Tras ser prohibido en un restaurante, James Corden rompió el silencio: “No he hecho nada malo”
El comediante habló sobre las graves acusaciones en su contra y desdramatizó la situación ocurrida en uno de los lugares más exclusivos de Nueva York
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Hace unos días, un nuevo escándalo explotó en torno a la figura de James Corden. El comediante que se hizo famoso por cantar en un auto con estrellas en Carpool Karaoke fue prohibido de un restaurante de Nueva York por maltratar a los mozos y trabajadores del lugar. Luego de las acusaciones de Keith McNally, el dueño del exclusivo resto ubicado en el Soho de Manhattan, el presentador de TV pidió disculpas en privado hasta hoy, que rompió el silencio en una entrevista, generando aún más polémica.
“James Corden es un comediante enormemente dotado, pero como persona es un cretino. Y el cliente más tirano que ha tenido el equipo de Balthazar desde que el restaurante abrió hace 25 años”, escribió el dueño de Balthazar en sus redes mientras relataba dos incidentes en los que el famoso insultó a los trabajadores del lugar generando mal clima e incomodidad entre todos los comensales presentes.
Su actitud, que según el empresario gastronómico se repitió en varias oportunidades, hizo que McNally tomara esta drástica decisión que repercutió por todo Hollywood: prohibirle la entrada a su local. A las pocas horas, el chef dio marcha atrás, luego del pedido de disculpas del comediante por privado: “Corden acaba de llamarme y se ha disculpado profusamente (...) Cualquier persona lo suficientemente magnánima como para disculparse con un vago como yo (y mi personal) no merece ser expulsada de ningún sitio”, dijo el mediático gastronómico.
Sin embargo, en las últimas horas, el conductor de The late show with James Corden habló sobre lo sucedido y dio su versión de los hechos durante una entrevista con The New York Times. “No he hecho nada malo, en ningún nivel. Entonces, ¿por qué cancelaría esta [entrevista]? Estuve allí. Lo entiendo pero me siento tan zen con todo el asunto porque creo que es muy tonto”, dijo mientras promocionaba Mammals; su nueva serie de Amazon Prime.
Y fiel a su estilo arrogante, Corden le restó importancia a la situación: “Simplemente creo que está por debajo de todos nosotros. Está por debajo de ti. Ciertamente está por debajo de tu publicación”, opinó.
Actitud que volvió a repetirse minutos después cuando, en medio de la entrevista (que casualmente se llevó a cabo en otro restaurante de Nueva York), un cliente de una mesa cercana le devolvió un plato con huevos al mozo. Al observar la situación, James comentó: “¿Te imaginás ahora, si la criticamos en Twitter? ¿Sería justo?”. “Este es mi punto. Es una locura”, remató el comediante lejos de poner paños fríos.
Los incidentes que lo tildaron de maltratador
Si bien McNally advirtió que no es la primera vez que Corden tiene este tipo de actitudes para con su personal (el empresario gastronómico contó algunos hechos parecidos ocurridos en otro café de su propiedad), hubo dos hechos que desataron el enojo del dueño de Balthazar.
El primero ocurrió en junio pasado cuando Corden dijo que encontró un cabello en su comida. “Aunque esto es diabólico, sucede muy ocasionalmente en todos los restaurantes”, dijo al respecto. Y enseguida relató con lujo de detalles la reacción del comediante. “En junio, James Corden estuvo aquí en la mesa 61 (...). Después de comerse el plato principal, le enseñó un pelo al gerente, que estaba mortificado. Corden fue extremadamente desagradable. Ante las disculpas del gerente, le dijo: ‘Tráenos otra ronda de bebidas ahora mismo. Y también nos vas a invitar a todas las que hemos pedido hasta ahora. Si no lo hacés, escribiré una mala crítica en Yelp o algo parecido”, detalló.
El segundo incidente ocurrió hace apenas unos días cuando el presentador fue a desayunar con su mujer, la productora televisiva Julia Carey. “La esposa de Corden pidió una tortilla de yemas de huevo con queso gruyere y ensalada. Unos minutos después de recibir la comida, James llamó a su camarera, M. K., y le dijo que había un poco de clara de huevo mezclada con la yema”, contó el chef. Entonces la cocina rehizo el plato, pero una nueva confusión volvió a enloquecer al comediante: en vez de ensalada, la tortilla fue acompañada por papas fritas. “Fue entonces cuando Corden empezó a gritar como un loco: ‘¡No podés hacer tu trabajo! ¡No podés hacer tu trabajo! Tal vez debería ir a la cocina y cocinar la tortilla yo mismo!”, reveló el dueño de Balthazar mientras aclaró que el gerente del lugar les dio copas de champagne como nuevas disculpas.
Tras exponerlo en sus redes, Keith McNally tomó la decisión de prohibir su entrada, sin embargo, unas disculpas por privado fueron suficientes para que el empresario diera marcha atrás. “Por un lado, definitivamente abusó de mi personal, por otro lado, lo siento mucho por él en este momento. Como la mayoría de los cobardes, lo quiero en ambos sentidos”, expresó.
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