La actriz, quien ganó el Oscar con tan solo 10 años, tuvo una dura infancia tras la separación de Ryan O’Neal y Joanna Moore, sufrió abusos y en diferentes ocasiones pensó en la muerte
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Por muchos años, Tatum O’Neal consideró que se tenía que plantar en la vida “completamente sola”. De ese modo lo expresó en su poderosa autobiografía, A Paper Life, cuyo título es una referencia directa a la película de Peter Bogdanovich en la que trabajó junto a su padre, Ryan O’Neal, la extraordinaria Luna de papel. Por su carismática interpretación, a los 10 años, Tatum estaba, de traje, recibiendo nada menos que el premio Oscar, lo que la convertía en la actriz más joven en recibirlo, legado que se mantiene vigente hasta el día de hoy.
Lo que aconteció esa noche sintetiza, en cierto modo, la vida de Tatum: cuando las cosas parecían brillar ante sus ojos, surgía “una sombra para aplastarlo todo”. Desde una adicción que le costó la tenencia de sus hijos, una relación tortuosa con su padre, hasta un derrame cerebral que casi termina con su vida, O’Neal se convirtió en una resiliente: “Nunca dejé que nada me avasalle, siempre intenté sobreponerme a las situaciones, a mirar para adelante”. Esas palabras describen su naturaleza temeraria, pero en muchas oportunidades Tatum quien, a los 59 años, se encuentra alejada de la industria, flaqueó al punto tal de que contemplar quitarse la vida por no hallar paz.
Nacida el 5 de noviembre de 1963 en Los Ángeles, California, empezó a trabajar desde pequeña, incentivada por su padre Ryan y por su madre, la también actriz Joanna Moore, quienes se casaron el mismo en que nació Tatum, para divorciarse tan solo cuatro años después, para angustia de su pequeña hija y de su hermano, Griffin, quien también se dedicó a la actuación. Antes de la separación, Ryan y Joanna les mostraban a las revistas de la época la imagen de una familia modelo, prístina, con el arte como uno de los puntos que los mantenía unidos. Sin embargo, puertas para adentro, el panorama era pesadillesco.
Cuando la pareja se divorció, Moore sucumbió al alcohol y a las drogas y debió ser mantenida económicamente por su propia hija, quien ya había emergido como una de las actrices juveniles mejor pagas de Hollywood. A pesar de los intentos por reencauzar su vida, la actriz fue detenida en numerosas ocasiones por tenencia de estupefacientes y perdió la custodia de sus hijos, quienes empezaron a vivir con Ryan O’Neal. Aunque pueda considerarse un episodio frívolo, la entrega de los premios Oscar en la que Tatum alzó la estatuilla fue un síntoma de lo que empezaría a padecer bajo la tutela de su padre.
Las angustiantes confesiones de Tatum O’Neal sobre su padre
Al recibir el galardón de la Academia y al posar para las fotos, a Tatum se la notaba emocionada, pero no era más que una fachada. “Me sentí profundamente triste y abandonada”, declaró en una entrevista con la NBC, en la que aludió a cómo la ausencia de su padre en la ceremonia la había dejado devastada. El actor se encontraba en un rodaje, pero no pidió un día extra para estar presente en una jornada tan significativa para la pequeña Tatum y su madre, Joanna, prefirió no asistir y tampoco la felicitó al comunicarse esa misma noche. Así, lo que para la prensa era todo un logro para una actriz tan joven, para esa niña la estatuilla había perdido relevancia.
“Sentí que no había logrado nada porque ninguna de las personas que más me importaban en la vida le dieron valor a ese premio”, declaró angustiada.
En sus memorias, en tanto, fue mucho más dura con su padre y la manera en la que se movía en Hollywood. “En los medios siempre actuaba de buen padre, pero en sus ojos yo leía otra cosa: resentimiento”, escribió Tatum, quien aseguró que Ryan nunca le perdonó haber sido reconocida por una película por la que él solo recibió una nominación al Globo de Oro. “Mi candidatura al Oscar destruyó nuestro vínculo”, recordó la actriz en el mismo diálogo con NBC, donde reveló que un amigo de la familia presenció el momento en que Ryan le dio un golpe en la cara cuando ella fue nominada y él no. “Yo no tengo memoria de ese incidente, pero esa persona que estaba allí sí lo vio y me contó lo sucedido”, aclaró Tatum, quien dos años después de recibir ese premio “maldito”, fue víctima de abuso.
