Soledad Aquino habló de su estado de salud a un año del trasplante: “Tuve mucho miedo de morir”
La exesposa de Tinelli, y mamá de Candelaria y Micaela, repasó los momentos más delicados, habló de su recuperación y de sus ganas de ser abuela
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A un año de haberse sometido a un trasplante de hígado y luego de una larga recuperación, Soledad Aquino revivió los momentos más difíciles que transitó y habló tanto de las personas que la acompañaron como de la fuerza y la fe que la mantuvieron siempre en eje.
En un móvil en vivo desde Beccar para Intrusos en el Espectáculo, por América TV, la primera esposa de Marcelo Tinelli aseguró que luego de un año de la intervención, ya retomó la mayoría de sus actividades y que se siente “mejor que nunca”.
“Estoy bárbara”, explicó, y de inmediato recordó lo vivido durante toda esta etapa. “Fue un año muy duro. Mucho dolor, mucha intriga. No sabés qué te va a pasar, qué te van a hacer. La verdad es que me sentí muy mal”, agregó.
Aquino destacó que sintió mucho dolor físico, que luego de un trasplante es muy difícil que el organismo se adapte y que toma pastillas para bajar su inmunidad y que su propio cuerpo no rechace el órgano nuevo. “Me hicieron muchos estudios. Cada vez que venían los médicos, me decía ´ay, qué me van a hacer hoy´”, recordó, y contó que acaba de organizar una cena con ellos para agradecerles. ¿Dónde? En la casa de su hija mayor, Micaela.
Cuando Florencia de la V le preguntó justamente cómo transitaron todo el proceso Micaela y Candelaria, Aquino fue contundente: “Las chicas han sufrido muchísimo y han estado conmigo permanentemente. Sabían de todo, estaban informadas por los médicos y firmaban las cosas que tenían que hacerme”. Luego confió que quien se hizo cargo de los trámites fue Mica por ser la mayor. “Son re compañeras y muy divinas”, destacó.
Luego de contar que es creyente, afirmó que su dormitorio parecía un santuario: “Todo el mundo me traía estampitas, parecía Gilda”, bromeó. Acto seguido, afirmó que “es clave querer vivir”, para poder salir adelante y que sintió mucho miedo antes de entrar al quirófano. “‘No quiero perderme a las chicas’, pensaba”.
Aquino rescató también el rol del Incucai, el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implantes. “Es impresionante como trabajan”, aseguró, y explicó que todo el proceso es muy transparente y correcto y que realmente los órganos llegan a las personas con prioridad médica. Además, confirmó que el órgano que recibió era de un chico de 17 años y que si bien quiso comunicarse con la familia por medio de una carta, no lo hizo por consejo de sus amigas.
El apoyo de toda la familia
Además del amor incondicional de sus hijas, Aquino reconoció que Tinelli y Guillermina Valdés estuvieron muy presentes. “Marcelo se portó bárbaro”, reconoció. “Amoroso, divino, un día me ayudó a cargar toda la ropa cuando iba y venia del [hospital] Santa Catalina. Cuando me recuperé. Un día me armó los bolsos, me cantaba. Yo ahora lo jodo y le digo ´no sos Coti, callate y no me cantes más´”.
Aquino rescató también la actitud de Guillermina Valdés, por aquel entonces pareja de Tinelli. “Guillermina la verdad se portó de diez. Cómo toda mujer femenina como soy yo, me maquillaba. Yo estaba aparte media grogui y me maquillaba. Cosas de mujeres. Amanecía maquillada todos los días. Llegaban los médicos y yo tenía media cara maquillada”, recordó, y reconoció que eso también fue parte de sentirse bien.
Por último, Aquino habló de la importancia de sus hijas. “Yo repetía eso: ‘no quiero dejar a las chicas. Quiero ser abuela. No me quiero morir’”, repasó. “Eso tenés que pensarlo todo el tiempo. Es clave”, reconoció sobre visualizar lo positivo en medio de tanto dolor. Además, explicó que ellas también tuvieron mucho miedo, pero que estuvieron al pie del cañón. “Me traían ropa para que me pusiera contenta, mandalas para que pintara”.
Sobre la posibilidad de ser abuela, Aquino reconoció que Micaela está más cerca, aunque ella misma reconoció que con su vida en México, un hijo sería complicado. Sobre Candelaria, contó que viaja mucho por las giras de Coti y que está disfrutando de ese presente. “Son espectaculares los dos. No podría adorarlos más”, completó sobre sus yernos, el cantante Coti Sorokin y el futbolista Lisandro López.
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