La diva mantuvo una extensa charla con LA NACION para adelantar detalles del regreso de su tradicional programa de Telefe; además, ofreció su mirada sobre la realidad argentina, el escándalo en torno a Alberto Fernández y Fabiola Yañez y el vínculo que la une a su familia
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“Salí Negro”, le grita Susana Giménez a uno de sus perros que chilla reclamando atención, celoso por la charla que la dueña de casa comienza a entablar con LA NACIÓN. El “reto” de la diva tiene poca autoridad y se parece más a una caricia. De todos modos, la mascota se tranquiliza. “Como ladra”, reflexiona la estrella que este domingo, a las 22, volverá a la pantalla de Telefe con su gran show para revalidar sus títulos, luego de cinco años de ausencia, y devolverle a la televisión la posibilidad de contar con una gran gala nocturna como suelen contener las principales cadenas del mundo en sus grillas.
-¿Por qué decidiste volver?
-Mi contrato seguía vigente, la gente de Telefe me lo pasaba de un año para otro, y ahora me dieron ganas. Cuando en el verano me preguntaron qué quería hacer, les dije que tenía el deseo de volver con mi programa. Falta plata y no se puede invertir como antes, pero me pareció que era el momento de regresar con el ciclo.
Desde el vamos, aclara que “la fórmula será la de siempre”, aunque anticipa un juego donde los participantes “podrán llevarse cien millones de pesos”.
-La oferta televisiva es bastante escasa, al menos en cuanto a producciones de envergadura.
-Sufro con eso, los domingos a la noche, sobre todo, no hay nada para mirar, eso también me decidió a volver.
Pareciera ser que charlar con Susana es hacerlo con una conocida de toda la vida. Su tono de voz -tan familiar para todo un país-, su cordialidad -la misma que demuestra cuando conversa con sus televidentes por teléfono-, y la forma absolutamente descontracturada de “someterse” a esta entrevista no hace más que confirmar la autenticidad de sus formas. No hay impostaciones.
Su admirada Margarita Cansino, que no era otra que Rita Hayworth -la que jamás dejó de estar en el portarretratos que coronó el escritorio que Susana utilizó en su programa desde el debut de 1987- sostenía: “No tengas miedo de ser quien realmente eres, porque no hay nadie más auténtico que tú”. Una máxima que muy bien le cuadra a la figura más estelar que encabeza la industria del entretenimiento local.
“El primer día grabamos durante doce horas”, dice en plan de confesión sobre los tramos ya producidos que se podrán ver este domingo. “Cuando se anunció la Cadena Nacional me dije ´que suerte, chau, me voy´; estaba agotada”, reconoce. Luego de varias jornadas de rodaje extenuantes, le vino bien recuperar energías en Punta del Este antes del estreno en vivo de este fin de semana.
“Al final parece que no dio el presupuesto, ¿o sí?”, se pregunta sobre el contenido de la Cadena Nacional que permitió seguir la presentación que el Presidente de la Nación Javier Milei llevó a cabo el domingo pasado en el Congreso Nacional, razón por la cual debió posponer siete días su esperada apertura de temporada.
-¿Es cierto que el Presidente visitará tu show? ¿Tal cosa sucederá en el segundo programa?
-Es real, lo hemos invitado. No sé si vendrá el segundo o el tercer domingo.
Si bien la diva confirma que la invitación ha sido cursada y ya contemplada en la agenda presidencial, aún no está claro si el mandatario se sentará en su living solo o acompañado por su novia, la exvedette Amalia “Yuyito” González. “Me gustaría que venga con ´Yuyito´, porque él de política habla permanentemente, va a todos los programas; creo que si vinieran juntos sería una cosa diferente”.
-En reiteradas oportunidades te has manifestado a favor de la gestión de Javier Milei. ¿No creés que el ajuste que propone su política de gobierno es bastante extremo?
-Sí, pero también es cierto que él lo anticipó. Yo no lo voté, voté a Patricia (Bullrich), pero, cuando comencé a ver todo lo que hacía, me pareció brutal.
La conductora comienza a enumerar algunas de esas medidas con las que concuerda y manifiesta su sorpresa ante los resabios de la gestión de Alberto Fernández: “Milei echó a ´ñoquis´ del Estado; de cada negocio que fue descubriendo, salía pus de adentro, estaba todo podrido. Desde los punteros hasta los ministros, todo el mundo afanaba, era un asco. Dijo todo lo que iba a hacer y por lo que íbamos a pasar, recuerdo que anunció ´será muy duro, pero luego veremos salir el sol´, le creo”.
