacidades porque consideré que quería tratar este personaje con el respeto, la coherencia y la verdad que eso implica. “Me los recomendó una mujer que ha tenido mucho que ver con la creación de esta serie porque una de sus hijas tiene altas capacidades”.
Una de las características de Antonia Scott es que no soporta el contacto con otros debido a su alta sensibilidad en la piel, algo típico en personas con estas capacidades, según lo que investigó Luengo. Además de sus lecturas, la actriz conversó con gente que tienen estas características para construir su personaje. “Quedé con dos chicos que tenían estas capacidades, uno de ellos solo tenía altas capacidades y el otro tenía también un poco de autismo”, explica y asegura: “Me sirvió muchísimo hablar con ellos porque me pudieron contar cómo sentían las cosas, ya no solo a nivel de la inteligencia, sino que además tienen una gran sensibilidad. Me sirvió mucho para trabajar cómo percibían los sonidos, la luz, cómo les molestaban en el cuerpo las etiquetas, los picores. Me ha fascinado porque he aprendido mucho y me ha parecido muy bonito retratarlo”.
Accidentes y casi accidentes durante los rodajes
Durante la filmación de la película Suro, uno de sus trabajos más premiados (fue nominada a Mejor actriz en los Goya 2023 por su protagónico en este film), a Luengo le ocurrió un curioso accidente: la mordió un burro mientras sostenía una bolsa con apio en la mano, según contó en una entrevista con la revista ¡Hola! “En una secuencia en que yo tenía que acariciarle la cabeza, el burro se acercó y me mordió un pecho porque yo tenía una bolsa con apio y él se la quiso comer”, contó. “La verdad que me hizo bastante daño, pero todo acabó en un ataque de risa”, agregó.
Consultada sobre si en el rodaje de Reina roja sucedió algo parecido, quien responde es su coprotagonista, Keuchkerian, también presente en la entrevista con LA NACIÓN: “La secuencia que fue espectacular sucedió en el segundo día de rodaje”, rememora, citando una escena en un auto, en la que su personaje, el inspector Gutiérrez, por primera vez es testigo de que Scott sufre alucinaciones, algo que se le pasa si toma una pastilla. “Él percibe que algo le pasa, pero no entiende qué porque no ve los monos ni nada”, explica. (Las alucinaciones de Scott incluyen monos). Ella se baja de golpe del auto porque se da cuenta de que no tiene el pastillero con la medicina que le frena las alucinaciones. “Cuando grabamos esa secuencia, Victoria tenía que cruzar la Gran Vía corriendo, sin mirar a los lados, y los coches, manejados por los especialistas, tenían que venir y frenar. Hicieron tres tomas. En la segunda, el coche más cercano a nosotros quedó a esto (Keuchkerian marca una distancia ínfima con las manos), pero, ¡a esto! Ella ni se dio cuenta, estaba enfocada en correr pa’ lante, ¿sabes?”.
En un instante de complicidad y amistad similar a los que lograron encarnar en pantalla (la dupla protagoniza los momentos más cómicos y tiernos de la serie), Keuchkerian retoma lo que dijo su compañera respecto de no ser una mujer exuberante y la contradice: “Si Victoria Luengo pasa por la calle vestida como va hoy, yo te aseguro que me giro a mirarla”. Ella se ríe y lo abraza.
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