Valentina Ferrer, la argentina que conquistó a J Balvin, se divide entre el modelaje, su empresa y la maternidad
La Miss Argentina 2014 habló con LA NACIÓN sobre su participación en un nuevo reality y además, se refirió a la crianza de su hijo Río, de casi tres años
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Siempre mate en mano, aunque está a más de 7000 kilómetros de Buenos Aires, la modelo argentina y conductora Valentina Ferrer habla con LA NACIÓN. En un viaje fugaz a Miami, la Miss Argentina y finalista de Miss Universo 2014 que está instalada en Nueva York, habló sobre el rol de las mujeres en el mundo emprendedor y de los desafíos que tuvo que sortear por ser además modelo. En pareja desde 2017 con J Balvin también se refirió a cómo conviven en ella la madre y la empresaria, mientras se prepara para ser parte del primer reality de mujeres emprendedoras Escuela imparables.
La cordobesa de 30 años tiene más de un millón de seguidores en Instagram que suelen mandarle mensajes y pedirles consejos no solo de emprendedurismo, sino de maternidad. Es que ella va a todos lados con el pequeño Río, de poco menos de tres años, fruto de su relación con el cantante colombiano: “Es chico, pero siempre uno intenta dar lo mejor, se cometen errores, a veces pienso que lo hago viajar mucho, pero es parte de compartir y estar presente, es lo más importante”.
Valentina y José Álvaro Osorio Balvín, tal es el nombre del intérprete de temas como “Qué más pues?” con María Becerra, “Ay vamos” o “Mi gente”, suelen compartir eventos y se dejan ver en público; sin embargo, ella se muestra esquiva a la hora de hablar o dar detalles de su vida familiar, incluso su historia de amor es prácticamente un misterio. “Él es muy especial, sensible y cariñoso. Eso es lo que me enamoró y me mantuvo siempre conectada a él”, contó hace un tiempo a la revista ¡Hola!, en donde además había recordado que vivieron su amor a la distancia durante dos años hasta que la cuarentena por el avance del coronavirus los tomó por sorpresa en Colombia y empezaron la convivencia 24/7. Tampoco comparten demasiadas fotos en sus redes sociales juntos y por el momento no dejan ver la cara de su pequeño, sino que prefieren que sea él quien decida cuando sea mayor si quiere que lo vean o no.
Ferrer es CEO y fundadora de Kapowder (una empresa de venta de suplementos de belleza) y por eso forma parte de la nueva temporada de Escuela imparables por E! Entertainment, el “primer reality de empoderamiento femenino” en el que 10 mujeres recibirán mentorías y capacitaciones y competirán por el premio mayor de 200 mil dólares.
—Vas a ser una de las referentes invitadas, ¿qué vamos a encontrar en Escuela Imparables?
—Me encantó porque siempre en mi empresa he sido yo la que tiene mentores y está averiguando cosas y ahora en esta oportunidad soy yo quien estará recibiendo preguntas y compartiendo su experiencia.
— ¿Siempre tuviste espíritu emprendedor? ¿Qué fue lo primero que hiciste?
—Desde los 15 años. Me considero emprendedora de toda la vida, necesito tener mis cosas, resolverme, como emprendedora soy una persona muy luchadora, y un ‘no’ no es respuesta para mí. A los 15 me ponía a vender tortas en el colegio, me acuerdo de que tenía pastafrola, otra de chocolate y lemon pie abajo del banco y las vendía, lo hacía con mi hermana. Me acuerdo de que para el primer recreo ya tenía todas vendidas.
—¿Para qué lo hacías? ¿Para qué ahorrabas?
—Juntábamos para comprarnos ropa porque en casa nunca hubo para eso, somos cinco, mi mamá es profesora, mi papá vendía fruta y verdura entonces... ¡Nos resolvíamos así nosotras! Después me fui a vivir a Buenos Aires, entonces iba a plaza Serrano, compraba artesanías y vendía en Carlos Paz, también hacía gelatina con fruta y las vendía en un restaurante en Las Cañitas.
Valentina tiene su empresa desde 2019, para poder emprender tuvo que hacerse camino en un ámbito dominado por hombres, pero gracias al trabajo de muchas mujeres, siente que las cosas al fin están mutando y equiparándose: “Creo que hay un cambio, las mujeres lo están logrando, pero hay que seguir trabajando en eso. Cuando empecé, no era fácil no solo por ser mujer, sino además por ser modelo, la gente piensa ‘ah, no, ella no, porque es mujer’, ‘no, si es modelo...’, a todos ellos los invito a sentarse y a hablar conmigo”.
—¿Cómo fuiste sorteando esos obstáculos?
—Lo que hice yo fue armar mi imperio con mujeres. Arranqué trabajando con hombres y cuando sentí algo incómodo empecé a llamar a mujeres, fui de admirar a las mujeres y crecí admirando a esas mujeres apasionadas que las ves llegar con personalidad y plantear las cosas, que saben lo que quieren. Decidí entonces lograr eso que veía. No es fácil, pero siempre fui por el lado femenino, aprendí de colegas así que no me resultó tan complicado el tema.
—¿Y siendo madre? Hay un dicho que dice que la sociedad nos pide que trabajemos como si no tuviéramos hijos y que criemos como si no trabajásemos, ¿sentís eso?
—Yo lo llevo a todos lados a Río. Vengo de hacer un viaje por Europa de tres semanas con él y tuvo fiebre, entonces tenía que hacer entrevistas en el hotel mientras lo metía en la bañadera para bajarle la temperatura y dándole medicamentos, ¡todo junto! Ahora vine a Miami por un día y no lo traje, si no siempre viene.
—La familia ahora está instalada en Nueva York, ¿hay planes de regresar a la Argentina?
—Siempre me gusta volver. Amo la Argentina, acá tengo el mate (señala). Extraño la pastafrola por ejemplo. Uno de mis proyectos para este año es seguir creciendo con la marca y sumar barritas de proteína y además, me gustaría llevar mis productos a la Argentina, es un proceso, pero me interesa.
—Y en este rol de empresaria, ¿dónde queda la modelo?
—Lo que hice fue combinar todo, siempre soy como una vocera en lo que es la parte de los negocios, aporto desde mi lugar de modelo en redes o cuando doy una nota. Como esas modelos de los 90, que tenían voz. Hago tapas y siempre hablo de lo empresarial, conecto y me considero una mujer multifacética.
— ¿Te piden consejos otras modelos u otras emprendedoras?
—Sí, pero más me piden consejos de maternidad, para viajar con chicos o de fitness.
—Me detengo en lo de maternidad, ¿cómo te sentís como mamá? Esto de trabajar y abrirse camino es también un ejemplo para él.
—Río es chico, pero una intenta dar lo mejor, una comete errores, a veces pienso que lo hago viajar tanto, pero eso también es compartir, estar con él, enseñarle. Estar presente es importante, es lo que quiero, ser una mamá presente.
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