Silvina Luna: “Mi hermano se ofreció como donante, pero todo depende de muchas cosas y quiero ir paso a paso”
La actriz explicó que para entrar en la lista de espera del Incucai primero debe vencer a una bacteria que se encuentra en su cuerpo
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Desde hace algunos años, Silvina Luna dejó de mirarse por fuera y posó su mirada en su interior. Y así, con sus vivencias, sus recuerdos y sus reflexiones, nació el libro Simple y consciente. Allí, entre otras cosas, cuenta con una sinceridad brutal que cuando era niña su padre alcohólico golpeó a su madre y cuando fueron a pedirle ayuda a su abuela, los envió de nuevo a su casa. “Lo que pasaba con mis padres es un poco generacional. Creo que ellos se amaban mucho, y hasta el día en que partieron creo que estuvieron conectados, con algo no resuelto... Ellos se pusieron de novios cuando eran muy chicos, a los 15 años. A los 22 se casaron y a los 23 me tuvieron a mí. Eran niños, realmente, jugando a la familia”, relató la actriz este sábado.
En 2008, sus padres murieron con muy poca diferencia de tiempo. “Se fue primero mi papá, y a los 5 meses, mi mamá. Es creer o reventar, pero parece que el destino estaba marcado de esa manera”, le contó Luna a Catalina Dlugi, en el ciclo radial Agarrate Catalina. Y agregó: “Una vez me dijeron que me había quedado huérfana, y yo respondí que no, porque ya tenía 28 años... Pero no tenía mi familia propia en la cual refugiarme, solo a mi hermano, a quien le llevo 5 años. Juntos aprendimos un montón de cosas. Siempre fui de ir para adelante, pero con los años me di cuenta de que hay que parar”, reflexionó.
“Hay que escucharse y ver desde dónde vas a encarar el duelo, porque es un proceso por el que tarde o temprano vas a tener que atravesar, puede ser ni bien mueren o años más tarde, porque hay que cerrar el círculo de alguna manera”, agregó.
Luna también recordó que durante su adolescencia fue víctima de bullying y que la situación empeoró cuando hizo sus primeras apariciones en la televisión rosarina. “Fue una época muy difícil. Me corrían entre varias chicas, me encerraban en el baño... Para cualquier niño o adolescente que sufra bullying es terrible, porque te sentís desprotegido; en la escuela ‘nadie sabe nada’, a tus papás por ahí no les querés contar para no preocuparlos... Hoy sé que se los debería haber dicho, porque me podrían haber ayudado”, señaló.
En la charla, Luna se refirió también a las secuelas que dejó en su cuerpo la intervención a la que se expuso con el médico Aníbal Lotocki. “Tengo que hacerme diálisis tres veces por semana. Para entrar en la lista de espera para un trasplante de riñón, antes tengo que vencer una bacteria que está dando vueltas por mi cuerpo. Tengo que pensarlo como un paso a paso... Si pienso en todo lo que tengo que encarar, me agarra una ansiedad bárbara. Por eso, lo que vivo y lo que comparto con gente que está en la misma es que hay que vivirlo día a día. ¿Cómo me levanté hoy? ¿Estoy dolorida? Hay que aprender a escuchar al cuerpo. ¿Necesito quedarme descansando? Ok, me quedo. Otro día me levanto sin dolores y lo aprovecho al máximo, visito amigos, hago todo lo que me hace bien”, reveló.
“El miedo lo enfrento con amor. Con amor a mí misma y haciendo todo lo que la vida me propone hoy. En ese sentido estoy tranquila, porque soy una buena paciente, quiero estar bien y quiero seguir viviendo. Después, me nutro del amor de los amigos y de la familia. Eso es clave; tener tu grupo de contención. También aprendí a pedir. Yo era muy omnipotente, por ahí me tenía que internar y lo hacía sin decirle a nadie; pero en esta última etapa en la que empecé con diálisis y necesitaba esa contención, empecé a hablar, a pedir ayuda”, indicó.
Con la voz quebrada, la actriz de Las Estrellas explicó luego: “Me emociona la cantidad de mensajes que recibo de gente ofreciéndose a acompañarme, aunque no me conoce; o de gente que me recomienda médicos o terapias... ¡No sabés las palabras lindas que me dedican! Y eso llega de alguna manera u otra”.
“También es increíble la cantidad de personas que se ofrecen a donar sus órganos altruistamente. No solo directamente a mí... ‘Tengo la necesidad de ayudar a alguna otra persona’, me dicen. Lo que pasa es que se habla muy poco sobre esto... Primero hay que saber que podemos vivir con un solo riñón. Para ser trasplantado, antes te hacen todo tipo de estudios, y lo mismo ocurre con la persona que se ofrece como donante. Y si hay alguna posibilidad de que alguno tenga problemas más adelante o de que el procedimiento puede poner en riesgo su salud, no lo van a hacer”, explicó. Y aclaró: “Lo que ocurrió con Jorge Lanata, por ejemplo, es que su exmujer, Sara Stewart Brown, donó un riñón, pero no era compatible. Entonces, se hizo una donación cruzada”.
“Familiares míos se ofrecieron a donarme un riñón... Todavía falta y no me quiero adelantar. Primero tengo que estar en la lista del Incucai. Una de las personas que se ofreció fue mi hermano, pero a mí todavía me da cosa hablarlo... Yo sé que él está ahí, pero todo depende de muchas cosas y quiero ir paso a paso”, finalizó.
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