A los 12 años, un amigo de su padre entraba y salía de la casa sin restricciones. Con el tiempo, la joven supo que se trataba del dealer de Ryan quien, de acuerdo a la acusación de la actriz, abusó sexualmente de ella. Su papá no solo desestimó el relato de Tatum sino que también negó otros hechos que ella expuso en su libro, como episodios de abuso emocional y físico de su padre, quien la maltrataba constantemente. “Es muy triste cuando las mentiras se esparcen solo para vender un libro”, fue la respuesta del actor de Love Story.
En cuanto a su madre, en su libro también se pueden leer pasajes en los que Tatum describe actos negligentes, como dejarla a ella y a su hermano sin comida, sin ropa limpia y sin zapatos, además de presentarles a sus parejas ocasionales, quienes los maltrataban. En una ocasión, el hermano de una pareja de Joanna abusó sexualmente de Tatum. “Fue el primero de muchos”, contó O’Neal.
“Su adicción hizo que nos abandonara, nos dejó en la nada, nos obligó a sobrevivir solos y a vivir momentos traumáticos”, narró la actriz sobre lo que debió padecer con Griffin, una verdadera odisea que tardó años en poner en palabras. “Con el tiempo pude entender lo que le sucedía y, antes de su muerte, logré perdonarla”, declaró. Joanna falleció en 1997 tras una larga batalla contra un cáncer de pulmón. Con su padre, en cambio, le costó ser piadosa, sobre todo cuando recordó cómo no había limites mientras se encontraba bajo su cuidado: “Me expuso a las drogas y también a sus escapadas sexuales”, contó Tatum, quien además reveló que su padre la ponía en contacto con diferentes dealers, forzándola consumir a temprana edad, lo que marcaría su vida adulta de manera indefectible. Lo mismo sucedió con su hermano, Griffin, con quien estuvo distanciada por un largo período de tiempo por declaraciones cruzadas.
En 2011, se emitió la serie documental Ryan and Tatum: The O’Neals, que mostraba el proceso de reconciliación de ese vínculo padre-hija. En ese momento, el extenista John McEnroe, exmarido de Tatum y padre de sus tres hijos, Kevin, Sean y Emily, describió al programa como “un accidente esperando a suceder”, suerte de profecía autocumplida.
El ciclo efectivamente enojó a los integrantes de la familia, incluido a Patrick O’Neal, medio hermano de Tatum e hijo de Ryan y la actriz Leigh Taylor-Young. Por el contrario, Redmond, hijo del protagonista de Barry Lyndon fruto de su vínculo con el amor de su vida, Farrah Fawcett, sí accedió a participar de lo que fue un evento televisivo polémico. Más tiempo tuvo que pasar para que Ryan y Tatum se reencontraran, más precisamente nueve años. En 2020, Sean McEnroe, hijo de la actriz y del extenista, subió una foto a Instagram que registraba un momento de armonía.
“Si los O’Neal pueden reconciliarse, realmente todo es posible”, escribió el joven, quien celebró el encuentro donde además de su madre y su abuelo, se encontraban también sus hermanos, Kevin y Emily. “Esta es una de las fotos más memorables de mi vida”, sumó Sean en su publicación, donde se podía ver también una foto de la familia completa en 2003, en un aniversario del film que los reunió en pantalla en 1973. “Podría llorar lágrimas de gratitud por el hecho de que todos los que aparecen en esta foto sigan vivos y de que pudimos reunirnos de nuevo después de tantos años de dificultades“, concluyó el joven en su publicación.
Antes de ese reencuentro, Ryan O’Neal finalmente aceptó los graves momentos que le hizo atravesar a su hija, especialmente tras la muerte de Joanna. “Podría haberla ayudado. No tuvo a nadie después de la muerte de su madre. Ella no me quería, y dijo que la abandoné, y lo hice. Estamos comenzando de nuevo y sin mirar atrás”, manifestó el actor.
