Sting y Trudie Styler: la historia que surgió de una traición, el mito del sexo tántrico y el secreto de un amor longevo
El cantante y la actriz y cineasta eran vecinos y se conocieron gracias a la esposa del exintegrante de The Police, a comienzos de los 80
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Llevan cuarenta años juntos y forman una de las parejas más estables y románticas del mundo del espectáculo. Pero la historia de amor de Gordon “Sting” Sumner y Trudie Styler empezó con un escándalo: él estaba casado con la actriz irlandesa Frances Tomelty (hija del actor Joseph Tomelty), aunque íntimamente enamorado de Styler desde que la conoció, y encima eran vecinos del barrio de Nothing Hill. Por si esto fuera poco, Styler y Tomelty eran amigas y compañeras en la Royal Shakespeare Company y en el 80 compartieron una versión de Macbeth que protagonizaba Peter O’Toole, quien por entonces era pareja de Styler. Durante algún tiempo fueron amantes, hasta que el amor fue más fuerte y ya no pudieron disimularlo.
El exintegrante de The Police se separó cuando su esposa estaba esperando a su segunda hija, Kate. El triángulo fue la comidilla de las revistas del corazón inglesas hasta que quedó en claro que el cantante y Styler eran una pareja fuerte y que no se habían dejado llevar simplemente por un impulso. Según cuenta Sting en su autobiografía Broken Music, se enamoró de ella en el mismo instante que la conoció, pero estaba casado y durante años reprimió sus sentimientos. “Somos afortunados, no hay otro secreto”, responde cada vez que le preguntan por su matrimonio.
A mediados de los 80, Tomelty y el cantante decidieron separarse. Ya había salido a la luz el romance de Sting y Styler y la relación no daba para más. La separación coincidió con la ruptura de The Police. “Ninguno de nosotros puede enorgullecerse de lo que pasó, pero pasó. Nos enamoramos, vivimos juntos, nos casamos y tuvimos hijos. Esa es la historia de nuestra vida”, remarcó el cantante en su libro. “Frances dio a luz a nuestra hija Kate y muy pronto nos divorciamos. Fue una temporada en el infierno para todos”.
Para ese entonces también compuso la emblemática canción “Every Breath You Take” y tiempo después confesó que fue una manera de hacer el duelo y sanar la dramática ruptura de su primer matrimonio. También contó el origen de la canción: “Una noche me desperté sobresaltado con un verso en mi cabeza, corrí al piano y la escribí en media hora. La melodía, hay que reconocerlo, es bastante genérica y similar a cientos de otras canciones. Creo que lo interesante son las palabras, los versos. Suena como una canción reconfortante de amor. Hasta dulce y acogedora, pero es terriblemente siniestra. Tiene un poder ambivalente. No me di cuenta en el momento sino un poco más adelante. Supongo que mi cabeza estaba pensando en Gran Hermano, la vigilancia y el control. En ‘Every Breath...’ hay una mezcla de luz y oscuridad que sin dudas refleja el momento que estaba pasando”. La canción es del disco Synchronicity, de 1983, el último de The Police. “La gente suele malinterpretar esa canción y cree que es un bello tema de amor, sin entender de qué habla realmente”, concluyó.
El secreto de una pasión
Sting y Styler vivieron varios años juntos antes de concretar la boda, en 1992. Se casaron cuando ya tenían a sus dos hijos mayores, primero por civil en el registro de Camden, en Londres, y después por iglesia, en St Andrew’s Church en Great Durnford, Wiltshire (Reino Unido). Desde entonces son una de las parejas más estables de la industria del entretenimiento. Sting creció como solista y ella como actriz y directora de cine. Además, los dos son activistas ecológicos, coinciden en espíritu social y humanitario, y ambos son embajadores de Unicef. También presiden la Fundación Rainforest, apoyan a los pueblos originarios de África, Asia y Sudamérica, difunden una dieta basada en productos ecológicos y comercializan vino procedente de su finca de 350 hectáreas en la Toscana, Italia.
Tienen cuatro hijos: Mickey, Jake, Elliot “Coco” y Giacomo Sumner. Y no solo comparten la vida, sino que se acompañan y se apoyan en su profesión. “Nosotros no competimos. Yo no tengo nada que ver con la música y ni él con la actuación. Si él fuera una estrella de cine, por ejemplo, y yo una actriz tratando de hacerse un lugar, tal vez sería un problema. Cada uno tiene sus espacios, él se va de gira y yo hago mis películas. No nos metemos en las cosas del otro”, contó ella en alguna entrevista. A su vez, él dijo sobre su esposa: “Estoy tremendamente orgulloso de ella. También somos amigos. Nos amamos, pero a la vez nos gustamos, y esa es una distinción importante, casarte con tu mejor amiga”.
Además, la pareja tiene un secreto que mantiene intacto el fuego de la pasión. “Hay algo que funciona. Está la química, innegable, y todavía la tenemos. Lo quiero más cada día”, dijo ella en una entrevista en la revista Variety. Desde hace años practican el sexo tántrico, una disciplina milenaria que valora la relajación, la respiración, las sensaciones que se despiertan a medida que la pareja se toca; una interacción que tiende a sostener el placer y a controlar la eyaculación.
Muchas veces ambos contaron que lo del sexo tántrico es solamente un mito y que no saben de dónde salió. “El sexo es solo la superficie. El tantra es demasiado complejo como para explicarlo. Se trata de reconectar con el mundo espiritual a través de las cosas cotidianas. La persona con la que vivo es mi conexión con lo sagrado”. Fue con esa declaración que habría surgido el mito, y Styler no demoró en ponerle humor al asunto: “Las horas de sexo tántrico se extendieron y de repente, resulta que lo hacíamos un día entero… ¡Quién pudiera!”.
Los dos suelen decir que sienten “electricidad” estando juntos, y Sting confesó que le gusta “el teatro del sexo y disfrazar” a su esposa, en tanto que ella contó en un reportaje con Howard Stern que disfrutan de ir a clubes swingers y de stripers. Sin embargo, cuando se ponen serios aseguran que cuando se ven “todo es romance”. Y ella dice: “Tengo un esposo increíblemente bueno y somos devotos el uno del otro. Él es mi campeón. No hay cenas a la luz de las velas ni ramos de rosas. Nada que ver: los Sumner suelen renovar su amor arrojando flores al Ganges, en una ceremonia sagrada en la ciudad de Varanasi”.
Cicatrices y huellas
Styler creció en una familia muy humilde, en Worcestershire, y siendo muy chiquita fue atropellada por un camión y sufrió graves lesiones en la cara; aunque se hizo varias operaciones a lo largo de su vida, le quedaron cicatrices. “Las marcas que llevo en el rostro me hicieron sentir poco atractiva. Siempre fui insegura. Logré gustarme a mí misma a través de la relación con Sting, que volcó en mí todo su amor”, contó ella en una entrevista a The Telegraph. En su autobiografía del 2005, el músico se refiere al tema amorosamente y la llama “ángel herido”.
A los 20 años, Styler se mudó a Londres, trabajó como mesera en el Xenon Club de Picadilly, un punto de encuentro de millonarios árabes. Por su parte, Sting fue maestro en su ciudad natal, Newcastle, donde creó The Police, junto a sus amigos Stewart Copeland y Andy Summers, una de las bandas más importantes de la historia del rock.
Actualmente residen en Nueva York, en un enorme departamento de estilo futurista que alquilan, luego de haber vendido su penthouse en 50 millones de dólares. También tienen una finca en la Toscana italiana donde suelen hacer fiestas, una mansión en Malibú y otra en Inglaterra.
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