El intérprete británico de 40 años, quien regresa al mundo de las series con Anatomía de un escándalo, la ficción de Netflix que se estrena este viernes, es también músico y aborrece los proyectos a largo plazo por miedo a repetirse
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Rupert Friend es, ante todo, un enigma. A sus 40 años, el actor oriundo de Cambridge es toda una rareza dentro de una industria en la que el perfil alto ocasionalmente suma al momento de dar a conocer ciertos trabajos. Para el actor, director y músico, un hombre de muchas facetas, lo importante es el trabajo y el resto, un aspecto de lo que puede prescindir.
Esa naturaleza reservada se mantuvo a lo largo de toda su carrera, desde sus inicios en cine en 2004 luego de estudiar en la Webber Douglas Academy of Dramatic Art en Londres, hasta la actualidad, en la que tiene un rol protagónico en la flamante ficción de David E. Kelley para Netflix, Anatomía de un escándalo, que se estrena este viernes. Su futuro también es promisorio: el mes próximo lo veremos en la miniserie de Disney+, Obi-Wan Kenobi, y en la nueva película de Wes Anderson, Asteroid City. El cineasta volvió a convocarlo luego de haber trabajado con él en La crónica francesa.
Las múltiples caras de Friend
En cierta medida, su corta carrera está llena de actuaciones memorables, de trabajos con realizadores y actores de renombre pero, por esa decisión de no llamar la atención sobre sí mismo, la obra que llegó a forjar Friend no tiene el reconocimiento que se merece. Aunque, si tomamos en cuenta su modus operandi, no es atención lo que está buscando: es brindar lo máximo en el set, su principal objetivo.
El actor tiene muchos rostros desconocidos, un universo oculto alejado de Hollywood. Friend escribió, produjo y dirigió dos cortometrajes, The Continuing and Lamentable Saga of the Suicide Brothers, y Steve. Asimismo, su talento para la música, la faceta que menos explora, hizo que el grupo de jazz, Kairos 4Tet, lo sume a sus filas para escribir las letras de los temas de Everything We Hold, su disco de 2013. Adam Waldmann, el líder del ensamble y amigo de Friend, también lo había hecho partícipe del disco previo, Statement of Intent, en 2011. El trabajo como compositor de Rupert recibió excelentes críticas pero, a contramano de lo que se pueda pensar, él eligió no volver a ese mundo. Al menos por ahora.
Friend es, indudablemente, una caja de sorpresas. Como ejemplo de esto tenemos ese fuerte anhelo que se despertó en Oxford, etapa de su vida en la que se había mentalizado con tener un futuro en la arqueología.
En una de las pocas entrevistas que brindó, en este caso para la revista Interview, aseguró que esa fue su primera vocación y que estaba dispuesto a dedicarse a ella con mucho compromiso, hasta que advirtió que su pasión estaba ligada al cine, por lo cual no siguió adelante con la carrera. “Indiana Jones fue una película que me impactó muchísimo, al punto tal de querer estudiar arqueología”, declaró el actor que cita a Harrison Ford y a Marlon Brando como los intérpretes que más admira. “Siento que ambos, de distintas formas, han tenido una gran influencia en lo que yo aspiro a ser como actor”, añadió.
En cuanto a esas aspiraciones, Friend no debió atravesar una etapa ardua de castings para poder entrar por la puerta grande a Hollywood. Su debut se produjo en 2004 en un film de alto perfil: El libertino, protagonizado por Johnny Depp y Samantha Morton, bajo la dirección de Laurence Dunmore. Por su rol secundario de Billy Downs, el británico recibió el premio Satellite a mejor actor revelación, al igual que una nominación en los British Independent Awards, el paso previo a uno de sus personajes más recordados que le hizo levantar ese bajo perfil, no precisamente con su aval.
Orgullo y prejuicio: la fama y el romance con Keira Knightley
En 2005, el realizador Joe Wright entregó una ópera prima perfecta: la adaptación de Debora Moggach de la novela de Jane Austen, Orgullo y prejuicio, con Keira Knigthley como Elizabeth Bennet, Matthew Macfadyen como Fitzwilliam Darcy, y Friend como el carismático George Wickham, un hombre de doble cara que confunde momentáneamente el corazón de la querida heroína. Así como en el rodaje Wright se enamoró de la actriz Rosamund Pike (relación que tuvo el peor final, con ella siendo abandonada a días de su boda), Friend conectó inmediatamente con Knightley, con quien comenzó un noviazgo que duraría cinco años.
Los actores tenían en común una misma visión sobre sus carreras, y un desagrado por explayarse sobre sus vidas privadas. Por lo tanto, cuando Orgullo y prejuicio adquirió una ineludible popularidad, ambos eran captados por los flashes en cada una de sus salidas, por más que quisieran evitarlo.