-Es evidente que el país estaba sumergido en un tiempo de crisis, ya no solo económica, sino también moral. Ahora bien, ¿en qué se basa tu confianza en la gestión actual?
-Si hay alguien que sabe de economía es él. Tenemos que confiar porque, de lo contrario, nos vamos “a la miércoles”. Habló del ajuste y que íbamos a tener que ponernos un cinturón hasta reventar, que es donde está la gente ahora, pero que después la situación de la Argentina se iba a arreglar. En cinco meses bajó la inflación del veinticinco por ciento a cuatro. No se puede creer.
Alberto y Fabiola
-Te referías a la corrupción en nuestro país. En este sentido, ¿qué reflexión te merecen las acusaciones de la exprimera dama Fabiola Yañez contra el expresidente Alberto Fernández?
-Ahí no me meto, son cosas privadas, son de matrimonio. Además, yo no vivía en la Argentina en ese momento. Creo que el tema agota. Está lleno de opiniones, hasta pagadas.
La diva se excusa, entiende que se trata de un tema privado que “lo tienen que arreglar entre ellos”. Sin embargo, se envalentona y continúa pensando en voz alta: “Es un horror que, encima de la presidencia que hizo, haya que agregarle esto. Es increíble, en otros países miran con los ojos abiertos, no pueden creer que un presidente le pegue a la mujer, es una locura”.
-Si fuera el contenido de una serie, diríamos que es inverosímil, demasiado para un solo guion.
-Claro, una serie que hablaría sobre un tipo que no sabe nada, ni de política, y lo único que le importan son las minas.
-Quizás algún productor ya esté trabajando en esa trama tan perversa.
-Ya sabrá la Justicia qué tiene que hacer. Lamento que él haya abierto el Ministerio de la Mujer, con mil empleados, que es lo que creo que tenía, mientras las mujeres se morían todos los días y nadie se acercaba para ayudarlas. Levantaba el dedito y decía que no iba a permitir que los hombres les pegaran a las mujeres, pero lo hacía cuando llegaba a la casa. Una vergüenza, un mamarracho.
Transcurrir
La conductora condujo su ciclo por última vez en diciembre de 2019. Alberto Fernández acababa de asumir la presidencia del país, faltaban pocas semanas para que el mundo comenzara a estremecerse con un virus desconocido llamado Covid y a la Argentina le restaban tres meses antes de que se decretase una extensa cuarentena obligada por la pandemia, un flagelo que también tuvo en vilo a la propia Susana cuando contagiada debió quedar hospitalizada en Punta del Este con un pronóstico reservado.
Podría decirse que desde que se despidió de su audiencia, un Tsunami pasó por su vida y por el país. El medio es otro y las cifras del rating imperantes también. La mayor parte de estos últimos cinco años, los vivió en su chacra La Mary de Rincón del Indio, Uruguay. Solo hizo algunas apariciones televisivas a través de Susana, invitada de honor, una serie de especiales grabados, como los que timoneó en París con Wanda Nara dando sus explicaciones ante un escándalo de pareja o con Sebastián Yatra, con quien la diva recorrió la ciudad de Buenos Aires y hasta sucumbió ante el placer de comer pizza al corte, de pie, frente al mostrador de una pizzería tradicional del barrio de Chacarita. Hoy, una gran foto que inmortaliza ese momento inusual, engalana una de las paredes del lugar.
Susana también se atrevió a animar LOL, Last One Laughing un formato internacional de entretenimientos con comediantes que se vio por la plataforma Amazon Prime Video y que ya tiene una segunda temporada grabada bajo su conducción lista para ser puesta al aire.
En el plano laboral, también reestrenó en Punta del Este la comedia Piel de Judas, que había sido un suceso en el teatro Lola Membrives de Buenos Aires.
Sin embargo, el público masivo extrañaba su presencia semanal en la televisión abierta al alcance de la mano de todos, pero Susana regresa a un medio donde las cifras de rating son muy diferentes a las que se lograban tiempo atrás. Lo sabe.
-En esta instancia de tu vida y de tu carrera, ¿te preocupa el rating o ya no te fijás en eso?
