Richard Chamberlain, el galán que se liberó de los prejuicios y salió del closet a los 69 años
Un recorrido por la carrera del actor de El pájaro canta hasta morir, que cumplió 87 años
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Durante su extensa carrera, ha interpretado muchos roles; sin embargo, Richard Chamberlain es recordado por uno en particular: el del sacerdote Ralph de Bricassart en El pájaro canta hasta morir. Es que ese hombre con sotana enamoró a toda una generación allá por la década del ’80 y marcó un quiebre en lo que respecta a las miniseries.
A pesar de que este actor -con una importante trayectoria en Broadway- obtuvo sus primeros reconocimientos al protagonizar la serie norteamericana Dr. Kildare y posteriormente la superproducción Shogun, la historia basada en la novela de Colleen McCullough le dio una fama internacional impensada. De hecho, su ambicioso personaje que se debatía entre su vocación a Dios y el amor de una bella y sensual mujer (interpretada por Rachel Ward) aún hipnotiza la pantalla en alguna repetición.
La intachable carrera de esta estrella estadounidense no fue lo único que dejó huella en el medio. Veinte años después de aquel éxito, Chamberlain se cansó de ese mote de seductor que Hollywood le había adjudicado y decidió confesar públicamente su homosexualidad. “Ya no soy un galán, así que no necesito dar esa imagen”, reveló en 2003 en un programa televisivo, ganándose el respeto de la sociedad por ser uno de los primeros famosos en “salir del closet”.
El galán más deseado
Nacido el 31 de marzo de 1934 en Beverly Hills, California, George Richard Chamberlain comenzó su carrera en televisión con roles secundarios en La ley del revólver, Alfred Hitchcock presenta y Thriller. Su talento y versatilidad lo llevaron inmediatamente a la pantalla grande y al teatro con obras como Holly Gollightly, la versión de la película Desayuno en Tiffany’s, basada en el relato homónimo de Truman Capote.
Sus primeros reconocimientos llegaron en 1961 con la exitosa serie Dr. Kildare, que le permitió ganar su primer Globo de Oro como mejor actor televisivo. Con el correr de los años, Chamberlain se convirtió en un intérprete de carácter -con un notable atractivo físico- y consolidó su fama gracias a películas como Infierno en la Torre, El Hombre de la Máscara de Hierro y El Conde de Montecristo, además de miniseries como Hamlet, Centenario y Los Tres Mosqueteros, donde interpretó con maestría el rol de Aramis, el más mujeriego de los caballeros creados por el escritor francés Alejandro Dumas.
Los años 80 comenzaron de la mejor forma con un protagónico en Shogun. Su personaje, el piloto mayor John Blackthorne, debía lidiar con el desprecio de los japoneses y las extrañas costumbres del país nipón. Esta miniserie, basada en la novela homónima de James Clavell, se convirtió en un éxito rotundo y no sólo aumentó la popularidad de Chamberlain, sino que propulsó el crecimiento de los restaurantes de comida japonesa en el país.
Si bien el artista ya gozaba de cierto prestigio dentro de la industria, nada se compara con el gran hito de su carrera: El pájaro canta hasta morir, la ficción de 1983 que marcó un quiebre en la televisión. Ambientada en una hacienda en el estado de Nueva Gales del Sur (Australia), la miniserie narraba en cuatro episodios la tortuosa vida de un cura católico cuyo corazón estaba dividido entre el amor a Dios y el amor terrenal y pasional por Meggie Carson, una joven interpretada por Rachel Ward.
Bajo su oscura sotana, este religioso logró algo impensado: enamorar no sólo a la protagonista de la historia sino a miles de mujeres alrededor del mundo, hecho que inmediatamente lo convirtió en uno de los galanes del momento.
Salir del closet
A lo largo de su carrera, Chamberlain se caracterizó por encarnar distintos roles aunque todos ellos con un denominador común: hombres muy seductores. Y si no estaba actuando, el también cantante conquistaba a la platea femenina con sus discos románticos. Sin embargo, veinte años después de la serie que marcó un antes y un después en su vida, Chamberlain decidió derribar el mito que se había construido alrededor de su imagen de amante heterosexual.
Si bien los rumores de su presunta homosexualidad ya venían circulando por varias revistas de chimentos desde sus primeros éxitos (la noticia fue difundida por la revista femenina French Nous Deux en diciembre de 1989), no fue hasta 2003 que el artista los confirmó en su autobiografía, Shattered Love, en la que por primera vez hablaba de su dura infancia con un padre alcohólico y sus problemas para lograr su aceptación personal debido a un Hollywood que continuamente lo vendía como un símbolo sexual y héroe romántico. “Cuando yo era joven, ser gay, afeminado o cualquier cosa por el estilo estaba prohibido (...). Lo mejor de todo es que ya no soy un galán, así que no necesito dar esa imagen”, expresó en aquel momento desde su casa de Hawaii, donde residía junto al productor y director Martín Rabbett, su pareja desde hacía tres décadas.
Tras asegurar que poder hablar abiertamente del tema le había costado años de terapia, el director explicó los motivos por los cuales decidió callarlo tanto tiempo: “Por ese entonces temía que hablar abiertamente de mi condición sexual pudiera dejarme fuera del mercado laboral cinematográfico de la época. Llegué a pensar que algo estaba terriblemente mal conmigo e, incluso, cuando me hice famoso ese sentimiento seguía ahí”, le reconoció a The New York Times en 2010.
Pionero entre los famosos que se animaron a salir del closet en una industria y una sociedad aún discriminatoria, Chamberlain le recomendó a sus colegas que no cometan el mismo error que él. “Hoy todavía es complicado asumir una condición sexual diferente, todavía hay una cantidad significativa de homofobia en nuestra cultura. Es imperdonable, estúpido e inmoral, pero así es”, reflexionó en la revista LGBTI The Advocate, mientras dejaba en claro que “la felicidad pasa por ser auténtico con uno mismo”.
Luego de su confesión, la estrella de cine y televisión comenzó a bajar su perfil en los medios alternando algunas participaciones esporádicas en series como Amas de casa desesperadas, Leverage, Chuck y Hermanos, la familia es todo. Hoy, a sus 87 años, casi no da entrevistas, ya que se considera un jubilado del mundo del espectáculo. Sin embargo, mientras disfruta de una vida abocada al cuidado del medio ambiente y a la defensa de los derechos humanos, cada tanto vuelve a regalarle al público un poquito de su gran talento cuando es convocado para alguna producción cinematográfica. De hecho, en el verano de 2019 filmó algunas escenas para la película Echoes of the Past, junto a Max Von Sydow, en Grecia.
“Actuar no es un trabajo fácil. Sólo aquellos que no pueden evitarlo deben involucrarse en esta empresa. Con suerte, podría ser muy emocionante. Pero hoy, a mi edad, disfruto de una vida bastante tranquila, abocada a otros intereses, como el cuidado del medio ambiente”, aseguró Chamberlainen una de las últimas entrevistas televisivas.
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