El drama histórico de Ron Howard reunió a una de las más famosas parejas de Hollywood luego de su boda; por qué el film puso al entonces galán en el ojo de la tormenta
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Un pobre joven trabajador de la tierra y la hija de su rico y poderoso arrendatario cruzan sus destinos en un barco que zarpa de Irlanda rumbo a los Estados Unidos con el sueño americano entre ceja y ceja. Es 1982 y mientras trabaja para poder acceder a un pedazo de tierra propio, él - tan atractivo como terco- se enamora de ella, una joven pretenciosa sin ninguna destreza de supervivencia. Bajo las órdenes de Ron Howard, Tom Cruise y Nicole Kidman decidieron protagonizar Un horizonte lejano justo después de dar el sí y convertirse en una de las parejas más miradas de Hollywood. El resultado fue una película que, por la inversión y el libro, podría haberse convertido en un clásico, pero terminó siendo la luna de miel de un matrimonio explosivo que despertó la ira de los irlandeses.
El film se estrenó el 22 de mayo de 1992 cuando el flamante matrimonio era número puesto en las revistas del mundo del espectáculo. Para llevar a la pantalla grande este drama histórico con pinceladas de western escrito por Howard y Bob Dolman, la productora Imagine Entertainment se unió a Universal Studio. Con un presupuesto de 32 millones de dólares, la película recaudó más de US$ 137 millones. Además el film fue presentado ese mismo año en el Festival de Cannes, uno de los eventos más prestigiosos de la industria al que Cruise pudo volver recién el año pasado gracias a Top Gun: Maverick (2022).
Una historia familiar
Un horizonte lejano es la novena película que dirigió Howard. Sin embargo, no fue una más en su prolífica carrera: la historia de Joseph Donnelly (Cruise) y Shannon Christie (Kidman) lleva el sello de su familia. “La película realmente comenzó probablemente cuando yo tenía 6 años, tal vez 7, y visité a mi bisabuela en Kansas”, reveló el ganador del Oscar por Una mente brillante (2001) en una entrevista que ofreció en 2016. El director recordó, con una memoria fotográfica, lo que sucedió aquel día. “Mi bisabuela sacó de su cajón un periódico. Era de 1890, y tenía una foto de la línea de salida de la carrera por la tierra de Oklahoma. Ella pensó que su futuro esposo iba a la cabeza de la competencia, montado en un caballo”, recordó con una sonrisa en la cara. Ese personaje se convertiría en el Joseph de Cruise.
Una de las escenas más imponentes de Un horizonte lejano recrea esa carrera, que en la vida real sucedió el 22 de abril de 1889 cuando alrededor de 50 mil personas se lanzaron a buscar un pedazo de tierra para poder establecerse a cambio de trabajarla y mejorarla. Esa fue la primera carrera de muchas, donde cientos de estadounidenses e inmigrantes lograron hacerse de un lote -en el estado de Oklahoma- que habían pertenecido a los pueblos originarios y que ahora se convertía para muchos en la materialización del sueño americano.
Con el objetivo de lograr una recreación lo más fiel posible de las históricas corridas de Oklahoma, se necesitaron 800 extras, 400 caballos y 200 carretas. Para dar con la cantidad de extras, la producción reclutó a los integrantes de una sociedad de recreación llamada The Re-enactors. Además, para darle a la imagen final una mayor resolución y un efecto más envolvente, Howard decidió usar por primera vez en la industria hollywoodense una Panavision Super 70 mm, escenas que combinó con tomas realizadas con cámaras Arriflex 765, cámaras VistaVision de 35 mm para antenas y un Bell & Howell Eyemo de 35 mm montado con una lente anamórfica Panavision.
Una luna de miel en la Oklahoma de fines de 1800
Cuando Un horizonte lejano se filmó, Tom Cruise era uno de los hombres más famosos de la tierra. El público se rendía a sus pies no solo por sus papeles en la gran pantalla sino también por su belleza física: en 1990, la revista People lo eligió como el hombre más sexy del planeta, luego de su papel en Días de trueno (1990). Su vida amorosa también había llegado a convertirse en el centro de la escena y si bien no trascendieron fotos de su casamiento -el 24 de diciembre de 1990-, la pareja de Cruise con Nicole Kidman pasó a ocupar un lugar destacado dentro de las revistas del corazón.
