Verónica Lozano: "Si me tengo que meter en 'el barro', me meto"
Con mucha actualidad y humor, la conductora debuta con Cortá por Lozano, la nueva apuesta de Telefé para ganar la franja de la tarde
Verónica Lozano no necesita de una cámara ni de un auditorio para desplegar ese "toque" que la hizo salirse del montón. Histriónica, ocurrente, sincera y dueña de un gran sentido del humor, toma la palabra sin miedo y, por momentos, monta su propio y espontáneo show de stand up en un bar, a unos pocos metros de los estudios que Telefé posee en Martínez.
El lunes, a las 17.30, la mujer que durante una década hizo dupla con Leo Montero en AM: Antes del Mediodía, se probará con un magazine hecho a su medida. Cortá Por Lozano promete mezclar humor, famosos y actualidad en partes iguales, con un equipo de vistosos panelistas que secundarán a la anfitriona en su misión de entretener y, por supuesto, ganar la franja en la planilla de rating.
-Habías hecho el piloto hace un tiempo largo... ¿Dabas por perdido el proyecto?
-No, porque la comunicación con el canal siempre fue muy clara. Cuando el año pasado se pospone sin fecha certera, yo sigo contratada. Eso me halagaba mucho en cuanto a la intención del canal de mantenerme entre sus figuras. Me relajé. Tomás [Yankelevich, gerente de programación de Telefé] me manifestó que él sentía que no era el momento y yo entendí que estaba bien, por qué me iba a enroscar desde el lugar del capricho.
-¿Y cómo pensaste tu 2016 a partir de esa determinación?
-En ese momento estaba con lo de los vestidos, entonces ya estaba ocupada, mi cabeza estaba en un proyecto. Puse toda la energía que tenía para el programa en la colección cápsula que hice para Natalia Antolín.
-O sea que no se trató de poner la cara y nada más...
-No, me lo tomé muy en serio. Iba al taller todos los días, me ocupé de elegir los géneros... Obviamente, con los conocimientos de Natalia, de todas las chicas que trabajan con ella y que son lo más. Después puse mucha energía en cómo contar de qué se trataba lo que había hecho en Instagram, en las redes sociales, hice videos... Fue ponerme del otro lado del mostrador, producir, pedir. ¡Fui una pedidora! Todos los canjes los conseguí yo misma, llamando por teléfono.
-Lo del diseño, ¿es un proyecto a futuro?
-Por ahora estoy bien así. Soy más gallega, voy de a poco... Jorge [Rodríguez, su pareja] es más impulsivo y me dice: “Bueno, ahora tendrías que hacer esto y aquello”. Y la verdad es que no, que prefiero ir despacio. Estoy contenta y me funciona y yo soy de la idea de que si las cosas funcionan hay que continuar. Ya está armada la colección de invierno de vestidos de fiesta, de hecho.
-Volviendo al programa, ¿qué te atrajo de la idea de Cortá por Lozano?
-Primero, la posibilidad de tener trabajo en un medio que me encanta como es la tele. Después el desafío de estar en la conducción sola. Y después, que el grupo se armó como quise, sin sonar narcisista... La gente que está, es la que quiero que esté, no hay gente impuesta y me parece que es un grupo muy ecléctico.
-¿A quiénes convocaste para que te acompañen?
-Se me ocurrió llamar a Liliana López Foresi y ella aceptó. Me pareció tan encantadora esa vuelta, porque yo la veía de chica en el noticiero con esos aros y esa voz tan potente... Mauro Szeta también está, y Agustina Kämpfer, que es una mujer que también genera mucha polémica con sus vínculos amorosos, aunque ha sabido salir muy airosa de los cuestionamientos que se le han hecho. Es gente que tiene "texto", cosas para decir. A Paola Juárez la conocí fuera de la tele y me parece que también tiene mucho para dar, es sólida, trae noticias. Connie Ansaldi es la incorporación más reciente; en principio, ella va a estar a cargo de hablar del reality Despedida de Solteros. Estoy contenta porque a mí me estimula el trabajo y la construcción dentro del trabajo.
-Vos venís de 10 años de AM..., donde formaron una familia. La despedida fue de lo más emotiva, de hecho.
-¡Olvidate! Lloramos y todo, mientras los del canal desarmaban el árbol de Navidad, se llevaban un sillón... ¡Porque la televisión no tiene corazón! [Risas].
-¿Seguís en contacto con Leo Montero?
-Sí, nos vimos varias veces desde que terminó el programa. Salimos a comer, nos vemos para nuestros cumpleaños... Lo quiero mucho y estamos muy pendientes el uno del otro. Chusmeamos mucho cuando nos juntamos.
-Este vez vas a estar al mando de todo.
-Al mando de este loquero. Me genera mucha adrenalina, una cosa rara. Y la idea es que todos vayan encontrar su lugar.
-Tenés pinta de ser mediadora antes que conflictiva...
-Soy mediadora. Imaginate que en los 10 años de AM... ha pasado de todo. Todos quieren lucirse, por ahí hay un panelista que no habla y otro que habla demasiado, entonces tenés que mimar un poco a uno y pedirle piedad al otro. A mí me gusta que todos se luzcan.
-En Cortá por Lozano también vas a poner a prueba tu rol de psicóloga, ¿no?
-Sí, porque la idea es que cada invitado pase por el diván y tengo un momento de análisis medio bizarro, con la intervención de los panelistas. Y otra cosa que puede ser divertida es “Su consulta no molesta”, que es un grupo de Whastapp en el que la gente se presenta a través de un video y pide consejo sobre alguna situación determinada. Es una manera de incluir las nuevas tecnologías.