De todas maneras, sí lograron que no trascendieran los detalles de una crisis que comenzó en 2009 y que derivó en su separación definitiva, que fue confirmada por el padre de Keira, porque la actriz no quería brindar declaraciones, lo que generó rumores de que fue Friend quien terminó con el vínculo. “Sí, se separaron”, le contó Will Knightley a la publicación The Sun. “Así son las cosas, a veces no funcionan. La única opción que queda es seguir adelante. Estuvieron mucho tiempo juntos y por eso es difícil terminar, pero ahora Keira está enfocada en su trabajo”, contaba su padre en esa época.
Tres años más tarde, Knightley se casó con el músico James Wrighton, con quien tiene dos hijas, Edie y Delilah. En cuanto a Friend, contrajo matrimonio con la actriz, modelo y atleta Aimee Mullins en mayo de 2016. Curiosamente, en 2010 volvió a trabajar con Knightley en su cortometraje Steve, que le valió una nominación en el Festival de Santa Barbara y un premio del Festival Internacional de Cine de Rhode Island.
Tras sortear ese frenesí mediático, Friend tuvo algunas participaciones en films poco resonantes, e incluso se animó a convertirse en el nuevo Hitman con El Agente 47, donde interpretó al asesino de élite, ese agente secreto que surgió de un videojuego de IO Interactive, en el que tomó la batuta de Timothy Olyphant. El largometraje de acción de Aleksander Bach no fue del agrado de la crítica, pero demostró la versatilidad de Friend y su espíritu temerario a la hora de elegir proyectos, como pudimos notar en películas más logradas como Young Victoria y la brillante Starred Up.
Homeland y un papel televisivo memorable
Debido a cómo se ha fragmentado en su carrera para abordar diferentes roles (músico, letrista, actor, director, productor), Anatomía de un escándalo es tan solo la cuarta serie en la que trabajó Friend, si no contamos los futuros estrenos. ¿Su debut? Nada menos con Homeland, la creación de Howard Gordon y Alex Gansa estrenada en 2011 y en la cual el actor ingresó en la segunda temporada, cuando la ficción protagonizada por Claire Danes estaba en su mejor momento.
El personaje Peter Quinn aparece por primera vez en pantalla y su magnetismo revitaliza la ficción. “Soy el hombre que mata a los malos”, expresa en lo que sería su carta de presentación para Carrie Mathison (de quien se enamora inevitablemente) y para los espectadores que fueron testigos de su complejo derrotero, que tuvo apenas algunos momentos luminosos. Peter siempre fue un hombre con muchos traumas a cuestas y, aunque hubo un punto de quiebre en el que casi logra la vida feliz que buscaba, Homeland se mantuvo fiel a la esencia de ese personaje perfectamente interpretado por Friend, quien recibió por él una nominación al Emmy.
Su paso fugaz por el mundo de la TV tiene un porqué. Friend confesó que se aburre rápido si permanece mucho tiempo en un mismo proyecto. “Por eso no quiero hacer teatro, porque no me gusta la idea de repetir algo noche tras noche”. De hecho, esa postura lo condujo a rechazar el casting para Homeland, hasta que finalmente cambió de parecer, aunque no quería permanecer en el drama por demasiadas temporadas, lo cual explica sus elecciones posteriores, cuando se volcó a las miniseries, como el caso de la nueva producción de Netflix.
Anatomía de un escándalo: su regreso al mundo de las series
En el thriller basado en la novela de Sarah Vaughan, creado por Kelley junto a Melissa Gibson, Friend interpreta a James Whitehouse, un integrante del parlamento británico acusado de abuso sexual. El político querrá probar a toda costa su inocencia con la compañía de su esposa Sophie (Sienna Miller) en esta historia de muchos ribetes, la primera de varias que entregará esta serie de antología que pone el foco en la élite británica.
Friend se luce en este drama judicial de seis episodios que ya se encuentra disponible en la plataforma de streaming y que es la viva prueba de cómo este actor de método siempre está a la altura de cualquier desafío. En 2018, se había anunciado que volvería a la dirección con la biopic Cornerman sobre el entrenador de boxeo Cus D’Amato y con el protagónico de Bruce Willis. Si bien en ese entonces los problemas de salud del actor, quien recientemente anunció su retiro, no se habían hecho públicos, el proyecto se frenó y Friend nunca lo retomó.
Si tenemos en cuenta cómo el británico siempre ha pateado el tablero con decisiones inesperadas, quizá eventualmente veamos la concreción su ópera prima porque, aunque él no haya sido consciente de ello, su principal trabajo siempre fue el de sorprender. Será cuestión de estar atentos a su próxima movida.
Anatomía de un escándalo está disponible en Netflix.
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