Piñón Fijo: sus inicios, una traición que lo marcó y una pelea familiar que parece no tener fin
El payaso más famoso de nuestro país está atravesando un delicado momento enfrentado con sus hijos y su exmujer
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Piñón Fijo jamás imaginó el escándalo que desataría posteando una foto de su nietita Luna (5) junto a un mensaje en donde expresaba cuánto la extrañaba y cómo esperaba volver a verla, aludiendo además al “derecho de los nietos” y “de los abuelos” a mantenerse en contacto siempre. Eso disparó otro posteo en redes sociales, el de su hija Sol y madre de la niña, que lo acusó de “maltratos” y “humillaciones”. Recordemos que el famoso payaso es padre de Jeremías y de Sol, y abuelo de Luna y de León, de apenas 7 meses y a quien no conoce aún.
La joven aseguró que durante años ocultó todo “porque el amor incondicional de una hija a un padre fue más fuerte” y remarcó que su padre “desapareció de sus vidas” luego de haberla maltratado en su semana 32 de gestación: “Y fue el último porque me animé a poner límite a las humillaciones crónicas después de 35 años. Esa fue mi única decisión concreta hasta el momento, jamás le prohibí ver a sus nietos. Ante esa decisión de límites, esperé algún gesto de humanidad para reconfigurar sus encuentros con mi hija bajo nuestros límites y condiciones, pero eso nunca existió, no apareció. Nació mi bebé y no apareció”, detalló.
Por su parte, Jeremías escribió en sus redes: “Hemos perdonado cosas realmente importantes, y lo seguiremos haciendo. Quizás la agresión se desvíe para otro lado, como que todo lo que tenemos se lo debemos a él, que sin él no seríamos nadie. Eso siempre no los dejaron en claro, así que lo tenemos súper presente”.
De perfil bajísimo, el payaso siempre mantuvo un halo de misterio sobre su verdadera identidad, tanto que hace muchas de sus tareas cotidianas maquillado como Piñón Fijo, obsesionado porque nadie conozca su identidad y así sostener la magia para su público infantil. Pero con estos posteos se descubrió que Fabián Alberto Gómez, tal es su verdadero nombre, se separó de la madre de sus hijos, Karina Suárez, en muy malos términos y después de 35 años de pareja. Se supo además que no ve a sus hijos ni a su nieta casi desde entonces y que ni siquiera conoce a su último nieto. De eso hace ya ocho meses. Ya no son una familia unida como lo supieron ser. De hecho, durante años Piñón trabajó junto a sus dos hijos en shows infantiles, teatro y televisión. Sin embargo, tiempo atrás se separaron y la explicación que dio el payaso estaba lejos de dejar entrever una pelea. “El mejor premio es cuando vienen tus hijos y te dicen quiero trabajar solo, pero lo quiero hacer con el oficio que aprendí de vos. Y lo hacen mejor que yo. Sol tiene muchísimos seguidores en las redes. Maneja mucho mejor la dinámica y hace cosas para chicos. Solcito Fijo va a hacer un show propio en Córdoba. Jere tuvo otra estrategia y me dijo: ‘No quiero valerme de la fama ni nada tuyo y quiero hacer mi propia carrera’. Quiso hacer el camino desde el inicio y el tipo está animando cumpleaños en todo Córdoba”, fueron las explicaciones que dio en su momento.
Luego, durante meses, hubo silencio en la familia hasta el posteo de la polémica. “Si lo tuviera que volver a hacer, no lo haría”, aseguró cuando lo consultaron por las duras palabras que había expresado su hija. “Un posteo en las redes diciendo que extrañaba a mi nieta desencadenó una serie de conjeturas en el periodismo, en la prensa, y esa bola de nieve que se generó les hizo daño a mis hijos y ya sabemos la reacción. Voy a pensar tranquilo cómo dar una respuesta clara. Hay una parte dolorosa. Hoy en día es fácil acusar de maltrato y violencia y omitir decir claramente la verdad. Te deja parado en el lugar de cosas muy serias. Ya veré qué medidas tomo. No voy a hablar esas cosas como Piñón. Es medio bizarro y patético que un payaso esté hablando de cosas demasiado serias. A mis hijos los amo, a mis nietos los amo, nunca haría nada para hacerles daño. Pero, bueno, la vida tiene una dinámica que no siempre uno maneja”, remarcó.
