Susana Romero habló de su difícil infancia, de la relación con sus hijas y de sus problemas de salud
La actriz de 65 años dio una entrevista y contó sobre su familia, sus padres y los duros momentos que tuvo que atravesar en los últimos años
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En los años 80, Susana Romero era una de las mujeres más deseadas del país. Protagonista de películas junto a Alberto Olmedo y Jorge Porcel, su rostro era conocido por todos. Después de estar siete años alejada de las cámaras, y sin brindar entrevistas, la actriz habló sobre su infancia y su carrera en una charla íntima con Tomás Dente.
Ni bien comenzó la nota, el periodista le mostró una foto de ella cuando era niña, el día de su comunión. “Yo sigo siendo esa, aunque no lo crean. El niño interior nunca lo dejé de lado”, aseguró y sumó: “Me conecto todo el tiempo con mi pasado”.
A pesar de regresar todo el tiempo a su niñez, Romero reconoció que no fue una etapa fácil. “Yo no tuve una infancia de abrazos, de besos y de caricias de parte de nadie. Eso debe ser lo que me mueve a ir para adentro todo el día”, reflexionó. “Siempre me dijeron que tenía una mirada triste, melancólica pero no soy así, es que siempre me han faltado tantas cosas con respecto al cariño... Yo no digo que mis padres no me cuidaron, me cuidaron, pero siempre me faltó el abrazo y el beso. No sé lo que es que te acuesten y te lean un cuento”, recordó.
“Es el día de hoy que me acuerdo de mi mamá cosiendo hasta cualquier hora para hacerme los vestidos y mi papá trabajando hasta cualquier hora para traer dinero a casa”, dijo sobre las formas en que sus padres le demostraban amor. “Eso es lo que me queda, lo que uno tiene que rescatar, si después me faltó lo otro, no importa”, sumó con optimismo. “A mis hijas las llené de lo que me faltó a mí, remarcó.
“Olmedo me decía que yo nunca dejé de ser una niña y no porque es lo que me faltó”, expresó pensativa antes de hablar sobre la relación con sus padres durante la adultez. “Mis padres fueron mis hijos también”, aseguró.
En un momento de la vida, la actriz tuvo que llevar a sus progenitores a su hogar. “Yo les había comprado un departamento, todo bien, pero después tuvieron un problema. No sé qué pasó con la plata que yo les daba, pero empezaron a deber cosas. Se tuvieron que ir del departamento y los traje conmigo, a mi casa, que gracias a Dios es grande”, reveló y destacó agradecida que tuvo la oportunidad de hacerles un departamento dentro de su hogar. “Yo los cuidaba y pensé que iban a estar bien, pero mi mamá era brava”, recordó.
“Cuando sos chiquito y tenés inseguridad, después crecés y la seguridad no te la da nadie”, reflexionó. “Yo prefiero ser un ser sin ego, porque el ego no te conduce a ningún lado y hace que no te quiera nadie”, añadió sobre la humildad que la caracteriza. Además aseguró que ella nunca se vio linda y a veces eso se los dice a sus hijas, que la retan por la forma en que se ve a ella misma.
Un largo camino a la maternidad
Con el correr de los años, Romero logró tener su propia familia con el nacimiento de sus hijas mellizas, Nicole y Calanit. “Yo siempre quise formar mi familia, con mis hijos, mi perrito, mi jardín... me costó mucho quedar embarazada cuando me casé. El hombre a veces no quiere aceptar que él también tiene que dar de su parte cuando hay este tipo de problemas”, explicó. Una vez que pudo hablar con su esposo, el escribano Abel Jacubovich, trabajaron juntos y quedó embarazada.
“Nacieron a los siete meses, estuvieron en incubadora quince días y yo me quedé con ellas. Fue muy difícil porque eran muy chiquititas y tuvieron muchos problemas”, culminó sobre el amor que tiene por sus hijas y el sueño que vinieron a cumplirle.
Años difíciles y un problema de salud
En 2020 Romero sufrió problemas cardíacos, que tuvo que atravesar en medio de la pandemia. “En los últimos tres meses tuve dos operaciones de corazón muy complicadas. No me siento bien, me falta el aire, estos días no me ayudan y la soledad tampoco. Ayer y hoy fueron los peores días, en cambio hay otros días en los que zafo.”, había contado en ese momento en una charla telefónica con elnueve. En ese episodio fueron sus hijas las que la acompañaron desde la distancia, ya que una vive en España y la otra estaba aislada por el coronavirus.
En esta ocasión también habló sobre su operación: “Me fui solita. Era la primera vez que me enfrentaba a una operación tan grande, me pusieron 5 stents en el corazón (...) Estaban todas las arterias tapadas”. Romero contó que los médicos no entendían por qué estaba así si ella lleva adelante un estilo de vida sano: “Era por el estrés, el estrés se transforma en veneno y me tapó todas las arterias. A partir de ahí empecé a tomar conciencia del tiempo, del límite, la vida y la muerte. Fue una operación de seis horas y no tenía a nadie, no podía entrar nadie”.
Además reconoció que tuvo muchos episodios de salud en donde estuvo al límite. “Me ha pasado muchas veces, yo diría que en toda mi vida he tenido episodios de estar ahí, al borde [de la muerte], pero como una es más chica no le da tanta importancia, al ser más grande uno piensa: ´Si me pasa algo mañana... no voy a ver a mis hijas. Qué va a pasar con mi casa, espero que valoren lo que la madre les dio...”, reflexionó. Y sumó: “Yo sé que cuando no esté más me voy a seguir preocupando por ellas, desde allá, desde donde esté. Soy muy sobreprotectora”.
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