Ricardo Darín y Florencia Bas: un comienzo explosivo, crisis, separaciones y una historia de amor a prueba de todo
Se conocieron de casualidad, cuando Darín todavía era pareja de Susana Giménez, de quien hoy son íntimos amigos los dos; a punto de cumplir 34 años de casados, celebran esa especial mezcla de amor, sintonía y humor todos los días
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Cuando Ricardo Darín conoció a Florencia Bas, todavía estaba en pareja con Susana Giménez, eran la gran dupla del momento, copaban los teatros y tapas de revistas y llevaban nada menos que ocho años juntos. En ese entonces, de hecho, Susana y Ricardo protagonizaban Sugar, con mucho éxito, en el Lola Membrives.
Florencia tenía 18 años, estudiaba traductorado de inglés y suspiraba, como muchas mujeres, por ese galán de ojos color cielo y sonrisa contagiosa. Una noche, a finales de 1987, Florencia y Ricardo se cruzaron por primera en la esquina de Corrientes y Talcahuano.
Ella estaba con una amiga, comiendo una pizza, y él salía del teatro y también fue a la pizzería. Dicen los testigos de esa noche que no se podían sacar los ojos de encima, pero el encuentro no fue más que eso, una suma de miradas y sonrisas. Un tiempo después volvieron a cruzarse: el destino o las ganas de verse otra vez provocaron un nuevo encuentro en un bar cercano al teatro. En esa oportunidad, Darín no se resistió a la sonrisa de ella, se acercó y galantemente le dijo, “¿Bailamos?”. Fue el inicio de una historia de amor de casi 34 años y dos hijos en común.
Hace un tiempo Ricardo Darín recordó esa primera vez que vio a su mujer: “¡Cómo no me voy a acordar! Era una cosa radiante que iba caminando por la calle. No me pude resistir. Yo creo que el sentido que más desarrollado tengo es el olfato. No solo que no me equivoqué, sino que he tenido y sigo teniendo mucha, mucha suerte. Ella, por suerte, no me aceptó enseguida y eso me gustó más, todavía. Es más, ¡me confesó que yo mucho no le gustaba! No era fan ni nada por el estilo. Juntos pudimos armar lindo un equipo con el Chino y con Clara. La verdad es que los vemos a ellos y cada vez estamos más orgullosos”.
La actriz René Roxana, mamá de Ricardo Darín, contó durante una entrevista su propia versión de aquel primer encuentro: “Ricardo estaba tomando un café y Flor pasó varias veces por la vereda porque buscaba un teléfono para hacer una llamada. Ricardo se levantó, se paró delante de ella y le dijo: ‘estoy enamorado de vos y te vas a casar conmigo’. Todavía estaba con Susana cuando conoció a Flor. Y lloró por Susana”, aseguró.
Como fuera, lo que sí es evidente que Susana no guarda ningún rencor de aquel comienzo, de hecho al día de hoy siguen siendo los tres grandes amigos. Cinco cinco meses después de haberse conocido, Darín y Bas se casaron. Fue el 18 de abril de 1988. Y en enero de 1989 nació el primer hijo de la pareja, Ricardo Mario, que es actor y a quien todos conocen hoy como el Chino. Cinco años después nació Clara, que trabaja como diseñadora de indumentaria.
La gran separación
Como ellos mismo han contado, la pareja sorteó varias crisis pero hubo una que los separó durante dos años, antes de que volvieran a apostar otra vez al amor. Fue en 1999 y sobre ese momento, Darín contó: “Era preferible poner distancia y no quedarse aferrado a algo que no funcionaba porque entonces el deterioro hubiese sido inevitable. Nosotros tomamos distancia en el momento justo y ni siquiera llegamos a discutir. Fue todo muy amoroso. No fue una decisión sólo mía, sino que a los dos nos pasó lo mismo y nos dimos cuenta de que conocernos y estar juntos era lo mejor que nos había pasado en la vida. Sufrí muchísimo esa separación, a pesar de que también la pasé muy bien. Y a ella le sucedió lo mismo”, se sinceró.