El punto de partida de la historia de amor entre Cruise y Kidman fue el rodaje de Días de Trueno (1990). En cambio, Un horizonte lejano significó para la pareja el momento de más conexión. El rodaje comenzó en mayo de 1991, tan solo cinco meses después de que se casaran. “Hacer esta película fue una aventura increíble, realmente disfruté trabajar con Tom y Nicole. Fue una especie de proyecto de luna de miel para ellos en ese momento. Ese sentimiento impregnó la película”, reconoció luego del estreno Ron Howard.
Cuando ese mismo año en una entrevista televisiva le preguntaron a Kidman qué diferencia podía mencionar entre trabajar con Cruise en Días de Trueno y en Un horizonte lejano, la australiana no dudó: “Creo que definitivamente nos conocíamos mejor en esta película. También tuvimos partes en las que realmente pudimos ahondar en estos personajes tan complejos como divertidos”. Luego, cuando le preguntaron cómo se sentía cuando la señalaban simplemente como la “esposa de Cruise”, la actriz se mostró muy segura. “Simplemente sigo trabajando. Está bien para mí. Obviamente soy su esposa, no voy a negarlo. Simplemente voy a seguir haciendo películas”, dijo y no se equivocó.
Con un contexto de tanto amor y pasión, no fue necesario para el exniño prodigio convertido en director trabajar mucho en la relación entre Joseph Donnelly y Shannon Christie: si algo traspasa la pantalla es la química que tenía la pareja de recién casados dentro y fuera del set. Sin embargo, luego de varios intentos fallidos y para darle más espontaneidad a una de las escenas de la llegada del pobre campesino y la niña rica a una pensión de mala muerte y sus primeros días de convivencia, Howard se valió de un truco que tuvo el efecto esperado. Para realizar la escena en donde el personaje de Cruise levanta un cuenco que deja al descubierto sus partes íntimas, Howard le pidió al actor que se sacara la ropa interior. La sorpresa de Kidman fue real: su primera reacción con Cruise desnudo de verdad fue la que quedó en la película.
La ira de los irlandeses
En abril de 2012, un sonriente Tom Cruise recibió, de manos del gobierno irlandés en una ceremonia que se llevó a cabo en Dublín, un certificado que celebra sus raíces irlandesas. El reconocimiento se dio luego de que un estudio genealógico revelara que Patrick Russel Cruise, un terrateniente que vivía en un castillo en el condado de Westmeath, era el tatara-tatara abuelo del actor. “Sabía que yo era irlandés, pero no tenía idea de dónde procedía y la profundidad (de las raíces)”, explicó en ese momento el actor, quien 20 años antes había sido blanco de burlas y fuertes críticas por su pretendido acento irlandés en Un horizonte lejano.
Según recuerdan los diarios de la época, no fue un problema de falta de recursos el dudoso acento irlandés que lograron tanto Cruise como Kidman, aunque el galán fue criticado con mucha más dureza. Para lograr imitar la musicalidad del idioma de los europeos, la producción contrató al entrenador de dialectos Tim Monich, un hombre con más de 17 años de experiencia. Consultado sobre el resultado durante el estreno del film, Cruise se sinceró y aseguró que trabajaron mucho en ese aspecto. No fue suficiente.
En un ranking en donde se eligió a las peores siete películas sobre irlandeses de todos los tiempos, The Irish Post colocó a Un horizonte lejano en el puesto número 3. Además de criticar el guion por mal escrito y las actuaciones por simplistas, el diario remarcó el hecho de que los personajes presentaban “todos los aburridos estereotipos irlandeses conocidos por el hombre”. “Sin embargo, el verdadero pecado de la película es su acento irlandés, particularmente el de Cruise”, señaló el periodista y recordó las palabras del escritor Tony Parsons al respecto: “Un horizonte lejano es una película apestosa... de lejos, la peor película que he visto”.
Un tiempo después, otro periodista volvió a cargar las tintas sobre Cruise, su papel de Connelly y toda la producción del film: “Suena como un ejecutivo de cine de Hollywood imagina que hablan los irlandeses “, señalaron en el portal Irish Central. Además aseguraron que en caso de tener su personaje una característica redentora podría ser la de entrar en la categoría de “es tan malo que resulta gracioso”.
Diez años después, en una nota que ofreció a Ryan Tubidy en The late late show en el marco del estreno de Minority Report (2002), Cruise se rio de su pobre performance. Cuando el presentador le preguntó cómo andaba su entonación irlandesa, la estrella de Hollywood no pudo contener la carcajada. “Muy bien”, aseguró. Luego, Tubidy hizo referencia a su compañero de elenco, el irlandés Colin Farrell. “¿No te dio ningún consejo sobre el acento? Sería algo útil en estos días”, dijo, y se ganó una gran carcajada del actor.
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