-Hablando de eso, mantenés una relación muy estrecha con las redes sociales.
-¡Sí! Y manejo todo yo, no tengo community manager.
-¿Cómo manejás ese límite entre lo público y lo que querés mantener en privado?
-Con sentido común. En Twitter entiendo que se trata de 140 caracteres y todo es más directo. Nunca sé muy bien si contestar, si ignorar... Me gusta mucho silenciar para que el boludo que agrede siga viendo mi vida hermosa, pero no me pueda decir nada, pero no bloqueo porque demasiados bloqueos debe tener en su vida, pobrecito... [Risas]. Me divierte mucho los que tienen el huevo como foto de perfil. Primero, para hablar, ponete una foto de perfil o hablame sólo en pascuas. Eso me genera mucha gracia.
-¿Y en Instagram?
-En Instagram, todo es felicidad, la foto linda, comentarios geniales aunque cada tanto aparece algún comentario fuera de lugar. “Eh, ¿por qué no comés? ¡Mirá esas rodillas de canario!”. Lo más gracioso es que después mirás el perfil y tiene el cartelito de “Ni una menos”, pero bueno... Se los borra. Y el Facebook es más masivo, la gente contesta a una publicación y te manda fotos de sus hijos, del perrito. Es otro público.
-Volviendo al programa, vas a competir con una novela india, ¿sabías?
-¡Me voy a poner el tercer ojo! [Risas].
-Pero, ¿te gusta el horario de la tarde?
-A mí me gusta más la mañana... Pero este horario tiene lo suyo, es como si fuera la vuelta, como en la radio. Hacés otra lectura sobre las noticias, puede haber una primicia que sea tapa de los diarios al día siguiente. Cuando algo no me cierra, primero me enojo porque soy un ser humano, pero después capitalizo, le encuentro lo positivo.
-¿No le vas a esquivar a los temas políticos?
-No, para nada. Si me tengo que meter en el barro, me meto. No tengo ese prurito que es mejor entrevistar a Estela de Carlotto que a un mediático. Obviamente hay personajes que me resultan más interesantes que otros, pero a la hora del show y de generar contenido... Hay épocas también. Ahora, en el verano, no pasa nada. Mirá que el tema de Federico Bal en el local de comidas rápidas pasó por todos lados, a todas horas. Y bueno, a mí por ahí se me ocurriría llevarlo al delirio, que venga uno disfrazado de hamburguesa, aunque no sé si todos se ríen con eso. Ahí me bajan a tierra y me dicen: “No, mejor hagamos un móvil”. Mi cabeza tiende al delirio.
-¿Nunca pensaste hacer algo más ficcionado y delirante?
-Es que hay un humor que a mí me causa gracia, pero no sé si a todos le genera gracia. Entonces, a la hora del PNT, no rinde. En AM... me divertía y me daban esos espacios, disfrazada de monja o poniéndome una peluca, pero es algo más espontáneo que guionado.
-En otras entrevistas, diste una opinión muy honesta acerca de por qué no querés tener más hijos y cuestionaste ese mandato que suele pesar sobre las mujeres.
-Yo creo que, a Dios gracias, todo ha evolucionado, y la maternidad también. Estábamos como "seteadas" con eso de que si no tenías hijos no estabas completa, no podías ser feliz. Incluso si vos me preguntabas a los 23 años, yo te decía: “Me caso a los 25 y voy a tener seis hijos: Walter, Jonathan, Jezabel, Laura, Analía y Clarita”. Eso no pasó, y llegué a los 36 soltera, sin el chip de “tengo un hijo como sea”. Respeto profundamente a quienes deciden congelar óvulos, las chicas que consiguen un donante para tener un hijo solas, los que adoptan, aún cuando el tema de la adopción esté muy complicado... Pero a mí no me pasaba.
-Pero te enamoraste de Jorge y algo cambió...
-Sí, y obviamente que la experiencia de ser mamá es maravillosa, y lo mejor que tengo en la vida es Antonia. Lo he transitado tan bonito y me gusta tanto estar con ella... Pero estoy bien así, y soy una apasionada del laburo. Cuando la tuve a Antonia, a los 20 días volví a laburar porque quise. Y Jorge, machista, me decía: “Qué horror, qué horror, 39 años esperaste para tener un hijo” y yo le decía: “Sí, quiero que me maquillen, quiero ser un ser humano y dejar de ser una teta o una pantufla”. Era plena época de la Gripe A y la gente andaba con el alcohol en gel, los barbijos... "¡La dulce espera, qué dulce espera, la paso como el ojete!", pensaba por dentro. Se están rompiendo mitos en eso.
-¿Qué es lo más lindo, lo que más te divierte de ser mamá?
-Es como meterte en un viaje que no sabés hacia conde vas. Mucho más cuando van creciendo y te empiezan a hacer unos planteos que no sabés si mandarla a la mierda, que no corresponde porque es tu hija, o darle amor... Es un aprendizaje permanente. Y después hay momentos que son como mágicos, en los que te mirás, te emocionás, te ves a vos misma de niña, te encontrás diciendo cosas que te decía tu mamá y que creías que jamás ibas a repetir.
-¿Y lo que más miedo te da?
-Que sufra, que la pase mal, no poder ayudarla, no estar a la altura... No por subestimarla, sino porque es un miedo, algo irracional.
-¿Aplicás tus conocimientos de psicología en casa?
-Sí, todo el tiempo. Jorge es un paciente ambulatorio directamente. “No me hables como psicóloga”, me dice. Pero con Antonia no puedo; con ella necesito más libro de autoayuda.
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