Priscila Crivocapich, de las pasarelas a las canchas de fútbol: quién es la inquieta conductora de la previa de la Copa América
Luego de vivir en Europa y en los Estados Unidos, la modelo regresó a la Argentina para proyectar su futuro profesional y le dio rienda sueta a su pasión por los deportes
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Priscila Crivocopich es la conductora de Vamos por más, el programa que funciona como previa de los partidos de la Copa América por la pantalla. A sus 18 años, cuando recién había terminado el colegio, tomó la decisión de mudarse desde San Nicolás, donde vivía con su familia, a Capital, para trabajar de modelo. Ya había pasado la época dorada en que las agencias de Pancho Dotto y Ricardo Piñeiro se disputaban a las chicas más populares del verano, esas que saldrían en todas las tapas de revistas, serían las invitadas vip de las mejores fiestas y competirían por ir de la mano de Roberto Giordano al final de sus famosos desfiles en Punta del Este. Ella fue parte de la transición de la popularidad de la profesión, en que las modelos pasaron de ser celebrities, con nombre y apellido, a simples mannequins.
Con la idea de que la “vida útil” de la modelo suele ser bastante breve, tras varios años viviendo en el exterior, Priscila decidió volver al país y proyectar su futuro. Se inscribió en la carrera de periodismo deportivo. “Tenía 26 años y pensaba que ya era grande para seguir”. Sin embargo, dos décadas después sigue trabajando para Multitalent: “Me llaman bastante para campañas. Me encanta que la carrera de modelo se haya alargado y que las mujeres de mi edad se sientan representadas”.
—¿Cómo fueron tus inicios en las pasarelas?
—En un torneo de golf, que había ido a ver con mi familia, estaba Pancho Dotto; me vio y me invitó a trabajar en su agencia. En realidad no fue la primera vez que me ofrecían ser modelo, pero esta vez mis padres me dieron permiso, ya tenía 18 años y había terminado la secundaria. Me habían ofrecido otras veces en la playa, pero era muy chica y mis padres no estaban de acuerdo.
—Y así viviste en Europa y en los Estados Unidos, ¿no?
—En 2004 estuve en Milán, iba y venía, y viajaba entre París, Milán, Berlín principalmente. Y en el 2008 me fui a vivir a Nueva York. Era mi sueño. Me acuerdo de ir de vacaciones y pensar: ‘Yo quiero vivir acá’. Me lo propusieron y yo no quería saber nada. Me sentía grande ¡y tenía 24 años nada más! Cuando llegué a la agencia me dijeron: ”“Mientras más grande seas, mejor va a ser por tu tipo de belleza”. Viví durante dos años allá y volví…
—¿Por qué volviste?
—Decidí que era momento de estudiar y prepararme para el futuro. Quería tener un sustento de algo. No le di muchas vueltas y empecé periodismo deportivo.
—¿Por qué periodismo deportivo?
—Soy muy amante del deporte en sí. En casa, de chica, mi papá siempre miraba todos los deporte: si hubiese habido torneo de bolita, también lo hubiéramos visto. Los domingos me despertaba con el ruido de las carreras de los autos, después los torneos de tenis y cualquier partido de fútbol que estuviese en la tele. En mi familia tenemos pasión por el deporte. Incluso uno de mis cuñados es el técnico de Los teros, la Selección de Rugby de Uruguay.
—Pero no dejaste tu carrera de modelo...
—Nunca, incluso hasta el día de hoy me siguen llamando. En ese entonces estaba en plena transición, cada vez hacía más cosas comerciales y menos pasarela. Necesitaba darle un giro a mi carrera, la conducción y la televisión siempre me habían gustado, pero quería estar preparada.
—¿Cuál fue tu primera aproximación al periodismo?
—Fui de la primera camada de ESPN Redes con Juan Marconi y Juani Chela. Después trabajé en el noticiero de Fox, Central. También tuve un paso por América TV en donde hice periodismo más general, conduje desde un magazine hasta el noticiero. Y desde el año pasado estoy con fútbol a pleno en Telefe.
—¿Te sentís más cómoda con el periodismo deportivo?
—Me gusta más. Gracias a mi trabajo pude conocer un montón de canchas. El año pasado, con Telefe hicimos las transmisiones de los partidos de la Copa Libertadores desde cada campo de juego y es increíble. Aunque haber tenido la oportunidad de hacer un noticiero en vivo en un canal de aire, es genial y la adrenalina es espectacular.
