Multifacético, el conductor y periodista trabaja en tres canales de televisión y en una cadena española, pero, en sus ratos libres disfruta de estar en la intimidad de su petit hotel de Vicente López
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Su casa es de ensueño. Cálida como su propietario. Un petit palacete de Vicente López, ubicado a pocas cuadras del Río de la Plata, que no ostenta y cobija. Vive solo, pero hay atmósfera de hogar, más allá de la opulencia de las múltiples habitaciones y salas, los tres pisos que rematan en un coqueto altillo y siete baños donde abunda el exquisito mármol de Carrara.
La artista plástica Mercedes Lasarte, una de sus íntimas amigas, pobló las paredes de obras inspiradas y hasta él mismo está plasmado en una de ellas con rigurosa precisión. Un batallón de perros que ni se escuchan, pájaros revoloteando en el atardecer de verano y una pileta que invita. El universo de Roberto Funes Ugarte tiene mucho de él. Todo. Es el refugio de quien elige la soledad para contrarrestar el vértigo de un trabajo bullicioso.
La señora que ayuda en las tareas domésticas abre la puerta y al rato llega él. Simpatiquísimo. Campechano, dejando en claro que hay mucho en su personalidad de aquel origen mendocino. Acaso será por eso que se esmera a diario en dejar reluciente su vereda, como sucede en su provincia caracterizada por la pulcritud. “Los vecinos ya me conocen, saben que baldear la vereda es uno de mis pasatiempos”, dice en el inicio de la charla con LA NACIÓN, mientras el café comienza a dejar su aroma.
-¿Quién es Roberto Funes Ugarte?
-Lo que se ve en cada uno de mis trabajos. Lo que más me interesa es estar cerca de la gente, no me cuesta, ya que, como me han criado mis abuelos, siempre he estado con personas grandes.
-Se te percibe muy empático.
-En general es así, aunque hay gente que no tolero y, directamente, no la saludo. Como no me gustan los conflictos, cuando me cruzo con gente que no me suma, la cancelo. En cambio, están los que no les caigo bien y eso es algo recíproco. Después de dos años de pandemia, estoy en un momento donde no me importa absolutamente nada.
-Cero hipocresías.
-Digo lo que pienso y el que me acepa me acepta y el que no, que siga su camino.
Polifacético, acaba de debutar en la señal de noticias A24, donde conduce El diario de la tarde, de lunes a viernes a las 15, junto a Mariana Contartessi y, en pocos días, estrenará la nueva temporada de ¿Quién sabe más de Argentina?, el ciclo de preguntas y respuestas sobre cultura general, que ocupa el prime time de la TV Pública liderando, en más de una ocasión, el rating de la emisora estatal.
Además, es el responsable de ViajeChef, el programa de Telefe de los domingos a la medianoche, donde él mismo conduce a los eliminados de MasterChef Celebrity en un trip que se convierte en una jugosa conversación, segmento que es un desprendimiento de TaxiFe, que salía por Telefe Noticias, noticiero donde también realizó unos magníficos segmentos en los que se ponía a trabajar en los oficios más complejos y disímiles.
-En tu trabajo de campo, en la calle como cronista, se te ve muy a gusto en ámbitos muy distintos.
-No me cambia estar con la gente de las más diversas creencias, religiones, color u orientación sexual, y de todo tipo de nivel social. Me siento cómodo en todos lados, a pesar que tengo, aunque no lo parezca, una cuota de timidez.
-No puedo creerte semejante cosa.
-Creéme. Te digo más, en el colegio me daba mucha vergüenza hablar, porque tenía voz de pito y no me gustaba. Encima, a diferencia de mis compañeros, el cambio de voz me llegó tarde.
-No me respondiste quién sos.
-Soy un tipo sencillo y no por eso simple. Alguien complejo, pero que disfruta de las cosas cotidianas. A mí me apasiona en mi casa, con mis perros, con mi familia. Me divierte ordenar y limpiar, escuchar música, ver películas. Aunque me gusta el vértigo, soy un amante de la tranquilidad. En estos últimos años he conseguido un equilibrio que me encanta.
-¿Qué o quién te da el equilibrio?
-Los años, el estar tranquilo, el haber terminado mi casa.
Empuñó el micrófono de la CNN y actualmente participa en el programa Corazón de la Televisión Española. Roberto Funes Ugarte hace de todo, y lo hace bien. Como lo demostró a lo largo de muchos años en C5N, la señal de noticias de la que se acaba de despedir y donde condujo ciclos como Sobredosis de TV. Más allá de los formatos, a cada programa le impone ese estilo que mixtura el rigor profesional con la simpatía y la espontaneidad que son su sello, esa marca en el orillo empática con la gente que lo llevó a transformarse en “Robertito”. Basta mencionar el diminutivo para que todos sepan de quien se trata, un mérito nada menor.
