Peter Lanzani vs. Chino Darín: duelo de jóvenes actores en la piel de Alejandro Puccio

Hay roles que marcan un antes y un después en la vida de un actor. Ellos sabían que se enfrentaban a un desafío "de esos que asustan" cuando fueron convocados para interpretar a Alejandro Puccio en sendos proyectos que hoy pisan fuerte en cine y en televisión. Aceptaron, apostaron y ganaron.

Tanto Peter Lanzani como Chino Darín se lucen en la piel de Alejandro Puccio, el joven que ganó fama como rugbier a comienzo de los 80 y la multiplicó tras protagonizar uno de los casos policiales más resonantes de nuestra historia reciente. El primero encontró en la película El clan, de Pablo Trapero, la oportunidad para sacarse de encima el mote de "chico Cris Morena" y demostrar que puede interpretar con matices y decir con verdad; el segundo, en tanto, halló en la miniserie Historia de un clan un vehículo para dar a conocer masivamente ese actor que ya venía despuntando en la pantalla grande y, de paso, demostrar que la "portación de apellido" es apenas una circunstancia.

Lo curioso es que, aunque inspirados en el mismo "sujeto histórico", ambos personajes mantienen ciertas diferencias que nos permiten compararlos y hasta formular la gran pregunta: ¿Quién gana en esta pulseada interpretativa?

Peter Lanzani, entre la sumisión y la ira

Muchos se preguntaban -con curiosidad y cierta malicia- si el ex Casi ángeles estaría a la altura de un personaje tan complejo, bajo las órdenes de un director que ha hecho de la crudeza un distintivo. Pues bien, basta con ver los primeros movimientos de Peter en El clan para darse cuenta que había mucho crecimiento y verdad en su labor.

El Alejandro que compone Lanzani carga con el enojo heredado, con la media sonrisa del reconocimiento y la secreta ira por no "pertenecer" a ese círculo social que lo adula pero lo rechaza. Responde sumiso a los requerimientos paternos porque, de alguna manera, coincide con su resentimiento, lo respira. Hay una escena pequeña pero clave para ilustrar esa bronca que mastica el rugbier por su incomodidad desclasada, y transcurre en la rotisería familiar en la que el "Puma" trabaja cuando no está entrenando.

Peter consigue darle perfecta forma a esa criatura que transita su camino hacia la perdición, le aporta la tensión justa y hasta cierto aura de inocencia -y de inconsciencia- acerca de ese rol primordial que cumplió dentro de la serie de delitos pergeñados por Arquímedes, su padre.

Chino Darín, entre el cinismo y la culpa

Con dos episodios de Historia de un clan emitidos, el personaje de Alex que compone el Chino ya consiguió trazar su rumbo. Embriagado por la fama y el roce social que le depara su buen rendimiento en la cancha de rugby, el muchacho no está al tanto de lo que su padre cocina junto a su grupo de secuaces. Luego, resulta traccionado hacia ese plato disfrazado de "necesidad" a través del miedo.

En las antípodas de Maguila, su codicioso hermano, Alex es el hijo ejemplar y el objeto de veneración por parte de su madre y hermanas. En este punto, el Chino consigue brindarle a su personaje cierta tonta despreocupación que, poco a poco, va dejando lugar a la culpa. Y que, a medida que la historia avance, seguramente se convertirá al cinismo, porque él funcionará como la perfecta "pantalla social" que el clan precisa para seguir adelante con su plan delictivo.

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