—Son pocas las periodistas en el fútbol…
—Cuando empecé era un mundo de hombres, pero cada vez somos más. No es lo mismo el periodismo deportivo de hace 10 años, o un poco menos, que ahora. Cada vez hay más mujeres en el periodismo deportivo, y creo que eso tiene que ver con el desempeño y el profesionalismo de cada uno, más allá del género. Para cada trabajo estudio un montón, preparo cada partido, no voy al voleo.
—¿Qué lugar tiene el deporte en tu vida?
—Me lo inculcaron en casa, de chica jugaba al tenis y después hice otras cosas. Hoy tengo el hábito de entrenar, hago ejercicio cuatro veces por semana y voy a pilates. Ahora me pasa que si no me muevo me siento mal. Con el tiempo aprendí que se trata de un proceso y los resultados inmediatos no sirven. Si te obsesionás con el gimnasio, al mes lo vas a odiar. Lo mismo pasa con las dietas y las restricciones. En realidad, el cuerpo es nuestro vehículo, por eso lo cuido: como sano, hago ejercicio y duermo bien. Necesito 8 horas de sueño, si no me cambia el humor. No soy extremista, pero me gusta cuidarme y disfruto de mimarme. Algo que quizás para otro es un trabajo, para mí es un regalo.
—¿Sentís que estás en un gran momento laboral?
—Mi profesión no me deja de sorprender. Me regala cosas mágicas y me da la oportunidad de hacer cosas nuevas. Arranqué en Telefe el año pasado, y para mí es el mejor lugar en el que puedo estar: el canal, el trato, la gente, mi jefe, es jugar en la liga mayor. Los lunes estoy en Gol de Medianoche, los jueves en Nada más por streaming, y también estamos en Vamos por más, con la previa de la Copa América. Amo todo lo que estoy haciendo: la adrenalina del vivo, salir a la cancha, y vivir un partido desde adentro, al lado del campo de juego, no me lo hubiese imaginado nunca. Ahora con la previa de la Copa América, tener de compañero a Fer Carlos, que es ultra profesional y tiene mucha experiencia, es genial.
—¿Podés disfrutar cuando juega la Selección y estás conduciendo?
—Para mí, el periodismo que hago va desde un lado más humano. Ver jugar a una Selección que es campeona de Copa América, campeona del mundo, que ahora va por otro título me genera admiración. El otro día entrevisté a Maxi Rodríguez y me nació del alma decirle: “Ustedes también nos dieron una alegría enorme”. No salieron campeones, perdieron dos finales, pero fueron un gran equipo. Uno siempre se acuerda del campeón, o de que ellos no ganaron, pero llegar a dos finales del mundo es digno de admiración. Toda la dedicación y el sacrificio que hay detrás. Muchas veces me pasa que no entiendo por qué tanta crítica cuando tiene ese nivel de profesionalismo. Hoy mi filosofía de vida es ‘no le hagas al otro lo que no te gustaría que te hagan a vos’. Eso lo aplico a todo. De hecho estuve en pareja con un deportista y cuando lo iba a ver jugar, desde la tribuna, la gente no sabía que era mi novio, y yo escuchaba los insultos y críticas y no lo podía creer, siempre pensaba: puede ser desde tu hijo, tu hermano, tu primo, tu sobrino, tu yerno.
—¿Tenés más sueños por cumplir?
—Yo creo que uno siempre va por más. No nací para estar en una oficina de lunes a viernes. Como hago cosas distintas todo el tiempo, siempre va a pasar algo nuevo que supera a otra cosa, y eso me encanta. Con los años aprendí a valorar eso. No soy la misma que hace 15 años, hice un gran trabajo interno. Como modelo viví un montón de momentos impresionantes, y por ahí no los disfrutaba y hasta me quejaba, no era consciente. Hoy, después de atravesar un gran proceso personal y trabajar mucho en mí, aprendí que la vida se trata de disfrutar lo que te pasa. El otro día hice una campaña de una marca de ropa para la temporada de verano, y había que simular el verano, en el día más frío del año. Me congelé durante nueve horas, pero el equipo de trabajo era tan lindo y me cuidaron tanto, que pude sacar la parte buena de esa experiencia.
—¿Y a nivel personal?
—Sueño con mudarme a una casa, sé que eventualmente lo voy a hacer. Son esos proyectos que uno se pone para tener nuevas metas. También quiero formar mi familia, pero primero quiero estar con alguien que comparta mis mismos valores y que juntos armemos ese proyecto. Aunque quiero ser madre, no lo siento como un mandato; pienso que si todavía no me pasó, es por algo. Incluso tuve una pareja, en donde no quise tener hijos porque no lo veía como el papá de mis hijos.
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