Silvia Pérez, sobre Santiago Bal: "Yo la pasé muy mal con él"
La actriz habló con LA NACION sobre su tumultuoso romance con el padre de su hija; lo que significó para ella la maternidad y lo que tuvo que luchar para que tomen en serio su trabajo
Espléndida a los 61 años, Silvia Pérez se mantiene en calma y alejada de los vaivenes mediáticos que involucran a su hija Julieta y a su ex, Santiago Bal. Conectada desde hace tiempo con su espiritualidad y sumida en el camino del autoconocimiento, ella prefiere seguir su carrera por otro lado: acaba de estrenar una obra del sexólogo Walter Ghedin, La vagina enlutada y está ensayando otra más, La restauración . La imagen de ella cuando llega al barcito de Belgrano donde hacemos la entrevista es la de una mujer feliz y en paz consigo misma. Entre risas, Silvia cuenta que no es tan así.
“Todos nos hacemos fotos y nos imaginamos cosas de lo que vemos. Pero, ¿qué se sabe de mí? Se conocen mis trabajos, mis viajes, mi relación con Olmedo, con quien me casé... Lo importante acá es mantener el eje y saber quién soy”.
-¿Lo lográs?
-Durante mucho tiempo de mi vida estuve marcada por mi historia con Olmedo. Eso tuve que revertirlo y para revertirlo tuve que encontrarme conmigo. Y ahora estoy más focalizada en mí que en lo que dice o hace la gente en relación a lo que fue mi vida. Entonces eso a mí me permite avanzar en un montón de cosas.
-Ahora te convocan como actriz y no como ex chica Olmedo...
-¡Pero no sabés lo que me costó! Me costó un camino personal, no con el medio.
-¿Por qué?
-Porque yo estaba enojada. Creía que estaba enojada con los demás, pero estaba enojada conmigo. Y bueno, fue todo un proceso.
-¿Cuándo comenzó a torcerse ese destino?
-Cuando hice la obra con mi hija Julieta, El último pasaje. Después me llamó Dolores Fonzi para hacer Soy tu fan, también Ariel Winograd para Cara de queso... Fueron una serie de cosas hasta que llegó la película de Anahí Berneri, Encarnación, que fue la confirmación de algo que yo estaba haciendo.
-¿Qué tipo de mujer hacés en La vagina enlutada?
-Es una mina que ha dado todo por un hombre y que puede morir de amor. Es un personaje que habla de muchos casos de mujeres que están muy dolidas.
-¿Las mujeres sufrimos mucho por amor?
-Yo creo que más allá del sufrimiento, las mujeres tenemos una capacidad inmensa de sobreponernos. Eso no se ve en la obra, pero lo sé fehacientemente por mi experiencia porque todos sufrimos. Nadie es totalmente feliz siempre.
-¿Le pudiste trasmitir esto a tu hija?
-Sí, pero no desde chica, porque lo aprendí más tarde.
-¿Hablás todos los días con ella?
-Sí. Mi familia es Julieta. Siempre fuimos ella y yo. Es una cosa buena y no tan buena porque eso genera un apego que hay que desandar.
-¿No se desapegaron todavía?
-Sí, bastante, pero el apego fue muy largo. Nos agarrábamos la una de la otra. En un momento éramos como amigas. Después yo aprendí que eso no estaba bueno. Sí compañeras, pero amigas no. La realidad es que yo tuve que aprender a los 21 años a ser mamá, hice lo que pude.
-¿Cuándo te separaste de su papá, de Santiago Bal?
-Las cosas no estaban bien cuando ella nació, entonces me separé. Cuando me enteré que estaba enfermo volví. Y cuando me fui definitivamente Julieta tenía un año y medio. Me la cargué y la llevé a todos lados, por eso a ella la conocen todos.
-O sea que ella nunca vivió con él.
-Casi nada.
-¿Cómo ves toda la movida mediática de Federico, Carmen, Santiago...?
-Yo no me meto. Por eso no voy a los programas porque sólo les interesa eso y yo no quiero hablar.
-¿Y cómo te cae que Julieta sí lo haga?
-Cuando ella quiso tomar ese camino, yo le dije “es tu vida” y eso formó parte del desapego. Ella estaba muy mimetizada con esta mamá perfecta e ideal y ahí se habló del tema. “Yo soy ésta y no es necesario que vos seas igual que yo”, le dije.
Love Love Love pic.twitter.com/5WQIE8yBE5 &— Silvia Perez (@SilviaPerezok) 16 de febrero de 2016
-¿Cómo es Julieta?
-Tiene un carácter muy fuerte, pero es inocente. A mí me costó, pero entendí que tenía que dejarla ser. Fue todo un aprendizaje. Antes quería protegerla y ahora la dejo más libre. Además, Julieta tiene pareja ahora y eso me aliviana. La veo más grande, más mujer.
-¿Tuviste muchas parejas después de Santiago Bal?
-Tuve muchas relaciones y un novio durante siete años con el que conviví. Ahora estoy en pareja hace tiempo, muy bien. El tiene dos hijos, me encantan los chicos.
-¿Por qué no tuviste más hijos?
-No quise nunca y ahora digo “qué pena”.
-¿Te arrepentís?
-No sé si la palabra es “arrepentimiento”, pero hubiese estado bueno. Cuando yo era chica decía que iba a tener muchos hijos. Pero la experiencia de tener una hija estando sola me marcó mucho. La disfruté porque tuve la bendición de tener trabajo siempre, pero nunca elegí nada. Agarraba todo lo que me proponían, iba de la tele al teatro y en medio pasaba por mi casa para bañar a Julieta. Estaba agradecida a Dios, pero no sé si estaba contenta.
-¿Te asustaba quedarte sin plata?
-¡Claro!
-¿Santiago no te pasaba nada?
-Nada. Tuve la ayuda de la vida.
-¿Por eso no te planteabas si querías o no determinado trabajo?
-Yo me planteaba que gracias a esos trabajos podía educar y darle de comer a mi hija. No pensaba nada más.
-¿Cómo te fue como mamá? ¿Cómo ves a tu hija?
-Lo que más valoro es que ella es buena. No tiene vicios, es sana. El amor y el afecto es la brújula en su vida. Por eso le agradezco a mis padres y a mis maestros porque yo a los 21 años no sabía nada y todo me salió naturalmente. Quizás tuve un exceso de amor y se lo transmití.
-¿Te gusta que sea actriz?
-Ni siquiera puedo tener la opinión porque ella nació siendo actriz.
-¿Y qué sentís cuando está metida en algún lío mediático?
-Me da mucho llanto. Una sola vez me enfurecí un poco, no con los programas porque no los veo. Lo que me enojó fue algo que escuché que había dicho su padre.
-Dijo que ella estaba buscando prensa...
-Algo así. Me enojé muchísimo y mirá que me cuesta enojarme. Pero cuando me enojo...
-¿Lo llamaste? ¿Qué le dijiste?
-Prefiero no decirlo. Pero advierto: no me toquen a mi hija.
-¿Por qué te cuidás tanto de criticar a Santiago Bal?
-Porque me genera un sentimiento muy feo el hecho de que la gente hable de la gente. Yo la pasé muy mal con él. Era muy chica y tuve que atravesar su enfermedad... Pero no me gusta meterme en la problemática de una persona. Ni con mi pareja hablo de él. ¿Qué te puedo decir? Es lo que está a la vista. ¿Querés que te lo refuerce? No hay más obviedad que la que una persona te muestra.
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