-El rating siempre preocupa a la gente de televisión, pero sé que las cifras no son las de antes. Ya no se mide 38 puntos, como hacíamos nosotros de lunes a viernes. Eso ya no se hace ni por broma. Hoy, hacer 12 puntos es una cosa fabulosa, 16 puntos ni te cuento. Todo cambió mucho, en todos los órdenes. Ha cambiado la vida, la educación, la violencia. Si hasta los “pendex” pretenden cambiar el idioma.
-¿Te referís al llamado “lenguaje inclusivo”?
-No solamente a eso, los chicos hablan raro, bueno, nosotros también lo hacíamos... El “inclusivo” directamente no cabe en mi cabeza, me parece una estupidez, a mí me gusta el español, el castellano, no hay que entrar en eso, es un disparate.
¿El adiós?
-Esta temporada que iniciás, ¿tendrá carácter de despedida?
-No lo sé, a fin de año te lo digo. Ahora tengo todo el entusiasmo de empezar, pero, es cierto que trabajé tanto en mi vida que te juro que, a veces, estoy agotada. Este tiempo en el campo me ha venido muy bien, incluso para recuperarme del Covid. Ahora estoy fantástica, pero no sé lo que voy a hacer.
La diva reconoce que su vida ha estado dedicada al trabajo: “No he parado, me acuerdo cuando, durante muchos años, filmaba cine de día y, a la noche, hacía dos funciones de teatro de martes a domingos”.
Miedos
En junio de 2021, Susana Giménez debió ser internada en un centro médico de Punta del Este donde fue alojada en la unidad de cuidados intensivos. El contagio de Covid, que derivó en una neumonía unilateral, habían complicado su situación respiratoria. Luego de dos semanas alojada en el Sanatorio Cantegril regresó a su chacra esteña, desde donde agradeció y aconsejó a sus seguidores: “Estoy de vuelta en casa, feliz y agradecida por tanto amor. Cuídense, vacúnense, usen barbijo. Gracias, gracias, gracias”, había escrito en su cuenta de Instagram.
-En esa circunstancia, ¿tuviste temor a morir?
-Sí, la verdad que sí, le tuve miedo a la muerte. Siempre pensé qué no le tenía miedo, pero, cuando estás ahí, encerrada en un cuarto atada a la pared con tanto cable, sin poder moverte, sin saber lo que tenés y sin que pueda entrar nadie, fue duro. Cada vez que ingresaba alguien tardaba una hora en vestirse como un astronauta, así que trataba de no llamar.
-Estás espléndida e, incluso, has celebrado el 29 de enero tu cumpleaños 80 con una gran fiesta y sin el prejuicio absurdo de no confesar tu edad.
-La edad sale en todos lados, la gente entra a Google y lo descubre, es ridículo esconderla. Todos saben mi edad desde que empecé, no podía mentir. Me encantó hacer una fiesta grande, que vinieran a cantar Palito Ortega y Cristian Castro, que Roberto Moldavsky y Umberto Tortonese hicieran sus monólogos, hubo una comida fabulosa, me gustó mucho festejar.
-En esta etapa de tu vida, ¿cómo pensás, imaginás, tu futuro?
-Lo único que pido es salud, todo lo demás lo tengo. Si me retiro definitivamente, no lo sé. Si sucediese eso, viajaré por el mundo, iré a los lugares que me gustan, veré teatro en Londres o Nueva York, pero no sé qué haré.
-¿No te ves como Mirtha Legrand trabajando a los 97 años?
-Mi vida, mi “ciela”, la amo, pero no, no me veo así. No sé cómo hace. En realidad, ella vive para eso, si no lo hace se deprime. Incluso el médico le recomendó que trabajase para no deprimirse. A mí también me gustan otras cosas.
-Más allá del trabajo, ¿qué te apasiona?
-Me gusta el campo, las flores, plantar en la huerta, estar con mis animales. Leo como loca, no soy tan salidora como “La Chiqui” que va a todos lados, se cambia de ropa. La admiro como a nada en el mundo, además está divina.
-¿Qué estás leyendo actualmente?
-La armadura de la luz de Ken Follett, es un autor que me encanta, aunque este libro tiene 700 hojas, quedás traumatizado después de leerlo, pero escribe tan bien que es un placer.