-En plena pandemia, y antes de la circulación de las vacunas, saliste a trabajar a la calle.
-Fui de los primeros en estar al pie del cañón, con todos los riesgos que implicaba. Me apasiona el trabajo en contacto directo con la gente.
-Sos hiperactivo, ¿qué parámetros entran en juego para elegir tus trabajos?
-No paro…
-Me queda claro.
-Perdón, sí paro, porque soy de tomarme mis tiempos. Creo que lo valioso que puede tener una persona es manejar sus tiempos. Por eso, luego de 14 años en C5N dije basta, todo tiene su tiempo.
-¿Por qué te fuiste de C5N?
-Era un ciclo cumplido. El grupo original, con el que comenzamos a trabajar en los inicios del canal, ya no estaba más, yo era uno de los pocos que quedaba de la primera hora y por eso me pareció que ya era tiempo de terminar. Me voy con mucho agradecimiento al canal y a todas las personas que me ayudaron. Desde que entré en el 2008, he trabajado con una libertad absoluta y gracias a C5N soy Robertito.
-La pausa duró poco, ya estás al frente de un noticiero en A24.
-Me pone muy feliz seguir en contacto con las noticias y en una programación nueva que se armó para relanzar el canal.
-¿Quién sabe más de Argentina? es un formato que demuestra que los contenidos sobre cultura general también pueden habitar el prime time. ¿Qué balance hacés de tu conducción en este formato?
-Amo hacerlo, allí puedo desplegar todo mi ser. Es un ciclo maravilloso, al punto tal que el formato ya se vendió a Brasil y a España.
-Manejás un tono de conducción muy propio.
-Pararme como conductor de entretenimientos fue genial. No me limito a nada, incluso puedo ponerme a bailar, algo que hago desde hace 25 años. Ahora muchos se pusieron a hacer, pero no es nuevo, yo lo hice siempre.
Preservarse
La de Roberto Funes Ugarte es una cara instalada que de tan irradiada atravesó segmentaciones. Él le hace frente al target, el artilugio que divide por rangos. Sin embargo, su notable penetración popular no lo llevó a mostrarse ni abrir puertas de su intimidad a cualquier precio. No se dejó seducir y resistió a la tan usual exposición desmedida.
-Si bien sos muy extrovertido, mantenés un perfil muy bajo y cuidado con respecto a tu vida personal. Por ejemplo, no te has mostrado con una pareja.
-No soy de hablar de mi vida privada, ¿a quién le importa con quien duermo? Estoy muy bien como estoy, solo y tranquilo. Siempre fue así, en equilibrio.
-No es fácil estar en equilibrio.
-Soy muy solitario, me encanta estar solo, no podría convivir con absolutamente nadie.
-¿Pensaste en la idea de la paternidad?
-No.
-Terminante.
-No tengo la vocación de ser padre. Nunca pensé en tener hijos, soy muy buen tío, que tiene muy cortitos a sus sobrinos. Alguien tiene que tenerlos cortitos.
-Esa es responsabilidad de los padres.
-Acá es al revés, los padres les dan demasiada libertad y yo los pongo en vereda, será por eso que me dicen “el tío tutto”.
-Entonces el tema paternidad es un capítulo cerrado.
-Con seis perros me alcanza. Por supuesto, no voy a comparar a los perros con los hijos, pero yo ya tengo mi responsabilidad. No me veo como padre, ni siquiera estoy de acuerdo con los que me dicen “quién te va a cuidar cuando seas grande”.
-Frase espantosa.
-Me voy a cuidar solo o pagarle a alguien que me cuide.
-Engendrar hijos para que te cuiden es perverso.
-Un horror, un verdadero espanto.
-Tengo la sensación que no has sido un niño con mucha calle y que esa experiencia llegó con la adultez.
-Es así. De chico, mis hermanos y yo estábamos muy cuidados por mi madre, mis abuelos y mis tíos. En mi infancia en Mendoza había mucha disciplina, se respetaban los horarios y la vida era muy hogareña. Sin embargo, a los 18 años ya estaba en la calle laburando. Ahí aprendí a cuidar mi plata, algo que me sirvió cuando me fui a vivir a Europa y a Estados Unidos durante diez años, pero nunca voy a la deriva, sino buscando oportunidades, golpeando puertas.
-Sin prejuicios…
-No me da vergüenza decir que golpeé puertas, así lo hice en Televisa en México, en Telemundo en Estados Unidos o en Antena 3 en España. Los trabajos que tengo se dieron porque los fui a pedir. También es cierto que, con el correr de los años, me empezaron a llamar, pero hubo una siembra previa.
