Renato, el “participante récord” de Gran Hermano: la difícil relación con su papá actor y qué vínculo tiene con la novia de Marcelo Tinelli
Llegó a nuestro país para participar del reality de Telefe y no tiene planes de volver a su Lima natal: quiere quedarse y tener la oportunidad de trabajar en la Argentina
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Renato Rossini es el segundo eliminado de Gran Hermano y rompió el récord que marcó Nadia Epstein en Gran Hermano 2007: se fue con el mayor porcentaje de votos negativos de la historia del reality en el país. De perfil muy alto, el participante peruano se ganó la antipatía de muchos, pero él confía en volver a entrar a la casa y revertir la opinión del público. En diálogo con LA NACIÓN, Renato habla de su vida en su Lima natal, cuenta que se enamoró de la Argentina al mismo ritmo que lo hizo de una novia que vivía en Luján, revela qué relación tiene con Milett Figueroa y reflexiona sobre el difícil vínculo que tiene con su papá, el actor peruano Renato Rossini radicado en Miami.
-Vivías en Lima antes de entrar a la casa, ¿cómo terminaste en un reality de la televisión argentina?
-Es mi sueño hecho realidad. Viví toda mi vida en Perú hasta que vi una publicación en Instagram sobre Gran Hermano, un programa en el que siempre quise estar. Pensé que era un sueño muy lejano, pero decidí aplicar, me llamaron y me vine a hacer los castings con mucha incertidumbre. Vine a la Argentina sin ningún papel ni permiso de trabajo que me gestionaron una vez que ingresé al programa. Soy fanático de vuestro país.
-¿Habías venido otras veces?
-Sí, es la octava vez que estoy aquí. Tengo una exnovia que vive en Luján que conocí en work and travel en Vermont, en los Estados Unidos. Me enamoré profundamente, ya saben que soy un chico muy enamoradizo y cuando nos despedimos nos hicimos la promesa de volver a vernos. La relación duró casi dos años, en los que vine dos veces y ella también viajó a Perú para verme. La última vez que vine para verla fue en el 2018 y tuve que esperar al 2023 para regresar y en ese caso fue por una media maratón, invitado por una marca. Mi sueño siempre fue estar en la televisión argentina porque el primer programa que vi fue el de Susana Giménez y soy muy fan; es una conductora excepcional, con ritmo, humor, buenos invitados. La televisión peruana es muy buena también, pero las cosas como son: aquí en la Argentina dan cátedra sobre cómo se hace la televisión, el cine, la música.
-Lo decís para endulzarnos los oídos…
-Soy totalmente objetivo… Si no me hubiera ido a España.
-¿En Perú nunca hicieron Gran hermano?
-No, hay dos realities que tiene mucho rating, uno es Esto es guerra, un programa de competencias en el que estuve algunas semanas con Joel Ojeda, otro ex Gran Hermano. Y El Gran Chef que es como MasterChef y ahí también participé con mi papá. Es el programa más lindo de la televisión peruana porque saca lo mejor de ti.
-Estudiaste administración y marketing, ¿ejerciste o lo tuyo es el mundo del espectáculo?
-Estudié y me demoré siete años en hacer la carrera. Tú no le puedes ganar a una persona que no se rinde y yo no me rendí y mi mamá siempre me apoyó. Me costaba la universidad y tuve que pagar profesores particulares, así que trabajé mucho y agradezco haber terminado mi carrera. Trabajé durante cuatro años en e-commerce y consumo masivo, que son mis fuertes; y aprendí mucho porque aprendí a defenderme con palabras y, a veces, en televisión dices comentarios desafortunados y hay que tener capacidad de reacción.
-Hiciste varios comentarios desafortunados que terminaron dejándote afuera de la casa. ¿Por qué creés que te votaron para que te fueras y tenés el porcentaje de eliminación más alto de Gran Hermano?
-Pensaba que los integrantes de Gran hermano éramos una fiel muestra del común denominador de la sociedad. Pero desde adentro tienes una perspectiva diferente, no sabés qué quiere el público. Yo tenía toda la confianza de quedarme, aunque tenía mis dudas porque tuve una actitud muy elevada y podían prescribirme como una persona egocéntrica. Y además fui muy duro con Santiago y eso no fue buen visto. Yo siento que no hice nada malo. Y rompí un récord (risas). No me gusta ir a medias y, de ser paz y amor, me fui al otro extremo de ser super drástico. Me hago cargo de lo que dije y pido disculpas a las personas que ofendí o se sintieron incómodas. Siento que la gente no se atreve a dar la cara por miedo, por experiencias previas. Me ha tocado vivir cosas muy fuertes en las que muchas veces he estado solo y no he tenido a nadie que me banque, y aprendí a dar la cara. No darla es un acto de cobardía… Cuando un padre no da la cara por sus hijos y su familia, cuando se va de casa y no vuelve….
-¿Eso te pasó con tu papá?
-Alguna vez voy a contar esta historia complicada. Son fantasmas que aún me persiguen y por eso peleo con mis ideales. Soy alguien que no sigue a la manada, y si van a la derecha, pues yo voy a la izquierda. Creo firmemente en mí y no necesito que nadie más lo haga. Y soy el primer peruano en entrar a Gran Hermano. Me han pegado en la prensa peruana, pero yo me quedo con lo bueno. Lo mismo le ha pasado a Milett Figueroa, que vino a cumplir su sueño, bailó, la rompió y se quedó; es la peruana más exitosa de la historia, en mi opinión. Es carismática, tiene ángel, y presencia.
-¿Conocés a Milett?
-Sí, la he visto unas cuantas veces. Hizo su debut en el cine con mi papá, me invitó a ver una obra de teatro en otra oportunidad y sigo de cerca su carrera. Además, tenemos amigos en común. Es un ejemplo a seguir. Curiosamente cumple años el mismo día que yo, el 10 de junio. De alguna manera, tenemos historias parecidas.
-¿Tu idea también es quedarte en nuestro país y desarrollar una carrera acá?
-Siento que es el comienzo de algo muy lindo. No quiero pasar desapercibido, quiero demostrar que voy a aprovechar esta oportunidad al máximo. Dios hace las cosas por algo, no cuestiono sus planes y por eso me fui de la casa con una sonrisa de oreja a oreja. Sé que algo muy grande me espera. Ya cumplí el sueño de compartir la pantalla con Santiago del Moro y Sol Pérez, los referentes más grandes cuando llegué a Argentina,
-¿No volvés a Lima, entonces?
-Mi idea es quedarme aquí. Hasta antes de entrar a la casa vivía solo en Miraflores, en un departamento hermoso, en el distrito más lindo. Pienso mudarme definitivamente a la Argentina, no tengo planes de volver a Perú por ahora.
-Antes hablaste de tu papá, ¿cómo es tu relación con él?
-Es una relación más de amigos que de padre e hijo. Diría que el 80 por ciento amigos y el 20 amor padre e hijo. Espero que algún día podamos tener una relación padre e hijo con el respeto y admiración que le tengo en todos los ámbitos, no solamente en su carrera o en su físico. Ahora es una relación más de amigos. Es mi viejo y mucho de lo que soy le heredo de él, el sentido del humor, la galantería, lo coqueto, la frescura. Lo que se hereda no se hurta. Tenemos el mismo nombre, pero somos personas completamente distintas. En Perú soy el hijo de Renato Rossini y acá espero ser Renato Rossini, el participarte de Gran Hermano que rompió el récord del más votado.
-¿Tenés pareja?
-Estoy más solo que Luis Miguel en los ‘90 (risas). Estoy soltero.
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