Sandra Mihanovich recordó su relación con Celeste Carballo y una incómoda reacción de Juan Alberto Badía
Sandra Mihanovich es de esas personas que prefieren hacer. No es común escucharla hablar sobre sus hitos ni se la siente cómoda cuando las entrevistas comienzan a tocar temas personales. Por eso, a pesar de haberse convertido en los primeros años ochenta en una de las referentes del colectivo LGBTIQ con himnos como "Soy lo que soy" y "Puerto Pollensa", la cantante siempre eligió el bajo perfil.
Sin embargo, a finales de los años '80, su alianza musical y sentimental con otra de las chicas poderosas de la música, Celeste Carballo, la llevaron por primera vez a un lugar que hasta el momento había esquivado: ese reservado a quien tiene que dar explicaciones sobre su vida.
Sandra y Celeste ya contaban con exitosas carreras como solistas cuando decidieron probarse como dúo. Su primer disco, Somos mucho más que dos, fue un éxito de la mano de aquel poema escrito por Mario Benedetti y musicalizado por Alberto Favero.
En 1990, lanzan su segundo disco: Mujer contra mujer. Para su lanzamiento, la discográfica decidió apostar a lo grande, y de pronto, toda la Ciudad de Buenos Aires se encontraba empapelada con una sugerente foto de las dos cantantes. El título del disco, que en realidad es el nombre de una canción de la banda española Mecano que ellas decidieron versionar, generaba algunas dudas. ¿Ese 'Contra' quería decir que estaban enfrentadas? ¿O hablaba de la proximidad de los cuerpos?
Este sábado, Mihanovich decidió desandar por un rato su silencio elegido y, en diálogo con el programa Agarrate Catalina contó cómo vivió esos momentos y cuál fue la reacción de su familia cuando les habló sobre sus preferencias sexuales. "Fue hermoso lo que hicimos. A mí se me cayó la mandíbula cuando vi el afiche de Mujer contra mujer en la calle. Una cosa es ver la foto en el estudio y otra muy distinta fue encontrarme con afiches de 2 por 2. ¡Fue un escándalo! Pero, a la vez, creo que era muy armónico, muy bello y era algo estéticamente muy logrado. Gabriel Rocca, el responsable, es un gran fotógrafo. Yo estoy orgullosa de haber transitado todas esas cosas, pero confieso que no soy tan valiente como parezco. Creo que he transitado por todos esos lugares casi sin darme cuenta, como cuando te zambullís en la pileta", aseguró.
Después, la conductora, Catalina Dlugi, recordó cuando, en 1991, Celeste Carballo le contó al aire un sorprendido Juan Alberto Badía: "Con Sandra nos amamos". Aquella revelación, hecha en el programa Imagen de Radio generó gran revuelo. En principio, Badía tuvo que disimular su propia incomodidad, no porque el hecho de que dos mujeres se amaran estuviera reñido con su propia moral, sino porque la homosexualidad seguía siendo un tema tabú en los medios.
"Él no lo pudo creer. Desde la cosa medio naive que tenía Juan, insistía en preguntar qué significaba 'Mujer contra mujer'. Insistía, pero nunca se esperó esa respuesta. Fue un momento muy único, muy importante, y creo que gracias a Dios nuestra sociedad ha evolucionado maravillosamente desde entonces. Hemos llegado a una situación en la que la tolerancia es cada vez mayor y donde la convivencia es cada vez mejor. Hacemos muchas cosas mal, pero eso está bastante bien", analizó.
Luego, contó cómo reaccionó su familia cuando les contó sobre su preferencia sexual: "Lo tomaron súper bien. Me contuvieron mucho. Mi familia siempre me apoyó y estuvo a mi lado en todo momento. Nunca sentí ningún tipo de rechazo ni de discriminación".
"Tuve la enorme fortuna de transitar mi vida laboral con este perfil bajo que siempre tuvimos mi familia y yo, y con una gran consecuencia entre lo que decía y lo que hacía. El otro día, en una entrevista con Guillermo Blanc, me dijo: 'Nosotros sabíamos, pero te cuidábamos'. Me cuidaban y respetaban mi silencio. Supongo que también, por carácter transitivo, tenía que ver con el cariño que le tenían a mi mamá (la periodista Mónica Cahen D'Anvers)", explicó.
Por eso, expresó: "Yo solo tengo palabras de agradecimiento. Nunca sentí rechazo por parte de la gente ni que me hicieran ningún tipo de bullying. Abrazos sí recibo, de todo tipo, y van como in crescendo. Tanto es así que... Yo no tengo tatuajes, no soy una chica de la época de los tatuajes, pero tuve la necesidad, hace un año, de tatuarme una palabra. Por eso, en mi brazo derecho tengo tatuada la palabra 'gracias'. Eso es lo que yo siento y lo que quiero decir todo el tiempo".
Por último, se refirió a Únicas, el show musical que protagoniza dirigido por Anita Martínez y Valeria Archimó, que además se plantan arriba del escenario junto a Lourdes Sánchez y Cecilia Figaredo. "Es un espectáculo entretenido, comprometido, y con el objetivo de decir las cosas que las mujeres cada vez podemos decir mejor. La idea acá era resaltar el rol de la mujer, y que cada una de las que se encuentra en el escenario pueda ir a más, las bailarinas por ejemplo se lucen actoralmente", concluyó.
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