Polémicas, disgustos y pases de facturas entre padres e hijos; cinco historias de relaciones difíciles, de Javier Portales a los Caniggia
Algunas figuras reconocidas y recordadas del espectáculo argentino no han tenido un vínculo sólido con sus hijos; repasamos cinco de ellas y los “efectos secundarios” que llegan hasta el presente
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Desde que el mundo es mundo, el vínculo entre padres e hijos no es sencillo. Hay quienes intentan “remar” la relación, quienes hacen terapia, quienes discuten cada dos por tres, quienes dejan de hablarse por mucho tiempo y quienes se aman a pesar de todo, claro. Los reclamos y las discusiones mayormente tienen que ver con falta de cariño, ausencias y, sobre todo, con el dinero y las herencias. En la farándula argentina hay muchos casos de padres e hijos que tienen muy mala relación y se “pasan factura” en televisión, para que todos se enteren de los detalles, sepan los motivos y queden claras las miserias del personaje famoso. Hay vínculos que están rotos y otros que pueden sanarse.
Uno de los casos más resonantes es el de Jorge Porcel y su hijo. Hace ya varios años que Jorge Porcel hijo no habla de su papá, que murió hace 17 años, pero por mucho tiempo se paseó por todos los canales contando algunas cuestiones relacionadas a ese vínculo. Y no hablaba nada bien. “Mi padre siempre necesitaba ser hostigado por los abogados para que cumpliera sus obligaciones y la cuota alimentaria. Nunca lo hizo por las buenas. Como padre fue nulo”, le decía a quien quisiera oír. Una de sus recurrentes quejas era que su padre no le había dejado la herencia que le correspondía, a pesar de que algunas versiones indicaban que mientras vivió, Jorge Porcel le pasaba 2.500 dólares por mes y le había regalado un departamento en Capital Federal y una casa en Acassuso, que perdió por una hipoteca. Pero Jorgito Junior dio su versión: “Esas propiedades se las dio a mi madre y nunca me dio nada a mí, sencillamente porque yo era menor de edad. Una propiedad se vendió para operar a mi abuela materna de una eventración, en el Instituto del Diagnóstico, en 1981. La otra casa la perdió mi mamá en 1989, en plena hiperinflación: ella sacó un crédito y no pudo pagarlo. Nunca tuve un inmueble a mi nombre. Las cosas podrían haber sido diferentes y mi padre podría haberme dicho: ‘Hijo, te doy una propiedad ahora que sos mayor de edad y arreglátelas’. Fue demasiado poco hombre y nulo como padre”.
Esa maldita herencia
Javier Ángel Álvarez es el hijo de Javier Portales y le contó a LA NACION que no recibió nada de su padre: “Me hice cargo de él en los dos últimos años de su vida. Había sufrido dos ACV y tres infartos, venía de una paraplejía y era insulinodependiente. Tuve que vender un departamento para poder pagar médicos, pañales, estudios, bolsas de colostomía, enfermeras y todo lo que te puedas imaginar. Siempre se lo advertí, desde que yo era pibe, pero él se dejaba embaucar por sus amores de turno. Papá se separó de mi vieja, Yolanda Vitulano, en el 62. Yo era muy chiquito cuando empezó a ganar buena mosca. Después se enganchó con Delia Novoa, que se aprovechó desde el día uno. Trataba bien a sus sobrinos y mal a mí. Mi papá no se metía porque no quería problemas con ella. Me castigaban si no pasaba de grado. Mi viejo un año viajó a Estados Unidos y me dijo: ‘No te voy a llevar porque no estudiaste en todo el año’. Volvió con una tabla de surf debajo del brazo pero no para mí, sino para los sobrinos de ella. A mí me trajo unas zapatillas de segunda. Él no quería discutir con la mujer. Le gustaban mucho las minas, pero más le gustaba la guita”, relató el hijo del actor.
Otro recuerdo que Javier Ángel Álvarez tiene de su padre es de cuando estaba en pareja con una mujer llamada Marina: “Era un hombre frágil, al que ella le llevaba 25 años. Para un Día del Padre, yo le había preparado unas hojas con el mejor papel membretado, todo dedicado y me dijo que no iba a comer conmigo porque yo a Marina no le gustaba. Ella me puso el ‘Muro de Berlín’; decía que yo era mala persona. Él invitaba a los amigos de ella a la quinta pero a mí no. No me generaba buena onda. No era por la plata, yo no pretendía ni pretendo plata de nadie, me la gano solo si puedo, pero se ve que estaba tan enamorado que no veía. Le patinaron toda la guita, hasta la que tenía en Uruguay. Mi viejo debe haber ganado unos 20 palos verdes durante toda su carrera, no te miento. Fue muy exitoso. ¿Sabés cuánto recibí de la herencia? Cero o, mejor dicho, deudas. Sus mujeres siempre lo esquilmaron y lo abandonaron”.
