Silvina Escudero, sobre el misterioso hombre que la llevará al altar: “Me conoció con poca ropa y bailando en la televisión”
La actriz habló con LA NACION acerca de su compromiso soñado luego de una crisis que alejó a la pareja durante ocho meses, los planes de boda y el deseo de ser madre
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Hacía tiempo que Silvina Escudero tenía ganas de casarse con su novio Federico, que es comerciante, luego de más de cinco años de relación. Y soñaba con una propuesta bien romántica, al estilo Carolina Pampita Ardohaín y Roberto García Moritan. Debe haber hablado muchas veces sobre ese tema porque Federico se la jugó, siguió a Silvina en secreto hasta España, donde estaba de vacaciones con una amiga, y le pidió la mano en una playa paradisíaca de Mallorca, frente al Mar Mediterráneo, brindaron con champagne y siguieron festejando en una suite de lujo donde los esperaba una cama llena de pétalos de rosa que formaban un enorme corazón.
El casamiento por civil es esta semana, aunque la actriz y bailarina quiere preservar el día exacto. Luego harán un almuerzo no tan íntimo, para 80 personas. La ceremonia religiosa y la fiesta será en los primeros días de diciembre y prometen tirar la casa por la ventana. La primera vez que Silvina y Federico hablaron de casamiento fue hace tres años. “Queríamos festejar nuestro amor, pero quedó todo ahí, después vino la pandemia y en un momento nos separamos unos meses. Y en estas vacaciones de invierno me fui a España a visitar a mi mejor amiga, y Fede se apareció en Mallorca, con una propuesta de amor, una fecha para el registro civil, el anillo, y fue el compromiso soñado. Me encantó”, le confiesa Escudero a LA NACION.
“Hacía cinco años que no veía a mi amiga Flora, saqué un pasaje y viajé sola, para compartir tiempo juntas. Un día fuimos a almorzar a un parador divino y en un momento me dijo que tenía que ir al baño, y apareció Fede, se sentó en la mesa con una cajita y una fecha inscripta que es el casamiento por civil. Me dijo lo que significo en su vida, me habló de sus deseos, y me puso el anillo, de rodillas. Todo el restaurante aplaudió y nos felicitó. Después nos fuimos a la suite de un hotel que él ya había reservado y apenas abrí la puerta empezó a sonar nuestro tema, ‘El amor de mi vida’, de Abel Pintos, y me llevó por un caminito de pétalos de rosas que terminaba en la cama, con un corazón de rosas enorme, un ramo de flores y una tarjeta. Morí de amor”, se emociona.
“Se cruzó el mundo para hacerme la propuesta, pero también sabía lo importante que era ese viaje para mí, y cuando terminó todo eso me dijo que se volvía a Buenos Aires porque no quería robarme ese viaje, y que siguiera compartiéndolo con mi amiga. Así que se volvió y yo me quedé unos días más. Hasta hace unas semanas decía ‘qué lindo lo de Pampita y García Moritán’ porque se la jugó, y ahora no me importa más nada”, ríe, feliz. “El casamiento es en una semana y en diciembre hacemos la ceremonia religiosa y la fiesta. El civil es más íntimo, pero van a ser 70 u 80 personas, y los primeros días de diciembre va a ser la fiesta a todo trapo. Lo que siempre soñamos. Un vestido divino y muchas sorpresas, pero no quiero contar todavía y además lo estamos empezando a armar”.
Silvina y Federico se conocieron hace casi seis años, y antes de aceptar una salida hubo muchos mensajes. “Se le borraron las huellas dactilares-bromea ella-. Y después de la remada empezamos a salir. Fue de menos a más, una relación que fuimos construyendo de a poco”, detalla. Y sobre ese momento, aclaró: “Me conoció con poca ropa y bailando en la televisión”. Al principio cada uno vivía en su casa, y a veces él se quedaba a pasar algunos días con ella y otras veces era Silvina la que compartía un tiempito en la casa de Federico. “Hasta que hace tres años y medio decidimos vivir juntos, cada uno dejó su casa y fuimos a otra que armamos los dos. Yo estaba de temporada en Carlos Paz cuando nos entregaron la casa, en febrero, y Fede hizo toda la mudanza; estuvo dos semanas viviendo solo y yo llegué recién en marzo”, dijo.
