La imagen más común de René Pérez, más conocido como Residente, es verlo rapeando eufórico ante miles de personas, alentando protestas en Puerto Rico o bromeando en los videos que publica en sus redes sociales. "René", su más reciente canción, sin embargo, sorprendió a sus seguidores con un relato mucho más íntimo y nostálgico, en el que el cantante se ve triste y vulnerable, muy distinto al Residente fiestero y combativo al que están acostumbrados desde que se dio a conocer con su grupo Calle 13.
"Cuando caigo en depresión, mis problemas se los cuento a la ventana del avión. El estrés me tiene enfermo, hace diez años que no duermo", dice uno de los versos. El video de "René" ya acumula más de 42 millones de visitas en YouTube, desde que fue publicado el 27 de febrero y ha generado la reacción de decenas de miles de fanáticos, muchos de los cuales dicen sentirse identificados con los sentimientos de soledad, nostalgia y desespero que transmite la canción.
"Quería tirarme del balcón y no sabía por qué", escribió Residente en sus redes sociales, refiriéndose a los sentimientos que lo llevaron a escribir la canción, que está llena de referencias a su familia y su niñez, a su natal Puerto Rico y a la industria de la música que tanto ha criticado. BBC Mundo conversó con él sobre los duros momentos que narra en "René" y la reacción que el tema ha generado en el público.
–Esta canción la escribiste hace dos años, pero decís que solo ahora te sentiste preparado para lanzarla. ¿Qué te hizo sentir preparado?
–El año pasado tuve un tiempo que me vino bien, en el que pude detenerme no solo para hacer el disco si no para pensar, para conectarme con esas cosas que había escrito y que extrañaba. Fue un tiempo casi terapéutico.
–¿Qué es lo que te ocurrió, lo que te llevó a escribir esa canción?
–Yo creo que a mí lo que me ocurrió fue por aguantar un montón de cosas por años. Todo lo que aguanté por años me explotó en una noche. Me agarró solo, en medio de una gira y con veinte mil situaciones pasando alrededor. Era una sensación de que aunque miles de personas estén en un concierto tuyo vos sentís que nadie te quiere, que sos un estorbo, que no debés estar ahí, que estás causando problemas. Eso es bien horrible. Estaba agarrando peso de todos lados. Es una locura que no controlaba. Pensé que era bueno ponerlo en una canción porque sé que es algo que a todos nos pasa, y con lo que la gente iba a poder conectar. Pensé que de algún modo podía ayudar a la gente haciéndoles saber que esas cosas pasan, que es normal y que uno tiene que buscar la forma de salir de ese lugar.
–También mencionás episodios muy duros, como la muerte de tu mejor amigo.
–Esa muerte yo no la había sanado. A él lo mató la brutalidad policial, lo detuvo la policía, parece que él se puso a contestarles y lo encontraron muerto en una celda. El caso se resolvió después de años, le pagaron un dinero a la mamá, y una semana después ella se murió. Los hermanitos de él están huérfanos, sin papá ni mamá y sin hermano.
–¿No buscaste ayuda profesional para tratar eso que te estaba pasando?
–Respetando a los psiquiatras, a mí me da un poco de miedo porque ellos recetan cosas y yo le tengo miedo a las pastillas. No me gusta meterme nada. Sí tenía una psicóloga y hablaba con ella y veía toda la carga que yo tenía. Se dio cuenta de que yo le decía que sí a todo el mundo. Con ella aprendí a decir que no.
–Entonces, ¿qué te sirvió para salir de esa situación?
–Hablar con mi familia fue como reiniciar todo mi sistema. Me ayudó rodearme de gente que me hacía sentir en casa y querido por los que verdaderamente me conocen. A veces necesitás el abrazo de todo el mundo, poder estar en contacto con la gente que me vio desde chiquito. A mí eso me alivia, me centra, me hace sentir que no estoy perdido ni solo en un lugar en el que no quiero estar.
–¿Te cuesta hablar de tus sentimientos?
–Yo estaba acostumbrado a sacar lo que sentía pero pensando mucho en la gente, pensaba más en la gente que en mí. Creo que este es un buen mensaje para la gente a la que se le hace difícil sacar sus sentimientos: que empiecen a hablar sobre eso. Y eso fue lo que pasó, todo el mundo comenzó a llorar con el tema; no me lo esperaba.
–Pero también hay quienes critican la canción porque dicen que es autocompasiva y explotás el tema de la depresión.
–Yo esas críticas no las escuché. No veo que haya un debate entre un grupo grande que aprueba y uno que no aprueba la canción. Yo no le tengo que decir nada a nadie, ya está todo dicho en la canción. No tengo que defenderme de nuevo ni volver a caer en la misma cosa. Es normal que haya gente que le busque lo negativo al tema, pero si el tema no hubiese crecido como creció no habría detractores.
–¿Esta canción marca una nueva etapa en el tipo de letras que compones? ¿Te alejarás de las letras que hablan de fiesta, sexo y perreo?
–Eso no va a pasar. Este sí es un buen momento para pensar mejor las letras, es casi un renacer. Pero no es que ahora vaya a ser un moralista que no entiende la sexualidad.
–¿Llamaste al 7550822, el número telefónico que mencionás en la canción?
–No, pero llamé a mi mamá, que es casi como llamar a ese número. Ese era el número de la casa de Trujillo donde crecí.
–En un verso decís: "si la cagué, a mi país le dedico cuatro pisos de disculpas". ¿Sentís que de alguna manera te equivocaste con Puerto Rico?
–Esa es una referencia al libro El país de los cuatro pisos, de José Luis González. Yo de verdad no siento que le haya hecho nada negativo al país. Yo no le robo al país como lo hace el gobierno, pero si hay gente que piensa que la he cagado, pues les pido disculpas porque me duele que me vean con odio. Lo que pasa en Puerto Rico es una cuestión política. Yo creo en la independencia de Puerto Rico. Hay gente que no cree en la independencia que me entiende, pero hay otra gente que no, entonces buscan una vía alterna para no tener que admitir que no concuerdan con mis ideales. Y yo me pongo a pensar: bueno, pero esta gente vota por gente que se porta peor que yo, que le hacen daño al país. Yo lo veo como una excusa para no querer admitir que no les gusto por ser independentista. La independencia no es una cosa ni de izquierda ni de derechas. Tampoco debe ser sinónimo de no querer a Estados Unidos. A mí me encanta Estados Unidos. Me molesta lo que hace el gobierno. El gobierno del que tengo que hablar es el de Estados Unidos, que es el país del cual nosotros somos colonia. Lo que pasa es que cuando ven a alguien hablando mal del gobierno de Estados Unidos dicen: "ah, este es un comunista, un socialista".
–El año pasado fuiste uno de los líderes de las protestas que terminaron con la salida del gobernador Ricardo Roselló. ¿Qué sigue ahora respecto a ese movimiento?
–Eso fue apoteósico. Fue una lección para el gobierno. ¿Qué viene? La corrupción aquí es tan grande que tendrías que sacar a todo el mundo. Salió uno pero vino otra persona que era parte de ese partido, que era parte de ese grupo, que es la gobernadora actual, que protegió a los miembros de ese chat. Para mí hay que sacarlos a todos y eso requiere un esfuerzo más grande que el que hicimos, y eso es más difícil. Pero hay gente que está dispuesta. Yo estoy dispuesto.
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