Sabrina Carballo pasó de ser una de las favoritas del Hotel de los famosos a abandonar el reality en medio de una dura polémica

Si cabía alguna duda de que El Hotel de los famosos está estructurado como una ficción, lo que sucedió las noches del lunes y el martes en el reality de eltrece lo confirmaron. El reality de eltrece, producido por BoxFish, incluso tituló sus últimas emisiones como si se tratara de un final de temporada, llevó el nombre “H con sorpresa”.

Asimismo, se concibió un cliffhanger para que el espectador palpite con expectativa “la segunda temporada”, que comenzó el martes. En este drama, hubo una participante que se destacó en los “episodios” que más le rindieron al reality conducido por Carolina “Pampita” Ardohain y Leandro “el Chino” Leunis: Sabrina Carballo.

La actriz fue eliminada en en medio de una de las situaciones más violentas que se vieron en el programa hasta la fecha, cuando en instancias decisivas, Maximiliano “Chanchi” Estévez empujó a Lucas “Locho” Loccisano, al igual que Martín Salwe, figura omnipresente si las hay (quien mira a cámara incluso cuando está en una pelea).

Esos empujones derivaron en que el exjugador y Alex Caniggia -quien salió en defensa de Locho- casi se agredan físicamente, si no hubiese intervenido la producción. “Casi nos vamos a las manos, pero no pasó nada”, dijo el Chanchi, minimizando el episodio. El enojo de Estévez, expareja de Carballo, provino de las supuestas indicaciones que Loccisano le dio a Lissa Vera en el tramo final de la H, para que su compañera se imponga sobre la actriz y la elimine del certamen.

En lo que solo se podría definir como un hecho de ironía pura, mientras se suscitaba esa discusión, Salwe hizo aquello mismo por lo que Estévez empujó a Locho: le dijo a Carballo que suba por una escalera del costado. Le dio una indicación para ayudarla en plena la vorágine. ¿El problema? Fue una indicación errónea que le costó la estadía a la actriz.

Sin embargo, en ese momento Carballo creyó haber triunfado en el juego, se abrazó con “la familia” que integran Estévez, Salwe y Emily Lucius, e intentó hacer las paces con Vera, con quien venía teniendo una mala relación tras lo que ella consideró una traición: cambiar su estrategia y empezar a jugar para “los sanguinarios”, el equipo de Caniggia y Loccisano que le puso picante a las recientes emisiones del programa. Estévez pedía disculpas por lo que había hecho, luego intentaba justificarse, Carballo se abrazaba con Lucius, Salwe planeaba una nueva movida en el juego... Pero Pampita y el Chino no estaban.

La infracción al reglamento que cambió todo

Luego de un tiempo prolongado, los conductores regresaron y explicaron que no podían decretar a Sabrina como ganadora porque siguió una indicación de Salwe que implicaba una infracción del reglamento. “Hubo una anomalía, Sabri cambió el recorrido y subió por el costado, las reglas siempre fueron claras, tenía que subir por la parte central”, detalló Leunis.

Si faltaba un condimento para que el clima se volviera más tenso, fue otra indicación, la del conductor del programa: la parte final del juego de la H debía volver a realizarse, y quien la ganase podía permanecer en competencia.

Estévez no estuvo de acuerdo con las reglas de la producción, lo manifestó ante una tajante Pampita, y amenazó con irse del certamen si proseguían con esa dinámica. Lo mismo hizo Salwe. “Yo me voy”, dijo el locutor que tanto rechazo genera en la audiencia.

Eventualmente, se retomó el juego, perdió Sabrina, Lissa ahora continúa en el certamen, y de los dos que aseguraron que iban a retirarse en señal de protesta, solo uno cumplió: Estévez.

En otra ironía que entregó el programa, se pudo contemplar acaso la mayor de todas: el exjugador Chanchi Estévez estuvo todo el ciclo “amenazando” a sus contrincantes con competir con ellos en la H y sacarlos allí (incluso dijo que iba a perder en el Laberinto para estar más vulnerable), pero, llegado el momento, se echaba para atrás.

Así se convirtió, junto a Leo García y Rodrigo Noya, en el tercer participante de El Hotel de los famosos en abandonar el juego por decisión propia y en solidaridad con su expareja, quien parecía derrotada antes de empezar la contienda. El Chanchi, quien siempre decía que quería “ir a la H”, se fue por el costado.

El final de Sabrina

Carballo, quien había ingresado al juego como una participante prometedora y con proyección para estar en las instancias finales, tampoco estuvo exenta de “el efecto Locho”. Cuando Loccisano ingresó al certamen para cambiarlo por completo, la actriz dejó esa bienvenida autonomía que venía teniendo y alimentó esa simbiosis con Estévez y compañía, redireccionando su enojo al “nuevo”. El público, como queda a la vista por los comentarios en las redes sociales, no se lo perdonó.

Carballo pasó de ser una presencia femenina fuerte en el reality a una mujer que quedó eclipsada por la estrategia de Estévez (siempre la misma: o votar a Locho o decirles a los demás a quién votar y desligarse, dos movidas trilladas que no sumaron al juego, como sí la de Caniggia), y cuya mala relación con Loccisano le hicieron perder la perspectiva.

En los últimos programas antes de su ruidosa partida, a Sabrina se la notaba fuera de eje, como si el juego le hubiese ganado.

Como ejemplo tenemos su enojo con Alex por haberse cambiado de bando, en su criterio, debido a que Vera y Loccisano “le lavaron la cabeza”. Una de las cosas que convirtió a Caniggia en el gran candidato a es, precisamente, que no se deja influenciar por nadie, algo que Carballo no habría detectado del todo.

El enojo pudo más, incluso en el repechaje, otro punto de inflexión en el que la actriz escuchó, de boca de sus compañeros, cómo Estévez la había traicionado en una H anterior que sí logró ganar.

La partida de Sabrina se empezó a sentir inevitable cuando encaró la etapa previa al duelo con Lissa con una solemnidad que, en un reality como El Hotel de los famosos, siempre juega en contra. El dicho “el que se enoja, pierde” terminó sobrevolando a Carballo quien, como su amiga Emily, tampoco supo aprovechar la plataforma que le dio el programa. Como ella misma dijo: nunca tuvo grises, pasaba de estar tranquila a arrebatos poco agradabes, con insultos incluidos.

De esta forma, la actriz que hizo check-in en el hotel con mucha personalidad (fue una de las primeras en cuestionar los insultos de Salwe a las mujeres, cuando ella misma recibió uno), terminó yéndose por una indicación ajena. Y con Estévez al lado. Una postal más que elocuente de su paso por el reality.

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