“Son una locura, tengo que parar”: la dramática confesión de Courteney Cox
La actriz de Friends se sinceró sobre la cantidad de intervenciones estéticas que se hizo en el rostro y se mostró profundamente arrepentida
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Lejos de esconderse o negar sus constantes pasos por el quirófano o los centros estéticos, Courteney Cox se mostró sincera sobre uno de los temas que más les cuesta hablar a las mujeres de Hollywood: el paso del tiempo y la presión por verse siempre joven. Así, la actriz que saltó a la fama con su papel de Mónica Geller en la exitosa serie Friends fue clara y contundente y no dejó lugar a dudas. “Tengo que parar. Eso es una locura”, sentenció.
En una entrevista que brindó a The Times, la actriz se mostró arrepentida de haberse sometido a tantos tratamientos estéticos. “Hay un momento en el que decís: ‘¡Oh! ¡Estoy cambiando! Parezco más mayor’”, explicó. Luego, habló sobre el momento en el que comenzó a notar que algo estaba mal. “Empecé a perseguir esa juventud durante años. No me di cuenta de que, mierda, en realidad me veo rara con las inyecciones y haciéndome todas esas cosas en mi cara. Hoy claramente no me las haría”, agregó.
Consciente de que tanto sus pares como el público hablan de sus constantes retoques, la actriz de 58 años confesó: “Tengo que parar. Eso es una locura”. Además, durante la charla admitió ser una “adicta a los productos de belleza” y aseguró que sin dudarlo los probaría todos. Y pese a que se mostró más cerca de la aceptación del paso del tiempo que del intervencionismo -”No hay nada de malo en estar al borde de los 60″, analizó-, no dejó de sorprenderse por la velocidad de los cambios en su cuerpo: “El tiempo va muy rápido.”
Por último, Cox se mostró mucho más madura y contemplativa que durante sus años de mayor éxito profesional. “He aprendido mucho... Ahora sé cómo disfrutar de las cosas, qué hacer para mejorar como persona y qué tengo que dejar ir de mi vida”, expresó. También aprovechó la oportunidad para mencionar a Jennifer Aniston y Lisa Kudrow, sus eternas amigas de Friends, y resaltar la gran relación que supieron mantener con los años. “Estamos realmente cómodas juntas y muy unidas, al final hemos compartido gran parte de nuestra vida”, reconoció.
“La risa de Lisa es la risa más contagiosa que he escuchado, ella es adorable”, dijo sobre la querible Phoebe en la ficción de los 90. “Tenemos conversaciones muy profundas, pero también tenemos esos momentos en los que no nos paramos de reír por todo”, admitió sobre el final de la entrevista.
Una experiencia paranormal
Si bien la actriz mantiene un bajo perfil, hace un año fue noticia por un hecho paranormal. La anécdota la contó la misma Cox en el programa de Jimmy Kimmel. Sentada junto al famoso conductor reveló la insólita razón por la que tuvo que vender una de sus propiedades en Los Ángeles.
Entre anécdotas y preguntas sobre su papel en la serie Shining Vale, la actriz encontró un paralelismo entre su personaje en la nueva tira y su vida personal: ambas tuvieron experiencias en primera persona con fantasmas. Si bien reconoció que se consideraba escéptica al principio, sus experiencias en su excasa de Los Ángeles la llevaron a replantearse su residencia en ese lugar
Se trata de la propiedad donde previamente habían vivido la vedette estadounidense Gypsy Rose Lee y la cantante Carol King. En una oportunidad, King visitó la casa cuando las escrituras llevaban el nombre de Cox y le contó que una pareja que había vivido allí había pasado por un divorcio complicado. Ante eso, llegó la primera advertencia y de la propia boca de la cantante salió que allí habitaban fantasmas.
Esos comentarios no fueron suficiente para convencer a la actriz, aunque fue cuestión de tiempo para que su escepticismo se pusiera en duda. “Otras personas que se quedaron allí conmigo, como amigos míos, dijeron que sintieron un encuentro con una mujer sentada en el pie de la cama”, contó Cox, aunque para esa altura insistía en que todavía no lo creía.
Sin embargo, Cox confesó que las palabras de un tercero alcanzaron para cambiar su opinión: “Un día estaba en la casa, sonó el timbre y era un repartidor. Cuando abrí la puerta me preguntó: `¿Sabías que esta casa está embrujada?´”. Resignada a creerlo, ella le preguntó por qué creía eso, a lo que él le respondió: “Porque hay alguien parado detrás de vos”. Esa fue la gota que rebalsó el vaso y casi con los pelos de punta contó que ese fue el día en el que decidió poner la casa en venta.
Entre risas, le admitió a Kimmel que nunca más pudo dormir sola en la casa y ante la pregunta del entrevistador sobre si realmente había vendido la propiedad por ese motivo, Cox contestó “Probablemente”, corto y conciso. “Ya no pensás de la misma manera, empezás a ver cosas”, explicó.
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