A principios de año, Piñón Fijo hizo una entrevista en Mañanísima (Ciudad Magazine) y dijo que estaba pasando por un problema personal, de mucha sensibilidad, pero sin dar demasiados detalles. “Las cosas negativas, las transmuto en alguna lección o un aprendizaje. Una crisis puede ser el comienzo de otra cosa. Soy bastante resiliente”.
De la intimidad de su expareja, en estos 35 años, se sabe poco y nada. Apenas que Karina Suárez es docente y trabaja en la capital de Córdoba, que siempre fueron muy unidos y jamás se mostraron contrariados en público, y que hoy ella está muy cerca de sus hijos y nietos. Hace algunos años el payaso decía sobre su familia: “Esta profesión es un bombardeo de emociones y estar rodeado de mi familia y mis hijos, y tener la capacidad de seguir aprendiendo es lo más importante de la vida. Mis hijos se incorporaron a mi trabajo hace algunos años, pero desde chiquitos estuvieron conmigo en las funciones como un juego, haciendo coros y percusión. Son dos guardianes hermosos que me ha dado la vida porque defienden la transparencia de este oficio tanto o más que yo”.
Piñón y su bicicleta
Clown, mimo, trovador, Fabián Gómez es el payaso más famoso y admirado de nuestro país. El 20 de agosto cumple 57 años y ejerce su oficio desde que tiene memoria. Hace más de 30 años que el maquillaje cubre su cara: va caracterizado a las entrevistas y a todos lados porque dice que “ese misterio genera encanto y fantasía”. Hoy vive en Mendiolaza, cerca de Unquillo, pero nació en Deán Funes, Córdoba, y tuvo una infancia humilde. Creció como artista callejero ganándose unos pesos a la gorra y ayudando así a la precaria economía familiar. Se maquilló por primera vez en la adolescencia, en un taller de mimo. Hoy demora media hora en transformarse en Piñón Fijo. “En cada línea que dibujo voy repasando los caminos que hice para llegar a ese momento. Puede ser para visitar a un solo niño o para prepararme para un espectáculo multitudinario”, le contó en una oportunidad a LA NACION. Y agregó: “Al comienzo hacía una metamorfosis en público, pasaba de mimo a payaso y me ponía el traje con colores primarios arriba de la remera a rayas con tiradores, delante de la gente, en la calle, con la canción de Joe Cocker, “You Can Leave Your Hat On”. Una verdadera payasada. Después quedó el traje amarillo, azul y rojo”. Y sobre el terror que algunos niños le tienen a los payasos, decía: “Cualquier tipo de temor radica en lo desconocido y en lo impuesto arbitrariamente. Por eso entendí, con el tiempo y la experiencia, que cualquier descubrimiento de un niño hacia algo, si lo hace de la mano del afecto y el amor de sus adultos, tiene chances de no ser traumático”.
