Raúl Taibo: por qué se alejó de la actuación y a qué se dedica ahora
En 2019 hizo teatro por última vez y desde entonces no se sabe mucho de su vida; cría a su hija Francesca y le dedica también mucho tiempo a su crecimiento personal
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Este año Raúl Taibo cumplió 70 años y otra vez volvió a elegir mantenerse lejos del mundo del espectáculo. Se retiró en 2019, luego de hacer Perfectos desconocidos, en calle Corrientes. Ya por ese entonces estaba alejado, pero Guillermo Francella, que dirigía la obra, lo tentó y Taibo cedió y disfrutó esos meses en la cartelera porteña. Pero ya no. “Estoy retirado de los medios”, le dijo a LA NACIÓN el actor que hizo televisión por última vez en 2016, con la novela Los ricos no piden permiso.
En los últimos veinte años, Taibo profundizó su crecimiento personal, hizo chamanismo, terapias holísticas y meditación, y a eso se dedicó todo este tiempo. A eso y a la crianza de su hija Francesca, que acaba de cumplir 8 años y es fruto de su relación con Mercedes. “Francesca es una delicia de Dios”, decía Taibo en 2016 cuando había nacido la niña. Y, tiempo después, reflexionaba sobre la paternidad. “Soy un papá distinto. Francesca me muestra mi sombra, lo que no puedo. Antes jugaba horas y horas en el suelo y ahora me cuesta. Igual ella es benévola, una maestra. Lo entiende. Parece que me contuviera a mí. Es una evolucionada. Conmigo juega de otra manera, como si se diera cuenta que tiene un papá mayor. Ser papá a los 62 no es lo mismo que a los 33, cuando nació Antonella”.
Recordemos que Raúl Taibo fue papá por primera vez en 1987, cuando nació Antonella, que hoy vive en Nueva York, es chef y lo hizo abuelo de Lucas. En ese momento el nacimiento llenó páginas de revistas del corazón porque la nena nació a través de un parto en el agua, uno de los primeros en nuestro país. Por entonces estaba en pareja con Pía Meritello. Pocos años después se separaron y el actor se casó con Marcela Ortiz después de tres meses de noviazgo, en 1993. Y, hace doce años, conoció a Mercedes y en las pocas oportunidades que habló de su relación, dijo: “No tuve mucha vida de pareja con Pía, la mamá de Antonella, así que no sé cómo compararlo. Ahora, con mi actual mujer, llevamos unos cuantos años juntos y nos conocemos más, trabajamos más en nosotros. Yo no soy el mismo padre que fui con Antonella. Soy otra persona, entonces, en consecuencia, soy otro padre”.
También Francesca nació en el agua y así lo relató el actor: “Mi hija nació en el baño. Mi mujer hizo el proceso de trabajo de parto en el agua y eso alivia el dolor. Después plantamos la placenta, con un árbol de tilo”.
En medio de su retiro de la vida pública, Taibo se enfrentó a un escándalo mediático cuando una mujer afirmó ser su hija. Él aceptó hacerse un ADN, que dio negativo. “Fueron días en los que me sentí muy conmovido, muy conmocionado, muy tocado. Quería resolver esto de una manera privada y humana. Me sorprendió la noticia y me puse en el lugar de esta señora, que durante tantos años creyó que yo era su padre”, decía en las entrevistas de ese momento.
Siempre fue reacio a hablar de su vida privada. “Es que tuve mucho vértigo y exposición desde muy chico. Recuerdo haber estado en una tapa de Radiolandia o Antena en los brazos de mi mamá”, se justificaba en una entrevista para LA NACIÓN. “No es un buen experimento ese. Te requiere de más actividad, de una mirada mucho mayor hacia afuera, en lugar de vivenciar lo que te sucede como niño. Por eso se habla de los derechos de los niños como, entre otros, el de no trabajar. Llegué a un momento de tanta exposición que confundí lo público de lo privado. Compartí muchas cosas y no me fue muy bien. El costo lo pagó mi salud: por el impacto emocional y el estrés tan fuerte, padecí tuberculosis, que no tenía un origen físico en sí mismo, sino que se manifestó porque me habían bajado las defensas de una manera descomunal”, detallaba.
Y cerró: “Necesitaba y necesito lo íntimo. Y lo íntimo, cuando se está expuesto, pasa a ser público. Lo íntimo no es solo estar en el baño, tomando una ducha. La intimidad es mucho más abarcadora. Entonces, ahora, la decisión que tomo en mi vida es dejar que lo íntimo no se exponga. A mí me hizo mucho daño mostrar todo”.
Taibo empezó a interesarse en las terapias alternativas cuando su hermano menor, Marcelo Olivero, murió arrollado por un tren, en 2004. Fue una tragedia que arrastró a Beatriz Taibo a la depresión y a retirarse de la actuación y a Raúl lo sumergió en una profunda tristeza. Pero encontró refugio en una vida espiritual, que en realidad lo acompañó siempre. Hace algunos años contó en el programa de Moria Casán que había tenido una experiencia mística. “Tuve una revelación la noche anterior a una operación del corazón, muy delicada. Yo no sabía si iba a vivir o no y pedí una respuesta. Entonces apareció la imagen de mi maestro, que en ese momento era Jesús. Se me apareció en la pared. Era cetrino, de ojos verdes, pelo castaño oscuro con rulos. Ver eso me dejó muy tranquilo y a partir de ahí fue otra vida”.
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