Ryan Gosling y los motivos que lo trajeron a Buenos Aires y Punta del Este en 2004: “Tenía el corazón hecho pedazos y vino a sanarse”
Luego de que el protagonista de Profesión peligro recordara las medialunas y los helados de una famosa cadena local, Tobías Schapire, un amigo del actor, le contó a LA NACIÓN cómo transcurrieron los días y las noches en la región del nominado al Oscar
- 5 minutos de lectura'
En las últimas horas, el nombre de Ryan Gosling se convirtió en tendencia en las redes sociales. El actor, que acaba de estrenar en los Estados Unidos la película Profesión peligro, brindó una entrevista a un medio local y recordó con añoranza los helados de una conocida cadena argentina y las medialunas. “Siempre pienso en eso”, le confesó a la cronista, ante la mirada atenta de su compañera de elenco, Emily Blunt. “Son como un croissant, aunque más pequeño, más dulce y se come en el desayuno. ¡Y las podés pedir a las cuatro de la mañana!”. Fue la actriz británica quien quiso saber cuándo y cuánto tiempo estuvo en el país, y entonces, el protagonista de La la land respondió sin pensarlo: “No el suficiente”.
Pero sus recuerdos sobre la gastronomía local no se agotaron ahí. “¿Todavía existe Freddo en la Argentina?”, le preguntó a la periodista de TN Cecilia Martí. “Sí, ¿lo conocés?”, comentó ella, sorprendida. “Es el mejor helado. Fue hace mucho tiempo, no recuerdo cuando, pero quedó marcado en mí”, agregó. Las declaraciones del actor canadiense por supuesto que no pasaron inadvertidas y fueron replicadas en distintos medios y en las redes sociales durante todo el jueves. Muchos se preguntaban en qué momento Gosling pisó suelo argentino y fue entonces que apareció Tobías Schapire, amigo del actor, para dar precisiones y aportar algunos datos sobre su estadía.
El protagonista de Barbie compartió con él un veraneo en Uruguay y una semana de vacaciones en Buenos Aires. “Todo empezó cuando uno de mis amigos, un pintor estadounidense, me llamó para avisarme que venía a pasar el verano a Punta del Este. Su idea era alquilar una casa junto a uno de sus amigos, el director de cine Boaz Yakin. Para mí el plan era genial, pasar todo el mes de enero de 2004 juntos”, le contó a LA NACIÓN. “A los pocos días de estar ahí los tres, nos dice Boaz que un amigo de él estaba con el corazón hecho pedazos y que venía, también, a Punta del Este a sanarse”, recordó.
“Ese amigo resultó ser Ryan, a quien Boaz había dirigido en 2000 en Duelo de titanes, una película que transcurre en los años 60 y habla de la segregación racial. Allí Ryan interpretó a un jugador de fútbol americano y Denzel Washington era el entrenador”, explicó. Y entonces, el actor se sumó al grupo y a sus actividades: “Hacíamos picaditos en la playa y él era muy bueno jugando al fútbol... Lo pasamos muy bien, saliendo, yendo a la playa y todo lo que conlleva el verano. Disfrutábamos de los atardeceres, tocábamos la guitarra, nos quedábamos en la pileta, charlábamos mucho, jugábamos al backgamon”.
Hoy resulta casi imposible pensar que uno de los actores más famosos del mundo pueda pasar inadvertido, pero en aquel entonces, a pesar de ser medianamente conocido en los Estados Unidos y en Canadá, en estas tierras todavía podía escudarse en el anonimato. “De El Club de Mickey era el único que todavía no la había pegado, aunque estaba muy enfocado. Había sido compañero de Britney Spears, Christina Aguilera y Justin Timberlake, y había vivido con ellos en Florida cuando grababan el programa. En ese momento, él era al único que le faltaba... Estaba ahí, por meter el gol. Él estaba por ser famoso, pero venía con el corazón roto”, señaló Schapire.
Quizá por una cuestión de códigos, él no lo dice, pero quien le había roto el corazón a su amigo era nada menos que Sandra Bullock, con quien Ryan había iniciado un romance mientras filmaban Cálculo mortal, en 2002. “Él ya había filmado cuatro películas que todavía no se habían estrenado, pero que iban a tener éxito. Pero con nosotros se comportó como uno más. Ahora, a la distancia, resulta gracioso que lo hayamos tenido de incógnito en Buenos Aires y en Punta del Este, sin que nadie supiera quién era”, reflexionó su amigo.
Ese “anonimato” seguramente le sirvió para llevar una estadía tranquila, alejada de los paparazzi y de las preguntas incómodas, pero también le mostró su contracara. “Una noche fuimos a Tequila, en Punta del Este, y nos dejaron entrar a todos menos a él. Lo rebotaron. Como yo conocía a la gente de la puerta les dije: ‘Pará, este flaco la va a romper. Filmó varias cosas que están por salir. Déjalo entrar’. Ahí le saqué esa foto haciendo ese gesto adentro del boliche”, señaló Schapire. Horas después de ese incidente, Gosling probaría uno de los manjares que mencionó en la entrevista: “Cuando salimos de ahí, a las cuatro de la mañana, nos fuimos a comer medialunas”.
La conexión que el grupo logró entablar en tan poco tiempo fue tan fuerte, que cuando Schapire emprendió el regreso a la Argentina, los demás decidieron viajar con él. “Nos hicimos muy amigos. Estuvimos juntos en total unas cuatro semanas, y una la pasamos en Buenos Aires. Y es verdad lo del helado: íbamos al Freddo que estaba ubicado en Juncal y Ayacucho. Así que su cuento del helado es tal cual. Fue así”, explicó.
Lo que quedaba por saber era si durante su travesía rioplatense, el actor había entablado alguna relación sentimental que lo ayudara a curar su “corazón herido”. “No. ¡Para nada! Obviamente, es un tipo fachero, y aunque no fuera famoso en aquel momento, con solo saber que era un actor estadounidense, lindo, y que sé yo, podría haber tenido algo con alguien... Pero el tipo, ni bola. No le dio bola a ninguna mujer. Nada de nada”, aseguró Schapire.
Temas
Otras noticias de Ryan Gosling
Más leídas de Personajes
“Me pareció muy osado”. Corrado: de su curioso mantra oriental a las cachetadas que recibió y qué hizo su esposa para seducirlo
En Nueva York. Mafalda, invitada especial en la gala de los Emmy Internacional, cumplirá uno de sus grandes sueños
“Eternamente agradecido”. Gastón Pauls reveló el rol que cumplió Marcela Kloosterboer en su recuperación de las adicciones
In fraganti. Paul Mescal: amores, coqueteos y conquistas de un Gladiador