Era y es fan de Talleres de Córdoba. De niño trabajaba repartiendo volantes publicitarios en bicicleta mientras soñaba con ser jugador de fútbol, pero no era bueno en la cancha y sus compañeros le gritaban “payaso” mancando quizá su destino. Su nombre artístico está inspirado en una parte de la bicicleta, su fiel compañera. “Mi personaje se llama Piñón Fijo porque los comienzos fueron andando en bicicleta y apelé a ese nombre porque estaba muy relacionado con la bici y porque tenía un perfil muy optimista el hecho de ir siempre adelante. Es difícil encontrarle un rótulo a mi trabajo. Lo más fácil es decir payaso, pero este personaje tiene mucho de duende urbano, como se lo conoce en Córdoba. Es amigote de los chicos y cómplice de los grandes. Todo esto nació desde la intuición, no hay ninguna cuestión teórica”, reflexionó sobre su trabajo y sus inicios. Y sumó: “La primera vez que salí a la calle no me imaginé que muchos años después iba a estar todavía enfundado en el mismo traje de payaso. En ese momento mis bebés me acompañaban en la calle como un papá joven irresponsable y cuando fueron grandes estuvieron en el escenario a mi lado, apuntalándome como compañeros de historia. A finales del ‘89 todo era muy complicado en nuestro país por la hiperinflación. Entonces empecé a trabajar de payaso en las plazas aprovechando el movimiento turístico que había. Cuando terminó la temporada fuerte y había que subsistir, surgió la idea de animar cumpleaños infantiles”.
La fama a nivel nacional le llegó en 2002 cuando lo convocaron para hacer un programa infantil en Canal 13. “Eso fue realmente una bisagra muy fuerte y nos desbordó porque nadie está preparado para tanta sobreexposición de un día para el otro”, reconoció.
La obsesión porque nadie conozca su cara
Con la popularidad le fue más difícil mantener su identidad en el anonimato y quien lo traicionó fue un vecino de Tolhuin, Tierra del Fuego, en donde Fabián Gómez solía pasaba sus vacaciones. “Estaba como un turista más, no caracterizado en personaje y buscaba pasar desapercibido, pero se corrió la voz, fui a una panadería y el panadero me pidió una foto. Le dije que no estaba maquillado, que no me servía a mí, que no le servía a él, pero insistió mucho, accedí y le pedí que, por favor, no la difundiera. El hombre me dijo que sí y le creí, pero la mostró y se virilizó. Fue la única vez que un hombre no entendió que busco mantener mi identidad en secreto para que los niños me conozcan solamente como Piñón Fijo. En general, tengo una complicidad muy linda con los adultos, entienden que es un personaje que le gusta a los niños. El 99,9% lo entendió, menos el panadero de Tolhuin”, dijo.
Esa anécdota le provocó una crisis personal por la cual Piñón se alejó de los medios en 2004 por un tiempo. “Yo lo decidí por la exposición, las estrategias mediáticas, fueron muchas cosas. Tuvimos una reunión con Adrián Suar, Coco Fernández y Pablo Codevilla, que fueron siempre muy generosos conmigo. Les dije que me había superado, que tenía a mis hijos chicos, y no había nacido para esto. Me entendieron y se los agradecí. Volví a mis raíces, a Córdoba. Hice programas desde ahí, exporté programas a Paraguay y Ecuador”.
“Es parte del juego, después lo aprendí; al principio, no me fue muy cómodo, sinceramente. Ahora estoy más viejo y le doy otra dimensión a las cosas y el tiempo hace lo suyo y desdramatiza también. Hoy en día me cruzo a alguien, sin maquillaje y cuando hablo me descubren. O me dicen: ‘Tenés la voz igual que Piñón’. Es que soy Piñón y no me creen, la discusión es al revés”, reconoció en el ciclo Los Mammones, que el año pasado emitía América.
El origen de “Chu Chu Ua”
Según contó en varias oportunidades, “Chu Chu Ua” no es de su autoría sino una canción popular anónima que se repite de boca en boca desde hace siglos. “Algunos dicen que viene de un grupo de boy scouts de Italia. Lo que yo hice fue versionarlo, lo “piñonicé”. He tratado de rastrear su origen, pero nunca lo encontré. Es una canción que canto desde el inicio de mi carrera y surgió de una historia muy interesante: estaba animando una fiesta de cumpleaños y un nene me decía todo el tiempo que tenía una canción para mostrarme. No le podía prestar toda la atención a él, pero como era muy insistente le propuse que la cantara para todos y lo hizo. La verdad es que la entendí a medias y como la entendí, la empecé a hacer. Y se volvió personal”.
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