Pensando en materiales escritos, recuerda que rechazó una pieza teatral para protagonizar con Guillermo Francella porque el guion no la convencía. “Amo a Francella, tira una frase y me tiento, no puedo seguir hablando. Cuando grabamos los sketchs de mi programa, decía la letra y, al mismo tiempo, me comentaba cosas por lo bajo, es único, solo él puede hacer eso, me encanta como comediante”.
-¿Te gustaría hacer cine?
-Si es un proyecto interesante y con un gran director, sí, por supuesto.
-¿Hubo propuestas?
-Sí, pero he leído algunos libros que no me han gustado.
Arturo y Selva
El pasado 3 de septiembre falleció la actriz Selva Alemán, esposa de Arturo Puig, con quien Susana Giménez trabajó durante varios años en teatro. A pesar que, durante los últimos tiempos, estaban algo distanciados, la estrella no dudó en comunicarse con su amigo ante la tragedia acontecida.
-¿Cómo fue la charla con Arturo Puig?
-Ay, mi amor, fue una charla tierna y dolorosa. No quise amargarlo con mi llamado, sino llevarle otro mensaje. Le dije “Arturo fuiste un privilegiado, tuviste al amor de tu vida y te duró cincuenta años, eso no le pasa a nadie; estaban enamorados y unidos todo el día, como si fuese el primero, eso no es normal; Dios te tocó”. Por otra parte, tengo entendido que Selva no sufrió, así que ahí también Dios puso la mano, los protegió. Ver a una persona sufrir, atada a cables y dándole calmantes es un horror. Lo adoro a Arturo, hicimos seis años seguidos de teatro entre La mujer del año y Sugar, y después dirigió Piel de Judas en Buenos Aires. Cuando la veía a Selva, le decía “Selvita, Arturo es el marido que más me duró”. Ella se reía mucho cuando le decía eso.
Su amor
-¿Le cerraste la puerta al amor o eso no se puede decir nunca?
-Sí, la cerré, no tengo muchas ganas. Amé y fui amada, ya está. No pienso en eso. Además, no me gusta nadie. Si aparece alguien genial, con humor, con dinero propio, porque basta ya no quiero que nadie me pida nada, no quiero darle nada a nadie.
-Debe ser muy difícil para un hombre acercarse a Susana Giménez.
-En general, sí; pero es la mujer la que elige. Cuando fuiste amada, te divertiste, hiciste lo que se te dio la gana y locuras, ya está. Hoy no podría hacer ninguna locura, sería una estúpida, una loca.
-Se te ve muy unida a tu hija Mercedes y a tus nietos Lucía y Manuel. ¿Cómo definirías ese espacio afectivo tan íntimo?
-Mi hija es todo para mí, viajamos juntas, pero también nos peleamos.
-Es lo normal en una relación entre madre e hija.
-Sí, es normal, pero nos amamos. Con Lucía también viajamos mucho. Me acuerdo cuando le pregunté “¿me acompañarías a Rusia para ver el Mundial?” Se puso súper contenta, “sí ´Kika´, vamos”. A partir de ahí empezamos a viajar juntas y nos llevamos brutal.
Cuando la diva se convirtió en abuela, pidió que no la llamaran con ese rótulo que la avejentaba. “Kika” es el apodo que sus nietos utilizan para referirse a ella y la estrella prefiere evitar la palabra “nietos” y suplantarla por “los chicos de mi chica”. Más allá de las formas, Susana adora a los suyos. “Manuel trabaja mucho y está de novio, lo adoro. Este año entrará a trabajar en la parte comercial del programa”.
¿Adiós al escenario?
-La última temporada de Piel de Judas fue en Punta del Este. ¿No creés que el público porteño merece una despedida en Buenos Aires?
-¿Te parece?
-Por supuesto.
-El teatro es muy cansador. Es divino hacerlo, porque tenés al público ahí, lo hacés reír, de alguna manera lo manejás, esa parte me fascina, pero por ahora no pienso en eso.
-¿Ni siquiera evaluás pocas funciones en un gran espacio?
-No es una comedia para un lugar muy grande, es íntima. Me han ofrecido mil veces el Opera o el Gran Rex, pero siento que son teatros para recitales. La gente que se sienta en la fila 35 no ve ni lo que tenés puesto.
-Me parece que no le cerraste la puerta a la comedia.
