Romina Fernandes, la elegida por Guillermo Francella para componer a su hija en Granizo: “Quedé en el medio de una pica antigua entre Córdoba y Buenos Aires, y me da mucha lástima”
La intérprete, que se pone en la piel de Carla, la hija del personaje de Guillermo Francella en la película de Marcos Carnevale, habló con LA NACION sobre el fenómeno que desencadenó el estreno del film en Netflix
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Aquel día fue hasta el teatro y dio su función de Un enemigo del pueblo como siempre. Al terminar, ya en camarines, le comentaron que Guillermo Francella se encontraba entre el público y que quería saludarla. Ella lo recibió, conversaron unos minutos y nunca más supo de él. Un año más tarde, mientras estaba de temporada en Mar del Plata, recibió un llamado Marcos Carnevale: el director de Elsa y Fred y Corazón de león estaba por rodar una nueva película, y quería conocerla porque Francella había pensado en ella para interpretar a su hija en la ficción. Así fue como Romina Fernandes se convirtió en Carla Flores, uno de los personajes de Granizo. “Me conmueve la actitud de Guillermo, porque no es muy común lo que hizo. Por lo general, te felicitan pero no te recomiendan. Es un gran compañero, confió en mí y yo aprendí mucho de él”, le cuenta a LA NACION.
La actriz confiesa que, pese a tener larga trayectoria en teatro, no tenía gran experiencia en sets de filmación. “De repente, estaba jugando en las grandes ligas. Por momentos estaba bastante nerviosa porque sentía mucha responsabilidad y había cosas del cine que yo nunca había vivido. Guillermo fue muy generoso conmigo, se preocupó por hacerme sentir cómoda. Absorbí todo lo que pude de él como de otros grandes maestros que trabajaron en la película, como Carnevale o Peto Menahem”, comenta.
Lo que Romina Fernandes nunca imaginó son las repercusiones que tuvo Granizo. Para bien y para mal. Empecemos por lo bueno: desde su estreno y hasta la semana pasada, fue la película de habla no inglesa de Netflix más vista en el mundo. Ocupó el número 1 en países como Perú, Chile y Colombia, pero también en Bulgaria, Israel, Taiwán y Grecia. “No me esperaba tanto éxito. Me imaginé que iba a ser muy vista en la Argentina, pero no que gustara en todo el mundo –asegura aún sorprendida-. Creo que se debe a que no es una historia localista, toca temas universales. Además, trata con humor muchas ironías de la vida y nos hace reflexionar sobre nuestras prioridades. Mucha gente me ha escrito contándome que se sintieron identificados con mi personaje y con la relación padre-hija”.
Fernandes interpreta a Carla, la hija de Miguel Flores (Francella), un famosísimo meteorólogo que nunca le falló a un pronóstico a lo largo de su carrera. Sin embargo, el día del estreno de su propio show televisivo, no da aviso sobre un fuerte granizo que va a caer sobre la ciudad de Buenos Aires. Así, el público -que antes lo amaba y lo paraba en la calle para pedirle selfies y autógrafos-, pasa a odiarlo y a culparlo de todos los males y destrozos que causó la tormenta.
Tal es el rechazo del público, que se ve obligado a escapar y volver a su Córdoba natal, donde se reencuentra con su hija. Una hija con la que ya casi ni habla por teléfono y –claro- a la que casi no conoce. “Amé mi personaje porque es una mina súper actual, que no se quiere casar, que no quiere tener hijos. Y cuando llega su padre, empieza a preguntarle por qué no quiere una familia y le reclama por los nietos. Se enfrentan esas dos generaciones”, asume.
-Aparecen los mandatos sociales y familiares…
-Sí, los mandatos que tenemos todos y que hay que empezar a romper. Tengo un montón de amigas como Carla que no quieren ser madres y tienen esa carga social y familiar. Yo, que ya tengo un hijo, siento la carga de tener que darle un hermanito. Es necesario detenerse y pensar en lo que uno realmente quiere.
-Tu padre fue el reconocido director de teatro Augusto Fernandes. ¿Cómo era tu relación con él? ¿Tuviste el tipo de discusiones padre-hija que se ven en la película?
-No. Mi viejo era un señor mayor pero le pareció súper anticuado que yo me casara. Como él quería mucho a mi marido, tenía miedo de que el casamiento arruinara nuestro vínculo. En la vida real, tengo una posición muy distinta a la de Carla: me casé, soy mamá, pero siempre traté conscientemente de equilibrar todos los aspectos de mi vida. Pasamos mucho tiempo con nuestro hijo, pero al mismo tiempo cuidamos nuestro tiempo como pareja, para salir, ir al teatro, cenar y tener nuestra intimidad. Nos ayudamos mutuamente para que ninguno sienta que no está pudiendo hacer lo que desea. Me parece que para tener una buena maternidad y que tu hijo crezca feliz, es necesario que vos estés feliz. Yo estoy feliz pasando tiempo con mi nene, pero también soy feliz trabajando, soy feliz con mi tiempo personal, con el tiempo con mi marido. De hecho, ahora me voy un mes y medio a filmar una película a Uruguay y mi hijo queda acá con el papá.
Una tonada que detonó cientos de críticas
“Muy exagerada”. “Inverosímil”. “Impostada”. O “¿Por qué contratan a una actriz porteña para hacer de cordobesa?”. En los últimos días, las redes sociales se llenaron de críticas a Romina Fernandes a raíz de la tonada cordobesa que tuvo que adoptar para su papel en Granizo.
“Cuando escucho que se preguntan por qué no pusieron a una actriz cordobesa, siento que contradice las bases de la actuación. No puede ser que solamente una actriz cordobesa pueda hacer de cordobesa. No es así. Para el caso tendríamos que preguntarnos por qué no buscan médicos para hacer de médicos. Hay un montón de actrices españolas que protagonizaron películas haciendo de argentinas y hay un montón de actrices y actores cordobeses en Buenos Aires que tienen hacer una tonada porteña. Es un comentario que ni comprendo. La actuación se trata justamente de convertirse en otras personas”, se defiende, algo molesta.
“Creo que quedé en el medio de una pica antigua entre Córdoba y Buenos Aires, algo que también se ve en la trama de la película y que me da mucha lástima”, sigue.
-¿Cómo sobrellevas este aluvión de críticas?
-No es lindo leer esas cosas. No estaba preparada para recibirlas, tuve que hacer un curso intensivo de lo que es la exposición. Me da mucha lástima porque me costó un montón llegar a tener un papel como este, no fue sencillo. Y además me preparé con un coach cordobés durante seis meses para lograr la tonada. Lo hice con mucho compromiso y respeto.
-¿Te hicieron dudar de tu talento como actriz?
- No, no me hicieron dudar. Por suerte, esas críticas negativas no son unánimes, también recibí muchas felicitaciones, incluso de cordobeses. Pero me da mucha lástima que seamos así, que haya tanta maldad humana.
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