"La mejor bendición que he tenido en mi vida es el amor", escribió en un posteo de Instagram, Salma Hayek , la mexicana actriz, activista y productora que llegó a Hollywood dispuesta a derribar barreras y desde entonces no ha dejado de romper moldes. Nada le fue fácil. Cuando en 1991 se fue de México y se instaló en los Estados Unidos, la presionaron para que dejara de lado su carácter latino, se burlaron de su mala pronunciación del inglés y poco confiaban en ella, pero lejos de achicarse, tomó las críticas para impulsarse cada vez más alto.
No sólo fue protagonista de decenas de novelas y películas, sino que también produjo su propia película cuando se puso en la piel de Frida Kahlo, fue portada de revistas de todo el mundo y se robó todas las miradas por su belleza infinita. "El mundo ha cambiado muchísimo. Hollywood también. Cuando llegué a los Estados Unidos resultaba inconcebible que un actor de origen latino, sobre todo si procedía de otro país, interpretase un papel protagónico. La gente se reía de mí cuando hablaba de esa posibilidad", le contó en una entrevista a Vanity Fair sobre sus comienzos.
Jamás renegó de sus orígenes y acompañó cada causa que le pareció justa, incluso aquellas que ya sabía que generarían polémica y por las que sería criticada. Su lucha feminista y su sensibilidad social, la convirtieron en una activista incansable, por eso cuando se hizo pública su relación con el magnate de la moda, François-Henri Pinault, muchos no comprendieron su elección, ya que en sus propias palabras jamás le interesaron "los lujos como las joyas y la alta costura". Y, además, había asegurado en varias ocasiones que pasaría el resto de sus días sola... Pero llegó el amor con tanta fuerza que nada pudo pararlo.
El sueño latino
El romance fue vivido como un auténtico cuento de hadas. Ella era una super estrella. Él un exitoso empresario del mundo de la moda, donde era considerado el rey del lujo francés.¿La razón? Su compañía Pinault-Printemps-Redoute (PPR) es dueña de marcas tan exclusivas como Gucci, Balenciaga e Ives Saint Laurent. Aunque estos son solo algunos de sus negocios, ya que el empresario también tiene participación en el mercado deportivo (poseé al equipo de fútbol Stade Rennais), en los medios y en el arte. Una amalgama empresarial que le reporta suculentos ingresos y lo sitúa como una de las fortunas más importantes de Francia. Un candidato ¡nada despreciable!
La mexicana venía de romances fallidos con varios de sus colegas, entre ellos el actor Edward Norton con quien vivió un amor de cuatro años. En varias entrevistas, manifestó que no creía en el matrimonio y que, a futuro, se veía sola, sin muchas ganas de volver a tener una pareja estable. Antes de Salma, François estuvo casado con Dorothée Lepère, de quien se divorció en 2005 y con quien tuvo dos hijos: François y Mathilde.
El flechazo entre Salma y François se dio el 29 de abril de 2006 durante una cena de gala en Venecia, en la que ella era la invitada de honor. Se trataba de la inauguración del Palacio Grassi, que alberga la colección de arte contemporáneo de François Pinault, padre del actual esposo de Salma. Se sentaron juntos a la mesa y desde entonces quedaron maravillados el uno con el otro. Tras esa cena, Pinault pidió que le consiguieran todas las películas de la mexicana, pues quería saber más sobre ella.
"En la época en que lo conocí, ya había decidido que no quería uno de esos. Lo había organizado todo para tener una vida completamente diferente. Estaba preparada para vivir en mi rancho, que también es un santuario de animales que han sido maltratados. Mi plan era ir a Los Ángeles y trabajar un poco. No tenía previsto gastar demasiado. No me interesaban ni las joyas ni los coches; ya tenía todo lo que quería. Puede que conservara algún hombre aquí y allá. También pensaba que no podría tener hijos y entonces apareció él, me tomó por sorpresa: revolucionó mi universo y me dejó embarazada", explicaba divertida en una entrevista con The Observer.
Sin embargo, el amor a primera vista fue tan fuerte que comenzaron a mostrarse juntos. La prensa francesa no se perdió detalle de sus primeras salidas, calificando este romance como "un cuento de hadas". Pero había un impedimento: la distancia.
Un océano nos separa
La relación, que parecía muy sólida y próspera, tuvo que soportar varias tempestades. Es que, al parecer, el amor a distancia no funcionaba a la perfección. Ella vivía en Los Ángeles y él, en Francia, por lo que la primera crisis no tardó en aparecer cuando todas las revistas europeas hablaban sobre las infidelidades del empresario. A su vez, meses después, Pinault reconocería a Augustin, su hijo, fruto de un breve romance con la modelo Linda Evangelista mientras estaba en crisis con Hayek.
A Salma no le quedó otra que cancelar los planes de casamiento, aunque nunca dejaron de verse. De esos encuentros, quedó embarazada y en septiembre de 2007 dio a luz a Valentina Paloma. Todo parecía estar en calma otra vez hasta que la actriz se negó a dejar su carrera en pausa para convertirse en un bonito accesorio de su pareja y decidió seguir viviendo con la pequeña en los Estados Unidos.
Durante esa nueva pausa, Pinault se relacionó con Virginie Couperie, una jinete de caballos, con quien fue captado muy romántico en un yate. Esas fotos parecían ser el certificado de defunción de la pareja, pero el amor volvió a vencer. Salma y el multimillonario lograron reconciliarse y el 14 de febrero de 2009 se casaron por civil, celebrando posteriormente una ceremonia religiosa dos meses después en Venecia, en el mismo Palazzo en que se conocieron. La mexicana decidió entonces resignar sus planes personales por un tiempo y se instaló en París junto a su marido y su hija.
La vida familiar
Más allá de las alfombras rojas, las grandes galas y el lujo, Salma refleja en su cuenta de Instagram (en la que tiene casi 8 millones de seguidores), la vida diaria junto a su hija Valentina, con quien lo comparte todo. Hace unos días atrás, subió un video en el que le dio a la pequeña un regalo muy particular para festejar sus once años: le permitió que le cortara el pelo. La niña ya es seguida por los flashes, que le pronostican un futuro similar al de su madre.
Desde un paseo en globo para compartir una cena en las alturas para San Valentín hasta las trenzas que le hace para sus clases de baile, como así también los logros deportivos de la pequeña, Salma es una madre dedicada a la crianza de su hija y se muestra muy cariñosa con ella en las redes sociales. Incluso, el tiempo ha limado asperezas y la mexicana logró aceptar al hijo que su marido tuvo con Evangelista durante una de sus separaciones, para que Valentina tuviera contacto con Augustin, su medio hermano.
La estabilidad de la pareja hizo que renovaran los votos a casi 10 años de celebrar su boda. Y, por supuesto, fue a lo grande: con una ceremonia sorpresa que tuvo lugar en el bello escenario natural de Bora Bora. Fue Salma quién posteó las imágenes y contó los detalles: "El mejor momento de este verano fue cuando mi marido me organizó una ceremonia sorpresa para renovar nuestros votos matrimoniales". Frente a varios testigos, entre ellos la hija que ambos tienen en común, y Mathilde Pinault (a quien el empresario tuvo con Dorothée Lepère), los dos unieron sus manos y permitieron que cayera agua de un caracol sobre ellas. Después, mostraron unas pulseras de hojas con las que sellaron su unión y finalmente Salma arrojó su ramo como la tradición lo indica.
Sin planearlo, la mexicana fue cumpliendo cada uno de sus sueños como en el guion de una novela y aún tiene hojas en blanco para seguir sumando escenas...
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