Se reconciliaron dos años después y desde entonces se muestran juntos y felices. Alguna vez el actor hizo referencia a ese momento y dijo que ninguno de los dos pidió detalles de lo sucedido mientras no estuvieron juntos: “Estoy convencido de que es bueno mantener tus zonas privadas. Si no hay secretos y la entrega ante la coyuntura matrimonial es absoluta, quedás indefenso”, arriesgó.
Y agregó: “que no nos haya temblado el pulso cuando nos distanciamos, que hayamos superado el abismo de la separación y que, finalmente, nos hayamos recuperado tiene un enorme valor propio. Nos reelegimos y eso solidificó la relación”, concluyó.
El triunfo del amor
Al hablar muy recientemente sobre el secreto de su matrimonio, el actor le aseguró a LA NACION: “Nos queremos mucho, nos divertimos mucho y compartimos casi todo. Esa es la clave de nuestros 33 años: respetar nuestras propias individualidades. Cuando nos enamoramos de alguien, nos enamoramos de cómo es y después con las cuestiones de convivencia queremos ajustar algunos aspectos para que nos sean más funcionales y ahí la estropeamos. Nosotros tratamos de no perder eso. Agradezco estar al lado de Florencia, porque con ella la vida es distinta en muchos sentidos. Me ha rescatado de 70 mil cosas”.
Y sobre la experiencia de compartir muchas horas durante la cuarentena más estricta, dijo: “Nos queremos y nos amamos pero nuestra dinámica de vida, como en casi todos los casos, no es estar las 24 horas juntos. Eso no significa que no tengamos roces o que alguno no se harte en algún momento un poco de escucharlo al otro todo el día... Pero la verdad es que enfrentamos ese tipo de pequeños dilemas con mucho amor, porque nos queremos y nos conocemos mucho. Con mucho humor, también. A veces nos damos cuenta de que somos dos viejitas mirando televisión y nos causa gracia”, comentó entre risas.
“Son cosas que seguramente le pasan a todo el mundo, pero son pruebas de un vínculo muy a fondo. Y creo que nosotros sacamos una nota bastante buena. La pasamos bien juntos. Buscamos formas de divertirnos, de acompañarnos. Hacemos mucho ejercicio juntos, también salimos a caminar, sacamos a los perros, hacemos bici, andamos en la cinta y ahora empezamos a jugar al tenis, cosa que ella nunca en la vida quiso hacer. Como me ve siempre a mí jugando al tenis, me dijo que iba a aprender. De verdad, nos divertimos mucho”.
Siempre que habla de su intimidad, y particularmente de su historia de amor con Florencia, Ricardo no hace más que alabarla: “Florencia me ha salvado la vida”, le dijo hace unos años a un medio español que no tardó en convertir ese titular en una noticia viral.
En esa misma entrevista, el actor comentó: “Hay que ir alimentando la pareja a diario, y no creo que se trate simplemente de mandar flores. Las cosas premeditadas no funcionan. Para mantener la frescura hay que escuchar al otro, atenderlo y hacérselo notar, y no caer en la rutina. Y hace falta sinceridad, tener el atrevimiento de pelearse si es necesario, y no caer en eso tan políticamente correcto de tragar y tragar hasta reventar”.
Por último, relató también como la relación ha ido cambiando a través de los años: “No es la misma. Florencia va cambiando constantemente, está en permanente movimiento. Todos los días me asombra de alguna manera, es increíble. Es una mujer que no te permite ningún tipo de rutina. Decir que ella ha dado sentido a mi vida es quedarse corto; sin duda, me la ha salvado. Es una luchadora feroz, y no le tiene miedo a nada. Y lo que ella ha hecho por nuestros hijos es impresionante. También yo he aportado mi grano de arena, pero no se puede comparar”.
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