“Pichuqui” Mendizábal: la historia de amor que marcó su vida, el oficio que abrazó hasta el final y la noche en que durmió en la bañera de Carlos Monzón
Se cumplen 12 años de la muerte del periodista y relator que supo conformar una familia con la actriz María Valenzuela y dejó huella entre sus colegas por su simpatía y generosidad
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Se llamaba Ángel Vázquez y con ese nombre empezó a trabajar en radio: pero cuando entró a la televisión, cambió por Juan Carlos Mendizábal. Sin embargo, todos lo llamaban “Pichuqui”, sobrenombre que le puso su abuela y que en un dialecto italiano significa “muñeco”.
Había nacido el 6 de julio de 1950 en Buenos Aires y falleció un día como hoy, pero en 2012. Tenía 61 años y, además de una extensa trayectoria en medios, era papá de Malena, Julián y Juan, y había estado casado durante 25 años con la actriz María Valenzuela.
Siempre quiso ser periodista deportivo, y no solo relataba y comentaba sobre fútbol, sino que también sabía de boxeo, tenis, básquet, hockey, vóley. Antes de tener su primera oportunidad en radio, trabajó durante algunos años en una agencia de publicidad. En 1973 cumplió su sueño, entró a Radio Splendid, luego pasó a Mitre y después a Rivadavia.
Casi paralelamente se incorporó a Canal 13, en 1974, y tuvo sus primeras experiencias como notero; luego fue cronista, conductor y relator. En 1984 lo contrató Canal 11 y condujo el noticiero de mayor éxito del momento, La noticia - Primera Edición, junto a Amalia Rosas. En 1991 volvió a Canal 13 convocado por Nicolás Repetto, para hacer Fax, programa de mucha audiencia que ganó el primer Martin Fierro de Oro. En 1993 regresó a Telefe para conducir Cuando calienta el sol, con Néstor Ibarra, y poco después lo llamó Marcelo Tinelli para que se sumara a VideoMatch, que en ese entonces era un ciclo deportivo. También estuvo en La movida del verano, con Juan Alberto Mateyko, e hizo la producción general y la voz de Supermatch, un programa de juegos para toda la familia.
“Pichuqui” Mendizábal relató cuatro mundiales para la televisión argentina: 1978 en Argentina, 1982 en España, 1986 en México y 1990 en Italia. También hizo lo propio en cuatro ediciones de la Copa Libertadores de América, y seis ediciones de Copa de Fútbol de Verano Mar del Plata. Acompañó al campeón mundial de los welters Carlos Monzón en cinco de sus catorce defensas de campeonatos mundiales. También a Guillermo Vilas, José Luis Clerc y Gabriela Sabatini, comentando cada uno de los torneos que disputaron, y fue productor periodístico del programa Duro de acostar.
Su gran historia de amor
“Pichuqui” y María Valenzuela se casaron en 1977 y estuvieron 25 años juntos; tuvieron tres hijos, Malena, Julián y Juan. En ese entonces ella ya era una actriz exitosa y él trabajaba en radio y televisión.
“La primera vez que lo vi no le di bola. Después lo encontré en una temporada en Mar del Plata y salimos a tomar algo; muy caballero, se ofreció a llevarme a mi casa y durante el trayecto agarró un bache a propósito, para volcarse sobre mí y enchufarme un beso. Gracias al bache empezó nuestra relación”, le confía María Valenzuela a LA NACION. Y dice que el momento más inolvidable de esa vida compartida fue cuando se convirtieron en padres.
“El momento en que parimos fue maravilloso, más allá de que ‘Pichuqui’ se impresionaba mucho y cuando yo pujaba él salía de la sala, y cuando dejaba de pujar volvía y me decía, ‘estoy acá’. Pero se iba corriendo si podía (risas). Yo le exigí que estuviera en los partos conmigo y esos tres momentos en los que nacieron Malena, Julián y Juan fueron sublimes. Fueron los momentos más maravillosos que compartimos juntos”, recuerda la actriz. “Me acuerdo que con Malena no sabíamos si era nena o nene. Teníamos elegido el nombre de nena, pero si era varón no teníamos idea. Entonces pedimos una guía telefónica en la sala de parto, abrimos la guía y buscamos Vázquez, que es el apellido real de ‘Pichuqui’, y miramos nombres que podían ir bien con Vázquez Valenzuela. Estábamos entre Julián y Fausto; hoy Julián agradece que no le hayamos llamado Fausto”.