De perfil bajo, Silvina suele hablar poco de su intimidad. “Me acompaña a todos lados, pero siempre detrás de cámara. No lo quiero exponer, ya lo hice durante muchos años en mi vida. Además es comerciante y no tiene nada que ver con el medio”, dice. Pero si contó que estuvieron separados durante parte de la pandemia y la ruptura parecía no tener vuelta atrás. El impasse duró 8 meses, volvieron a frecuentarse y luego a convivir. “Ese tiempo separados nos hizo muy bien, porque la pareja volvió más fuerte. Es como la décima oportunidad que nos damos. Estuvimos cuatro años de novios. Nos separamos ocho meses, en los que cada uno hizo su vida, y decidimos apostar nuevamente a la relación. Él es un divino. Siempre hubo amor, pero no estábamos de acuerdo en un montón de situaciones de la vida”, contó Silvina en alguna oportunidad. Sobre los celos en la pareja, ella confesó en una entrevista a LA NACION: “No sé si le copa mucho lo que hago, pero me conoció así y amo mi trabajo y esta es mi vida. En una pareja sana, cada uno tiene que ser feliz y acompañarse”.
Este año, cuando festejaron los cinco años de noviazgo, ella escribió en sus redes sociales: “Cinco años de amor. Del más real, ese que se sostiene y se elige a pesar de las diferencias y las distancias. Porque cuando estamos juntos, nos disfrutamos en la simpleza de nuestra cotidianidad”.
Uno de los temas en los que no estuvieron de acuerdo en los primeros años fue el de ser padres. Sin embargo, el tiempo hizo lo suyo y hace unos años ella congeló óvulos. “En algún momento me gustaría ser madre. Federico siempre quiso ser padre y yo retrasé un poco todo. Pero hoy estamos diferentes, un poco más grandes. Hay planes, pero no ya”, aseguró.
Silvina tuvo otras parejas antes de conocer a Federico y algunas de ellas hicieron mucho ruido. Sin embargo, minimiza: “No tuve tantos novios. ¿Queres que te diga cuántos tuve? Seis en toda mi vida, y te los digo con nombre y apellido. ¡Novios, eeeh!”, confesó una vez. “Primero salí con Caco Smith, a los 17, en la época que iba al secundario de Northland; después con Germán Paoloski, a mis 19 años, y luego vino Gusti, estuve con Mariano, Matías Ale, Nico Riera, Cayetano (Nicolás Cajg). ¡Capaz dejé de contar hace un tiempo! “, bromeó. Hasta conoció a Luis Miguel pero, asegura, no pasó nada.
“Yo tenía todos los posters de Luis Miguel cuando era chica. Un día estaba grabando y una amiga me invitó a comer con Luis Miguel. Mis intenciones eran que me cante y tener una foto con él. Yo estaba tonta, pero como fan. Recuerdo que hasta me empezó a cantar y le corregí la letra. Él tenía otra intención. Me tiró onda, pero yo me fui con mi novio, que era Nico Riera en ese momento”, narró. “Quería ir a ver a mi ídolo, no quería salir con un tipo. Bailamos al lado de la mesa, me quise sacar una foto y me dijo que no. El guardaespaldas me quiso revisar el teléfono antes de irme”.
En PH: Podemos Hablar (Telefe) hizo una reflexión sobre su prontuario amoroso: “Quizá no tenía intuición en a quién elegir como pareja, o quizá tenía todo puesto en mi trabajo y en crecer. A veces permitís que se te acerque gente muy nociva. Hoy estoy viviendo mi gran amor. Nos elegimos día a día”, concluyó.
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