Los Reyes de Holanda se despiden de Villa Eikenhorst, su hogar durante 15 años

Empiezan las tan ansiadas vacaciones de verano en Europa, momento para estar en familia y relajarse antes de retomar los compromisos. Como marca la tradición de la Familia Real holandesa, la semana pasada los reyes Guillermo y Máxima y sus hijas se pusieron delante de las cámaras para decir "hola" a estos días de descanso.

Las fotos muestran al matrimonio y sus hijas, Amalia (14), Alexia (13) y Ariane (11), en su faceta más descontracturada y tan cariñosos y demostrativos entre ellos como nos tienen acostumbrados. También se aprecia lo grande que están las princesas –la heredera al trono está casi de la altura de su madre– y la entereza de la Reina, que regala una amplia sonrisa en cada toma, a pesar de estar en pleno duelo por la muerte de su hermana menor, Inés, de cuya muerte ya pasó un mes –en Buenos Aires su madre, María del Carmen Cerruti, celebró una misa en su memoria en Mater Admirabilis).

La elección del escenario para las fotos no parece casual, sino que tendría un significado especial: aunque es la cuarta vez, desde 2010, que la residencia de los Reyes –enclavada en la aristocrática zona de Wassenaar, muy cerca de La Haya–, es marco de este posado, este podría ser el último en sus jardines. Al parecer, ya están concluyendo las obras de acondicionamiento del palacio Huis ten Bosch en La Haya, donde está previsto que se muden. No se conoce aún la fecha precisa de la mudanza, así que quién sabe si esta es una especie de despedida del lugar en el que formaron su familia. Un tierno adiós a su "pequeño reino".

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