El conductor y su pareja se conocieron cuando eran niños y están juntos desde que son adolescentes; quién es María José Sánchez y cómo es la relación
- 5 minutos de lectura'
Es uno de los conductores más exitosos de los últimos tiempos y hace seis años que gana la primera mañana en radio con El club del Moro, en La 100, y en televisión conduce MasterChef Celebrity, el programa más visto de los últimos dos años. Sin embargo, Santiago del Moro es muy celoso de su vida privada y tiene las cosas muy claras: “No comulgo con nada de lo que vendo. Mi vida es totalmente básica, estándar y sin altibajos”, suele responder cuando alguien pretende indagar sobre su intimidad. De perfil bajo, disfruta de su trabajo en los medios y gusta hablar de su carrera y sus comienzos en Much Music, en 1998, casi recién llegado de su Tres Algarrobos natal, un pueblo del noroeste de la provincia de Buenos Aires, a casi 500 km de CABA, y de poco más de tres mil habitantes. Claro que cuando le preguntan alguna cuestión más íntima, amablemente cambia de tema.
Sin embargo, se sabe que del Moro y su mujer, María José Sánchez, son oriundos de Tres Algarrobos y que ella es la mujer que lo acompaña incondicionalmente desde que eran adolescentes, y es la madre de sus hijas, Catalina (10) y Amanda (6), y con quien espera a su tercera hija, que nacerá a finales del verano. “Es una bebita muy soñada, muy buscada. Intento ser el mejor papá que puedo y me encanta esto de cambiar pañales y estar presente. Estoy feliz con otra nena, es un terreno en el que me muevo muy bien y sé cómo abordarlo y cómo manejarme”, aseguró hace poco. Y agregó que aún no sabe cómo la van a llamar: “Creo que esta vez el nombre lo van a elegir las hermanas me parece, como que hay una guerra en casa con eso”.
María José Sánchez, la mujer de su vida
María José es su compañera de toda la vida, su cable a tierra, su sostén, su contención en la vorágine laboral y también su más dura crítica: “Es la persona más honesta que conozco y su mirada me resulta más que importante porque no tiene fácil el ‘qué lindo’ o ‘qué bueno’. Es estricta y dura de persuadir, y por eso sé que todo lo que me diga siempre será genuino. (...) Su mirada y sus opiniones son fundamentales para mí y para las decisiones que tomo”.
Del Moro tiene claro que las diferencias también los unen: “Me seduce que no tenga nada que ver con el medio. A mi mujer nunca le importó la fama y eso me ayudó mucho”. Y siempre pone de ejemplo el día en que Jaime Stiuso salió al aire en Intratables: “Fue un quilombo, el espía más buscado había salido al aire en nuestro programa y cuando llegué a casa María me estaba esperando con el boletín de la nena en la mano para que lo firmara. Le pregunté si era consciente de lo que acababa de pasar y su respuesta fue: ‘Firmá’. Es su manera de decirme qué es lo importante. No suele mirar televisión, ni leer las noticias que me involucren. Tiene las prioridades claras y juntos formamos un equipo que siempre piensa en el futuro de la familia”.
Otro ejemplo que muestra las prioridades y la unión de la pareja sucedió en julio de 2015, previo a las elecciones presidenciales cuando algunos candidatos estaban en el piso de Intratables y en el medio del caos, las hijas de Del Moro lo llamaron para decirle que su mamá estaba descompuesta y ellas estaban solas. Sin dudarlo, De Moro dejó el programa en el medio del vivo y fue a socorrerla.
El amor de toda la vida
Cuando el conductor habla de su mujer le brillan los ojos: “María es mi compañera, mi amante, mi novia de la adolescencia. En mi casa tengo la contención y el amor que necesito y a veces creo que ese es el secreto”. Se conocieron de chicos porque era vecinos en Tres Algarrobos, ella vivía a la vuelta de la casa de él. Los juegos infantiles mutaron en amor durante la adolescencia. Y cuando él vino a probar suerte a Buenos Aires, luego de terminar la escuela secundaria, ella lo siguió. Si bien se prometieron amor eterno, no se casaron por iglesia ni pasaron por el registro civil. “Es una cuestión muy mía- se justifica Del Moro-, no creo en el casamiento y nunca me vi en esa foto. Tal vez se relacione con que no me gusta ser ‘el de la fiesta’, el centro de atención. Por otro lado, no lo descartaría y sé que sería súper romántico a la hora de proponerlo. Posiblemente, alguna vez decidamos pasar por el civil a poner una firma y creo que volveríamos a casa a festejar con los más íntimos. Los papeles no definen nada. Lo importante es querernos y estar bien”, asegura el exitoso conductor. Hoy viven en el barrio de Belgrano, en una casa que María recicló a su gusto y es el refugio familiar.
No son perfectos, claro, y debieron pasar algunas tormentas, como todas las parejas, pero supieron salir adelante y los medios jamás se enteraron. “Soy muy celoso de mi tiempo. Armé mi vida como un rompecabezas y sé que cada cosa que haga de más, le resto a otra y llego con el tanque vacío. El aire te demanda mucha energía”, dice él y luego da un poquito más de información: “En lo que haya que estar, estoy. Todo fluye muy orgánicamente, de manera natural y con María nos turnamos. Me gusta mucho ocuparme de la cocina, me doy maña. Hay momentos en que las chicas se ponen insoportables, como todos los chicos, pero nada que no se pueda controlar”.
Más notas de Santiago del Moro
- 1
En fotos: del día de playa de Zaira Nara en Punta del Este a la visita solidaria de Benjamín Vicuña
- 2
La palabra de Mirtha Legrand, tras su entrevista a Roberto García Moritán: “Fue tensa, tensa”
- 3
Navidad: del mensaje de Wanda Nara a las sentidas palabras de Lali Espósito y el íntimo plan para celebrar en familia de Blake Lively
- 4
Amelita Baltar, su enemistad con “la otra” ex de Piazzolla, la insólita charla con el Papa Francisco y su balance a los 84 años: “He vivido como un hombre”