-Te llamaron para MasterChef Celebrity.
-Me convocó Diego Guebel, pero no acepté. A cambio, le pregunté si no tenía algo para que yo pudiera conducir y así comencé en ¿Quién sabe más de Argentina?
-¿Por qué no aceptaste estar en el programa más visto de la televisión actual?
-Porque no me imagino cocinando ni estando tantas horas adentro de un estudio, no me puedo encerrar tanto tiempo en un mismo lugar, salvo en mi casa donde puedo estar semanas sin salir.
-Amás tu casa.
-Antes que llegaras estaba baldeando con lavandina. Me encanta mi casa, tanto como el orden y la limpieza, soy maniático.
Elecciones
-En tus elecciones laborales, la paleta de colores es bien amplia.
-Mi trabajo en la TV Pública y en Telefe Noticias son grandes experiencias. Como no creo en los encasillamientos, me permito transitar esos caminos tan diferentes. Soy periodista y cronista, comunicador y entretenedor, entonces, ¿por qué no puedo transitar diferentes formatos?
-Lo interesante es que, con distinto tono, de acuerdo al producto, los proyectos no dejan de tener tu marca, tu ADN.
-Hay algo en común y cada uno tiene su tono, su clima. Aprendí mucho sobre eso trabajando en BoxFish para la TV Pública.
-¿Tomaste clases?
-Jamás había hecho un programa de entretenimientos, así que, durante cuatro meses, me entrenaron para poder cumplir con el programa. Y en Telefe, Roberto Mayo, el director de Telefe Noticias, me fue marcando un camino muy interesante.
-Te observo más adulto en tu trabajo.
-Uno suma experiencia y seguridad. Ya no pregunto tanto, puedo consultar, pero me dejo llevar mucho por mi instinto. La decisión final siempre la tomo yo, quizás eso me hace algo calculador, pero soy de pensar mucho las cosas.
-Detrás del trabajo de “Robertito” se percibe que se esconde alguien muy inteligente.
-Parece que vivo en una vorágine, pero pienso mucho cada paso que doy y cada cosa que hago.
-Has conseguido mucho, ¿con qué soñás?
-Más de lo que tengo sería demasiado. Si tuviera que pensar en lo laboral, me gustaría conjugar todo lo que he hecho en un gran show de la televisión, conjugar lo que soy como periodista, comunicador, entretenedor y showman. Además, me gustaría hacerlo en teatro.
-¿Cantás?
-No, pero sé hacer playback y bailo muy bien, y me encanta RuPaul.
-¿Hay deseos personales?
-Solo pido tener salud y poder acompañar a mi madre en todo lo que se pueda. Además, me veo en un buen retiro, pero no solo en Argentina.
-¿Retiro laboral?
-Sí.
-¿Dónde?
-Dentro de algunos años, me gustaría seguir trabajando en la televisión, pero solo durante seis meses y la otra mitad del año pasarla en Italia, donde tengo mi corazón.
-¿En qué lugar?
-Viareggio, cerca del Mediterráneo y de Milán. No tengo una gota de tano, salvo Roberto, mi nombre, pero me encanta toda es cultura. Incluso, gracias a la sugerencia de mi gran amiga Patricia Della Giovampaola, escucho, todos los días, Radio Montecarlo, la emisora del Principado de Mónaco.
-Se te ve coqueto e impecable, ¿es una obsesión estar bien?
-No, pero me cuido. Duermo mucho y trato de comer menos carne. Soy disciplinado, respeto los horarios de las comidas y soy maniático del orden, empezando por el orden interior. Si la casa está ordenada, uno está ordenado. Puedo quedarme hasta las dos de la mañana, ordenando. Es voluntad.
-¿Sos el último dandy?
-Soy el último Robertito.
-Sos muy dandy y un gran sibarita.
-No me consideraría dandy, pero sí una persona que disfruta de todo, cuando hay y cuando no hay.
-Ese es un rasgo de inteligencia.
-Hay que tratar de estar bien. Ser feliz es difícil, pero estar bien es posible.
-En paz.
-En paz y en equilibrio.
-¿Sos de llanto fácil?
-Lloro muy poco, no soy demostrativo, todo es por adentro. Cuando estoy solo, tengo mis momentos de pensamiento, soy una persona muy nostálgica. Añoro tiempos pasados, añoro a mis abuelos y cuando tenía veinte años.
-¿Extrañás a Patricia, tu mamá?
-Mucho, hace tres años que no la veo. Ella es el faro en el camino y la mejor persona que he conocido en mi vida. La mujer más pura y más buena que me he cruzado.
-Entonces, ¿te puedo definir como dandy?
-Ya te dije, soy el último Robertito.
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