Pases de facturas
La mala relación que tienen desde hace años Charlotte y Alex Caniggia con su papá, Claudio Paul es bien conocida por todos. Hace años que no se hablan y si bien los hijos no dan demasiados detalles sobre el vínculo, dejan en claro que se llevan muy mal. Charlotte contó hace unos años, cuando estaba en el programa Bailando por un sueño, que desde que sus papás se separaron, “medio que no nos hablan mucho”, señaló en esa oportunidad y agregó: “Ahora estoy peleada con los dos y no me hablan”. Desde entonces se amigó y volvió a pelearse varias veces con su padre y también con su madre, Mariana Nannis. “Ya lo superé y dije: ‘bueno, ya está, soy fría’. Pero antes me ponía re mal y lloraba. La familia se abrió desde que ellos están mal. Es triste para un hijo no poder disfrutar de sus padres. Yo tengo ganas, pero no es fácil. A veces les mando mensajes y no me contestan, así que ya fue”. Luego, Charlotte aseguró que tanto a su hermano Alex como a ella les “gustaría estar en familia”. “Es un asunto que trato de no tocar porque es doloroso”.
Charlotte es prudente cuando habla del tema, en cambio Alex Caniggia es más enojón y no mide sus palabras: “Mi viejo estaba con un gato, desde ahí le hice la cruz”, dijo en referencia a la pareja de su papá, Sofía Bonelli. “Estamos peleados a muerte. No le hablé más, ni él a mí. No está en mis planes reencontrarme con él. Hace tiempo que no hablo con él por decisión propia. Ni siquiera intenta contactarme”, asegura. ¿Cambiará de opinión ahora que pronto va a convertirse en padre primerizo con Melody Luz?
Axel Caniggia, el mayor de los tres hijos del exjugador de la Selección Argentina, quien vive en España, es el único que tiene buena relación con su padre. Aunque no habla en los medios, posteó lo siguiente hace unos meses en sus redes sociales: “Mi mejor compañero y amigo, te quiero papá... Feliz Día del Padre. Te quiero”, escribió, en referencia a dicha celebración, que en España se conmemora en marzo.
De ausencias y de olvidos
Otra familia que tuvo problemas que tomaron dominio público fue la que formaron Beatriz Salomón y Alberto Ferriols, que adoptaron dos niñas: Bettina y Noelia. La pareja se separó mucho antes de que la actriz muriera, en 2019, y cuando se rompió el vínculo las chicas se quedaron con su mamá. Hace un tiempo, Bettina denunció a su padre por amenaza simple, contó que sufrió maltratos y se fue a vivir con su tío materno, Daniel. Dicen que la violencia contra las chicas comenzó el mismo día que falleció Salomón.
Algunos meses atrás, Bettina contó en A la tarde, por América: “No quiero estar con quienes me hicieron mucho daño. No tiene remedio. Si me quiero quedar con mis tíos es porque me hicieron muy feliz en poco tiempo, más de lo que había sido estos años. Mi padre me lastimó mucho y no hay marcha atrás en mi decisión. Él nunca me conoció de chiquita, dejé de ir a su casa porque quise. Mi hermana sí tuvo ese lazo, la conoció más. Esa diferencia siempre estuvo. Lloraba porque no quería ir a su casa, no me gustaba. Estaba acostumbrada a estar con mamá, no con Alberto. No crecí con él”, comentó. “Yo me sentía culpable de que mi papá no me quisiera ver, pero ya no”, agregó luego y aseguró que se cambió el apellido por el materno: “No me gustaba que me digan Betty Ferriols porque es el apellido de Alberto. En un futuro tengo planeado sacarme el apellido legalmente”.
El caso de Morena Rial estalló en las últimas semanas. Si bien se sabía que no tenía buen vínculo con su padre, Jorge Rial, ahora contó detalles escalofriantes. “Yo me fui de casa a los 17 años por culpa de la (Agustina) Kämpfer. Hubo problemas porque mi papá la defendía y yo no la saludaba porque no la aguantaba. Después el tiempo me dio la razón”. Y siguió: “Con mi papá estamos siempre a los tiros, pero ya va a pasar. Hay cosas que no nos gustan y no nos vamos a llevar bien nunca. Sé que nunca me amó y menos a mi hijo”, dijo en A la tarde. “Mi papá es un mafioso. Hace muchos llamados para que yo no esté en programas. Sabe que tengo la lengua muy filosa y cuando estoy enojada digo todo”.
Morena también aseguró que su padre sabía que su mamá, Silvia D’Auro, las maltrataba y las golpeaba a ella y su hermana Rocío y que “nunca hizo nada”. Además, sobre el reciente viaje del periodista a Madrid, señaló: “Que no le pase nada porque no viajo”, en referencia a la situación que vivió hace unos meses cuando ella y su hermana Rocío viajaron de urgencia a Colombia tras el infarto sufrido por Jorge Rial durante su estadía en Bogotá.
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