-Veremos cuando termina el programa. Después de la última función, Gustavo (Yankelevich) me dijo ´decime ya sí o no, así veo si guardo o destruyo la escenografía´, porque es gigante, giratoria, no hay lugar dónde ponerla.
-¿Qué le respondiste?
-Le dije que no, que terminábamos, pero no sé qué habrá hecho.
Camino al andar
A sus inicios como modelo publicitaria -nadie puede olvidar su media vuelta y la frase “shock” en el aviso de un jabón-, se le sumó su debut teatral en la comedia Las mariposas son libres junto a Ana María Campoy, donde fue toda una revelación.
Luego llegó su tiempo de vedette encabezando los espectáculos de revista y más tarde fue cabeza de compañía de grandes musicales importados de Broadway como La mujer del año, Sugar y La inhundible Molly Brown.
Cuando descollaba en escena con esas producciones de gran envergadura, la televisión golpeó su puerta definitivamente. Antes, ya se había probado en el medio con ciclo como Alberto y Susana, junto al capocómico Alberto Olmedo.
En 1987 nació Hola Susana! en la pantalla de ATC (Argentina Televisora Color), el programa que terminó de confirmarla y coronarla con el status de diva nacional. A mediados de la década del noventa, el formato pasó a llevar su propio nombre y apellido confirmando aquello instalado por la gente como “el programa de Susana”.
Juegos telefónicos y en el piso, premios millonarios, invitados atractivos para ser entrevistados, musicales y sketchs, escenografía deslumbrante, una fórmula rendidora, pero que, sobre todo, siempre se sostuvo en el carisma arrollador de su anfitriona. Esa a la que el público le ha perdonado y celebrado todo, incluso la posibilidad de la presencia de dinosaurios vivos en una feria benéfica realizada cerca de Plaza Italia.
Casi nunca faltó a su programa. Salvo por algún malestar físico extremo o cuando falleció Lucy, su mamá, a quien adoraba. “No paré casi nunca”, reconoce con orgullo. El rating siempre estuvo de su lado.
Modelo 2024
Este domingo, Telefe pondrá en el aire Susana Giménez desde las 22, iniciando una temporada que concluirá en el mes de diciembre, antes de las fiestas.
Para el debut se anticipa la presencia de los campeones del mundo Rodrigo de Paul y Leandro Paredes, quienes también participarán de un sketch junto a figuras como Nico Vázquez, Soledad Pastorutti, Jorgelina Aruzzi, Guillermo Coppola, Juan Pablo Varsky, Pablo Giralt, Peter Lanzani, Yayo, Julián Kartun, Sebastián Estevanez, Damián Betular, Iván de Pineda, Claudio “Chiqui” Tapia, Daddy, el masajista, y Marito, el histórico utilero de la selección argentina.
Además, la cantante María Becerra conversará con la conductora y ofrecerá un set de canciones, y se presentará el habitual juego telefónico y la nueva versión del entretenimiento “Salven los millones”. Ambas propuestas pondrán en juego la cifra de doscientos millones de pesos.
Este año el programa también, acorde a los tiempos, contará con El stream de Susana, con la conducción de Nacho Elizalde, Sofía Gonet “La Reini” y Pablo Agustín, contenidos que se podrán ver en vivo desde el canal de YouTube de Telefe. A través de esta nueva posibilidad, el público podrá acceder a backstages, entrevistas, las mejores “perlitas” de Susana y la reacción en vivo al programa. Está claro que este recurso, sumado a la presencia de la cantante María Becerra, buscarán seducir desde el vamos a un público más joven que el que habitualmente consume televisión abierta.
Legado
-¿Considerás que alguien tiene algo de tu chispa, de tu ángel? ¿Existe una posible sucesora?
-No. En realidad, nadie puede suplantar a nadie. Pensá en Brigitte Bardot, en Sofía Loren, en Marilyn Monroe, son irremplazables. ¿Quién puede reemplazar a Alain Delon? Nadie. Cada persona tiene su carácter, impronta y carisma. No creo en los sucesores.
-María Susana Giménez Aubert tiene todo. Querida por la gente, ubicada en lo más alto del podio aspiracional del mundo del espectáculo, posee dinero. ¿Falta algo?
-Nada. Todas las noches, cuando rezo, le agradezco a Dios. No puedo pedir nada, solo agradecer mi vida.
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