La cocinera, a punto de regresar con su programa de TV, abrió su corazón y habló sobre la crisis que tuvo con su flamante marido y cómo atravesaron la pandemia
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Mientras Tefi Russo se prepara para volver a la televisión con la segunda temporada de Los expertos (eltrece), mañana, a la medianoche, la cocinera habló con LA NACION y reflexionó sobre lo que vivió en los últimos meses. Si bien el 2020 estuvo convulsionado por todo lo relacionado a la pandemia, para ella también se jugaron otras cuestiones más personales. Su flamante matrimonio con el conductor Joaquín “Pollo” Álvarez atravesó una crisis por un tema clave: agrandar la familia. ”Joaco quiere ser papá, pero yo no quiero tener otro hijo(...) Estamos viendo quién de los dos cede porque no hay un punto medio, no es algo que podamos negociar: lo tenés o no lo tenés”, había confesado ella hace unos meses.
- ¿Tomaron alguna decisión respecto de la maternidad?
-No, seguimos en la misma dinámica de negociación (risas). Me encantaría despertarme una mañana con la maternidad a flor de piel y unas ganas demenciales de ser madre, pero por el momento no me pasa. Me casé muy chica, fui mamá muy joven y además nos pasó una cuarentena en el medio que obliga a acelerar los planes o los frena y estamos tratando de reacomodarnos a esta nueva vida. La cuarentena no colaboró a que me agarraran ganas, con tanto tiempo en casa todos y ocupándome del trabajo, la cocina y el colegio de mi hija.
-¿Hay presión para que se defina este tema? ¿Cómo se lo toma él?
-No, en absoluto. Creo que soy más yo la que me presiono por los mandatos. Sé del deseo de Joaco de ser papá y a veces me da pena no estar alineada con ese deseo, pero llegará en algún momento. Todavía no nos ponemos de acuerdo. Quiero tener realmente ganas de ser mamá y no negociarlo porque él quiere ser papá. Cada mañana me levanto buscando esas ganas y todavía no llegan.
Crisis y compromiso
-Se dijo que tuvieron una crisis de pareja, ¿pensaron en separarse?
-No, fue una mezcla de cosas. Sabíamos que de esto se iba a hablar y tuvimos una charla sincera. Quisimos naturalizar algo que pasa en todas las parejas y en todas las casas: siempre hay mejores momentos y otros no tanto. De ahí a separarnos hay un trecho enorme. Quisimos aclarar lo que nos pasaba y nos salió mal. No importan los rumores sino lo que pasa en casa y creo que todavía tenemos mucho que aprender para la próxima.
-¿Dormir en casas separadas es una estrategia?
-Eso lo hacemos desde el día uno. Lo hicimos cuando estábamos de novios, de recién casados y lo hacemos ahora también. Quizá hay modos un poco antiguos de ver las parejas. Nosotros somos prácticos y si él tiene que grabar muchas horas, se queda en Capital. Podemos dormir en casas separadas e incluso en camas separadas y estar muy bien. ¡Estamos en 2021! Siempre fuimos muy relajados en ese sentido y colaboramos a que cada uno tenga su espacio y a facilitar la logística del otro. Hoy estamos juntos y muy bien.
-¿Y qué hacen cuando hay desacuerdos en la pareja?
-Conversamos siempre con mucha honestidad. Somos sinceros porque es nuestra manera de manejarnos. Yo soy más cabrona y cada tanto junto y exploto durante 30 segundos, y cuando ya vomité lo que tenía guardado, se me pasa. Necesito descargar y el otro no entiende qué pasó. Soy más de mecha corta y siempre se lo explico.