Se separaron en el 2002. “Compartimos 25 años de matrimonio, con idas y vueltas. Nos hemos separado y distanciado varias veces durante un tiempo y yo decía que, cada vez que volvíamos, encargábamos un hijo. Yo soy hija única y no quería quedarme solo con Malena. Siempre fue un excelente padre. Yo trabajaba mucho, él tenía más tiempo libre y se hacía cargo de los chicos, de sacarlos del colegio y llevarlos a algún cumpleaños, o al médico; les estaba encima. A veces compraba hasta la comida. Yo estaba tranquila porque sabía que tenía las espaldas cubiertas por él y también por Malena. Cuando los chicos eran chicos yo trataba de no hacer temporada de verano porque trabajaba mucho durante todo el año y las vacaciones eran sagradas para disfrutarlas en familia”, rememora Valenzuela.
Luego de la separación tuvieron un tiempo muy tenso, pero se unieron mucho cuando su hija mayor sufrió un aneurisma, en el 2003, y estuvo en coma durante un mes. “Tuvimos épocas en las que estábamos muy peleados y nos hablábamos a través de la empleada doméstica. Hemos estado en las buenas y en las malas. ‘Pichuqui’ estuvo a mi lado en las muertes de mis padres, de mis seres queridos. Siempre conteniéndome y acompañándome”, asume.
Y, entre risas, dice que era un gran contador de anécdotas: “Yo ya las conocía a todas, pero cuando venían amigos a casa, él contaba esas mismas anécdotas y le agregaba de su cosecha, lo que las hacía más divertidas para mí. Viajó mucho por el mundo, me acuerdo que fue a cubrir una pelea de Monzón en Francia y no conseguía hotel, entonces Monzón le dijo: ‘¿Te bancás dormir en una bañera?’. Y se lo llevó a la habitación y durmió en la bañera, con unas frazadas”, rememora.
Juan Carlos Mendizábal murió en 2012, de cáncer de hígado. Valenzuela estaba grabando la novela Dulce amor en ese entonces, y pidió licencia para poder acompañarlo durante la última internación. “Cuando lo internaron, me interné con él. Se me hizo muy difícil. Fueron días de gran exigencia emocional. Pero en este momento, más que nunca, tengo los pantalones puestos porque soy mamá y papá al mismo tiempo”, declaraba la actriz en ese momento.
“Justo no estuve cuando ‘Pichuqui’ se fue de la vida, porque estaba de viaje. Conozco a toda la familia, son divinos. A él le debo mi ingreso a la televisión”, asegura Alejandro Apo, uno de los amigos más entrañables de Mendizábal. “A partir de un noticiero que comandaban Chacho Marchetti y Santo Biasatti, con Teté Coustarot. ‘Pichuqui’ escuchaba mucho Sport 80 y el final de las trasmisiones de Radio Mitre, cuando Víctor Hugo se había establecido aquí y proyectaba su relato incomparable. En el final del programa teníamos una sección que eran los títulos de cada partido, y ahí también se destacaban Ricardo Ruíz, Néstor Ibarra, Fernando Niembro, Adrián Paenza. ‘Pichuqui’ lo escuchaba y se ve que le gustaba cuando yo intentaba alguna originalidad. Se enganchó con eso y me hizo llamar”.
“No nos conocíamos, nos juntamos, me presentó a Chacho y empecé a hacer el noticiero de Canal 11, en ese momento. Con ‘Pichuqui’ trabajamos juntos e hicimos una amistad. Un tipo muy cálido, nos divertíamos mucho, fuimos muy amigos. Me dolió mucho su muerte y no me gustó nada cuando desconocieron su nombre en el recuerdo que hacen de las personas fallecidas en la entrega de los Martín Fierro”, finaliza Apo.
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