Petrona, de Gran Hermano: qué la motivó a ingresar a la casa, el motivo por el que quiso abandonar el juego y su presagio para la final

Petrona Jerez se considera “la madre” de algunos de los participantes de Gran Hermano. Dice, de hecho, que se sintió muy querida por todos adentro de la casa más famosa del país. Pero al parecer, ese cariño no fue suficiente, ya que en plena placa positiva, le pidió a la gente que no la votara así podía “salir por la puerta grande” y abandonar el juego. Algo que, este miércoles, finalmente sucedió.

En una charla con LA NACIÓN, esta tucumana de 53 años contó cómo era su vida antes de entrar a “la casa más famosa del país”, reflexionó acerca de las amistades que se lleva del reality y adelanto sus sueños de tener un futuro dentro de los medios.

-¿Qué fue lo que hizo que quieras abandonar la casa?

-Te ganan las ansias de salir, la angustia y, sobre todo, la sensación de extrañar a la familia. Le tengo que agradecer a mi gente por haber escuchado mi pedido porque ya no estaba bien de salud ahí adentro. Realmente tengo que agradecer a la gente que no me votó, porque mi deseo era salir y volver a ser la “Petro” de antes. Ahí también era divertida y en la casa había buen humor, pero me iba apagando de a poco. La depresión me iba agarrando de a poco y no quería llegar a enfermarme.

-¿Vas a volverte a Tucumán?

-Tengo muchas ganas de ir a ver a mi familia; tengo muchísimas ganas de abrazarlos y besarlos. La verdad que tengo ganas de estar con ellos, el tiempo en la casa se me hizo una eternidad.

-¿Cómo crees que va a ser el reencuentro con tu familia? ¿Sabés algo de ellos?

-Creería que mi esposo llega hoy a la noche a Buenos Aires. Hablé con él muy así nomás, porque la verdad que estoy a full con todas las notas. Después del debate quedé agotada y no pude hablar mucho la verdad. Pero ahí también me puse a pensar y la verdad que son personas preciosas todas las que me crucé. Desde la producción, que me contiene mucho, hasta las personas de la casa con quienes viví momentos muy felices. Se me cumplió un sueño, la verdad. Yo ya gané, el hecho de haber entrado a la casa ya fue suficiente. Mi sueño fue concreto, fue lo que quise hacer y pensé que iba a poder dar un poquito más de mí. Pero a la vez se me hizo duro arrancar con 24 personas que no conocía... Son cosas que se va dando y no se termina nunca de conocer a tanta gente. Pero pasé los días más maravillosos de mi vida.

-Entonces, ¿no te arrepentís de haber participado en el programa?

-No, jamás, nunca. Me sentí una reina. Te juro que fueron los momentos más emotivos de mi vida. La ansiedad que tenía todos los días igual también era parte de eso. Pero poder estar ahí día a día y poder mostrarme tal cual soy me encantó. Yo soy una mujer que tiene mucho sentido del humor, ganas de vivir, de reírme y de joder. También ahí conocí a Lourdes, Martina y Brian, que son personas maravillosas con quienes conectamos un montón y les tomé mucho amor. Por más de que eran más chicos, eran como mis hijos. Así que te imaginarás cómo quedaron ahora ellos, hechos percha porque se fue su madre.

- ¿No vas a intentar volver a la casa en el repechaje?

- No, lo pensé, pero no. La verdad que no, ya fue suficiente. Ya con esto concluí mi sueño, de mostrarme, de vivirla, del sueño. Así que ya doy por hecho que ya está.

-¿Creés que no haber formado parte de ningún grupo en concreto te jugó en contra a la hora de sentirte parte de la casa?

-Para nada. Creo que fui una de las personas más queridas de la casa. En todo aspecto, en el respeto, en el amor, en todo. Fui muy querida. Yo entré jugando sola. Después de que se fue Luquita, como que contuve un poco a los chicos. Empecé a hablar con ellos y entender su dinámica, eso me encantó. Hablé mucho y eso hizo que me acercara más a ellos; ellos ya me sentían parte de su grupo. En realidad, los otros grupos juegan a hacer estrategia, y nosotros no. Nosotros íbamos a jugar limpio y a mostrarnos tal cual somos, no buscábamos armar estrategias o actuar. En el otro grupo un día estaba todo bien y al día siguiente se querían arrancar los ojos porque alguien dijo algo de más; nosotros éramos todo lo contrario.

-¿Eso te molestó a vos?

-No, yo me quedaba en el molde. Observábamos todo igualmente, qué hacían, para dónde se movían, todo. A Brian lo atacaban de cualquier manera, eso me hacía enojar mucho aunque no lo demostrara. Pero bueno, después era arrancar y no decaer y en cada cachetazo poner la otra mejilla.

-A pesar de eso, ¿te llevás un balance positivo de la experiencia?

-Sí, fui feliz. Cada cosa que hice me encantó y no me arrepiento de nada. Mi familia me acompañó en cada momento y estuvo de acuerdo en que me muestre tal cual soy, con mi chispa y mi humor. Tengo una familia que es tremenda, con un amor increíble, y no tengo nada más que pedirle a Dios.

-¿Te gustaría trabajar en los medios?

-Mirá, todo lo que venga para mí y, si es para el bien, bienvenido sea. Yo antes era empleada pública, trabajo hace 16 años en un consejo. Aparte trabajamos, mi esposo y yo, de otras cosas. Pero lo más importante es la familia que somos, nos dicen “ustedes son la familia Ingalls” porque hay mucho amor entre nosotros y somos muy unidos. Llegado el caso, tomaré la decisión de quedarme acá en Buenos Aires, siempre hablado antes con mi familia, y veremos qué pasa.

-¿Tenés algún preferido para la final?

-Desde que entré a la casa, siempre fui de tener ese presagio de acertar todo. De soñar cosas y que después se cumplan. Según mi percepción o Lourdes o Luciana, que no es de mi grupo, pienso que van a ser finalistas, aunque sea una de las dos. Ojalá Brian, pero está condenado hasta la final a estar en placa, pero sé que la gente que me bancó también le va a dar una mano a él.

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