Entre ollas y cacerolas
Además de su regreso con la segunda temporada de Los expertos, Russo está escribiendo su tercer libro (ya publicó La cocina de Tefi y Simple, rico y casero) que, según prevé, podría editarse a fin de año. También sigue con su blog Inutilísima, donde anima a la gente a cocinar. “Fue realmente una sorpresa estar tan pronto en la pantalla. En febrero grabamos diez capítulos y, aunque la idea era recorrer el país, por la pandemia apenas pudimos viajar a Mendoza para hablar de duraznos. Pero aprovechamos a los productores de toda la provincia de Buenos Aires y descubrimos lugares muy lindos. Ojalá, la próxima podamos visitar otras provincias”, se entusiasma y agrega: “Los expertos es un formato hermoso que combina entrevistas, sabores tradicionales y terminamos con una receta fácil utilizando los productos de los que hablamos en el programa”.
-La gente cocinó mucho más en pandemia, ¿te pasó lo mismo?
-¡Sí! Me paso muchas horas en la cocina. El recuerdo más vívido que tengo es que mi teléfono era un 0800 porque la gente cocinó como nunca y mis amigos y familiares me explotaban el celular con preguntas a cualquier hora. Nunca en mi vida pasé tantas recetas ni me mandaron tantos mensajes como en ese momento. Durante varios meses no hubo ni siquiera delivery. Cuando me tocó pedir a mí, sentí mucha emoción, sentí que estaba viajando.
-¿Qué delivery pide una cocinera?
-Sushi porque es lo único que no hago en casa. Hice mi cursito de sushi y no es difícil, pero necesitás tener los ingredientes, el pescado fresco. Es lo único que prefiero pedir antes que hacer. Es mi permitido, mi recreo, mi momento de no pensar en recetas.
-Debés pasar muchas horas del día pensando en recetas y cocinando, ¿alguna vez te cansa?
-Pensar recetas es lo que hago todo el día y llega un momento en que sí, me cansa. Tal vez me saca el encanto de disfrutar la cocina cuando es para mí y para mi familia. Es un trabajo re lindo, pero que quizás se robó ese gustito que era mi cable a tierra. Me gusta experimentar, resolver la comida con lo que tengo en la heladera.
-¿Ves MasterChef celebrity, El Gran premio de la cocina o Cocineros argentinos? ¿Te entretienen?
-Tuve la suerte de hacer algunos reemplazos en el jurado de El gran premio de la cocina y veo MasterChef porque me gusta, tengo amigos y quiero verlos cocinar. Lo mismo me sucede con Cocineros argentinos porque Sofi Pachano es amiga y una de las conductoras: el oro día vino a casa y está contentísima con esta nueva oportunidad. Entonces sí, los miro porque me gusta la cocina y porque hay amigos del otro lado.
-¿Alguna vez te permitís no cocinar para la familia y es el Pollo quien toma la posta?
-Sí, lo recontra digo y él prefiere que me vaya de la cocina porque, con todo el amor del mundo, es bastante malo en la cocina y yo me pongo nerviosa cuando veo que corta la fuerte de teflón del horno con el cuchillo, por ejemplo. No cocina muy rico, pero lo hace con amor. No soy exigente cuando como comida del otro porque me da placer liberarme de pensar qué cocinar y de hacerlo, entonces me relajo y disfruto de ese momento. Además me gusta todo. La comida me conmueve, me gusta probar recetas distintas.
-¿Cómo es tu relación con la comida? ¿Alguna vez tuviste desórdenes alimenticios?
-Nunca tuve problemas de sobrepeso y algunas de las recetas que publico son calóricas, por lo cual muchas veces me lo preguntan. Creo que el tema está en encontrar el equilibrio entre la calidad, la cantidad, el disfrute y el placer. No hay que prohibirse nada, pero tampoco comer en mucha cantidad. Como madre de una nena de 11 años, no quiero hablar livianamente de calorías, de dietas ni de cuerpos. Jamás voy a recomendar una dieta porque sería muy irresponsable. En casa tomamos agua y no gaseosas y tratamos de comer muchas frutas y verduras aunque nos damos gustitos también, y primamos la comida casera. Si lográs esa conducta en su justa medida y sin obsesionarte, el resto va solo.
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