La lucha contra las adicciones y un grave episodio de salud
En 1986, la actriz se casó con John McEnroe en el peor momento de su vida: cuando su adicción a la heroína estaba fuera de control. En 1994, la pareja se divorció y, cuatro años más tarde, McEnroe fue a la justicia para solicitar la custodia de sus hijos, que le fue concedida. En paralelo, Tatum seguía consumiendo y fue arrestada mientras compraba crack fuera de su departamento en Manhattan. La policía allanó el lugar y se encontraron toda clase de drogas, por lo que la actriz fue detenida.
"A pesar de todo, yo fui muy feliz cuando estaba casada, nadie me hizo sentir tan amada como mi exmarido"
Tatum O'Neal
Luego, comenzó el lento camino hacia la recuperación de su salud y de sus tres hijos, con quienes estuvo distanciada en sus años formativos, repitiendo la historia de su propia familia. En la actualidad, no hay una relación fluida con su exmarido, pero sí “mucho respeto”: “A pesar de todo, yo fui muy feliz cuando estaba casada, nadie me hizo sentir tan amada como mi exmarido”, aseguró Tatum, quien también recordó los años sombríos. “Estaba lista para rendirme, para no levantarme, pero mis hijos me dieron un propósito”, expresó respecto a sus pensamientos suicidas.
El mismo año de la postal familiar que compartió Sean McEnroe, su madre había intentado quitarse la vida. La actriz fue hallada en el balcón de su casa de Los Ángeles, de donde quería saltar. Un episodio similar tuvo lugar de pequeña, cuando su padre estaba filmando una película y ella también contempló suicidarse en el hotel en el que estaba y de la misma manera. Por otro lado, recientemente reveló que en 2020 tuvo una sobredosis de medicamentos que le provocaron un derrame cerebral. “Casi me muero”, confesó O’ Neal en una reciente entrevista con revista People. “Ahora vivo un día a la vez”.
Asimismo, mientras se encontraba internada, le diagnosticaron afasia, el mismo trastorno que sufrió Bruce Willis al principio de su enfermedad. “Estaba en coma y tenía daños en la corteza frontal derecha”, contó su hijo mayor, Kevin, quien añadió: “Cuando despertó, no sabía dónde estaba. No podía decir: ‘Tengo miedo’”. “He pasado por mucho”, expresó Tatum cuando logró recuperarse tras esa internación en plena pandemia. “Se había aislado”, explicó su hijo. “Con la adicción a la morfina y a productos farmacéuticos más pesados, la situación se estaba volviendo aterradora. Covid, dolor crónico, todas estas cosas la llevaron a un lugar de aislamiento”.
La actriz continúa bajo supervisión médica y con sesiones de terapia para poder estabilizarse emocionalmente. “He estado tratando de estar sobria toda mi vida. Todos los días lo intento. Fui adicta, casi de forma intermitente, durante los últimos 30 o 40 años (…) Todos los días intento estar mejor porque quiero estar con mis hermosos tres hijos”, manifestó la mujer que hoy es el orgullo de Kevin, Sean y Emily. “Nunca he estado más orgulloso de ser su hijo. Está llena de amor y llena de corazón (…) Ella está aprendiendo a estar consigo misma y a encontrar un poco de amor por sí misma. Ha sido duro, pero ha sido hermoso. Lo que le pido todos los días es que lo intente”, expresó Kevin.
En cuanto a una posible vuelta a Hollywood, la actriz está priorizando su salud, pero su deseo no parece encontrarse en el regreso a un mundo donde padeció más de lo que disfrutó. “Ser exitosa siendo tan chica te arruina la cabeza, yo pensé que iba a trabajar consistentemente, pero me salían mal todos los castings, creo que las audiciones y todo eso ya no son para mí”, remarcó Tatum cuyo último papel fue un cameo en la película Not to Forget, en 2021. Ahora, se dedica a disfrutar de sus hijos. “El universo salvó a mi madre”, declaró su hijo Sean. “Es un milagro que siga con nosotros y su resiliencia es admirable”, remarcó.
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