Pedofilia y abusos: quién fue Jimmy Savile, el monstruo detrás del extravagante personaje televisivo que consiguió engañar a los británicos durante 60 años
Un documental de Netflix expone el modo en que este DJ y conductor televisivo consiguió rodearse de poder para silenciar su comportamiento criminal
- 8 minutos de lectura'
El estreno de la docuserie Jimmy Savile: Una historia de terror británica en Netflix puso en el centro de la mirada global un caso de abusos y violaciones que había sido noticia hace casi una década en Reino Unido.
Si bien Jimmy Savile no era demasiado conocido para el público del mundo, sí era un tesoro nacional para los ingleses, como lo llamaron varias de sus necrológicas el día de su muerte, el sábado 29 de octubre de 2011. Es que en ese momento la historia de sus centenares de abusos y violaciones a menores en hospitales, colegios y centros de asistencia social a lo largo de décadas todavía estaba protegida por el silencio de las instituciones y el miedo de sus víctimas. Sin embargo, uno de los méritos del documental de dos episodios dirigido por Rowan Deacon consiste en exponer el material de archivo a la luz de la verdad luego revelada. Todo estaba ahí, expuesto en chistes mal disimulados, en confesiones encubiertas, en la exhibición de un comportamiento siniestro y abusivo.
“Si hoy cualquiera se cruzara con este tipo por la calle saldría corriendo”, dice la presentadora Selina Scott entre risas nerviosas, al verse a sí misma junto a Jimmy Savile en un programa de entrevistas de los años 80. Con su atuendo colorido, su melena platinada, anteojos extravagantes y una impostada simpatía, Savile forzaba en cada aparición su espíritu bufonesco y ejercía una abierta manipulación sobre todos los asistentes, que bien puede percibirse en la incomodidad de aquella joven periodista.
Hoy, a la distancia, como todos luego de las revelaciones sobre los horrores cometidos por Savile, Selina Scott intenta comprender aquellas imágenes. “La cámara miente” termina asumiendo como única coartada posible a la ceguera. Es que todo lo que parecía excentricidad y ocurrencia era en realidad una impenetrable representación realizada por Savile, no solo de su filantropía destinada a encubrir sus abusos, sino de sus oportunas relaciones con el poder para sostener su impunidad.
Pero, ¿quién era en realidad Jimmy Savile para recibir un funeral con honores, para ser considerado el hijo pródigo del Norte minero, para ser el presentador de un concierto de los Rolling Stones, nombrado Sir por la reina Isabel a pedido de su amiga Margaret Thatcher? A eso se dedica el primer episodio de la miniserie: a presentar al personaje a un mundo que mayormente lo desconoce. Porque Savile fue una celebridad propia de Gran Bretaña, y allí convirtió su extravagancia en un signo de identidad, atravesó las décadas sin perder vigencia, conjugando la popularidad con su bonhomía, una influencer pionero de los tiempos del pop y la radio de la BBC. Nacido en un hogar católico de Leeds, la religión y la ciudad formaron parte de su vida y su posteridad; de la primera para instalar la idea de pecado y la aspiración a la salvación eterna que hoy parece una provocación en los reportajes de antaño; de la segunda en el acto de su despedida primero y en la eliminación de su lápida después del horror de la verdad.
Jimmy Savile: Una historia de terror británica sostiene una y otra vez la condición de enigma de su personaje. ¿Qué se sabe de él más allá de esa fachada no demasiado prolija que supo construir? Se sabe que fue el séptimo hijo de una familia minera, que intentó convertir sus aficiones a la música, la noche y las chicas en un empleo y así forjó el mote temprano de DJ en los alborotados Swinging Sixties. Tuvo éxito en la radio, luego fue el presentador estrella de Top Of The Pops en la BBC sobre la explosión del rock y el pop en los 60 y 70, y en los 80 se convirtió en el conductor de un programa nocturno de entretenimientos que convertía los sueños de los telespectadores en realidad.
Pero su fama no se restringió a la pantalla, sino que desfiló en conciertos y actos de beneficencia, se codeó con la clase política y la realeza, y apadrinó a hospitales y centros de detención juvenil que terminaron convertidos en las escenas de sus crímenes. Ese rol de filántropo oficial, con recaudaciones millonarias y donaciones espectaculares, le facilitó el contacto con los menores, la entrada en pabellones psiquiátricos, la atención como camillero ad honorem en hospitales, las campañas de apoyo a instituciones para jóvenes. Quien parecía cumplir los sueños terminó siendo el protagonista de las más oscuras pesadillas.
En paralelo a la presentación del personaje, la docuserie recorre las voces que nos van acercando al horror, algunas cercanas a su mundo -como Roger Ordish, productor de sus programas en la BBC-, otros que compartieron entrevistas como presentadores o invitados –la propia Selina Scott, el periodista Ian Hislop- , algunos que recibieron la medalla del sueño cumplido en el show Jim’ll Fix It en los 80, mujeres que padecieron sus escandalosos avances en cámara, periodistas que intentaron correr el velo del secreto en algunas incómodas entrevistas. Pero la voz que traza el camino hacia la revelación es la de Meirion Jones, uno de los artífices del documental que sacó a la luz los abusos por primera vez. A lo largo de su infancia y temprana adolescencia, Jones pasaba algunos fines de semana en el Colegio Duncroft ya que su tía era la directora del establecimiento. Duncroft era una casona victoriana en la región noreste de Inglaterra designada como centro oficial de asistencia a menores “en dificultades”. Allí Jones había visto llegar a Jimmy Savile y llevarse a varias niñas y adolescentes fuera del lugar en su Rolls Royce. Pasaron los años, pero nunca olvidó esa inexplicable imagen.
En los 90, Meirion Jones se convirtió en periodista y luego ingresó a trabajar en la BBC. En los días posteriores al funeral pomposo y televisado de Savile en Leeds, rastreó un sitio de exasistentes a la institución y descubrió intercambios de mensajes que exponían manoseos, abusos y violaciones sufridos por numerosas víctimas. Ante la orden de la cadena de celebrar un especial de Navidad en homenaje al fallecido presentador, Jones comenzó a investigar los rumores que hacía años señalaban a Savile como pedófilo y depredador sexual y que ahora parecían ser avalados por testimonios de sus víctimas. Antes no se habían atrevido a hablar por miedo a las amenazas de quien se codeaba con el poder, o porque sus denuncias habían sido desestimadas por la policía de Leeds -que recibía obsequios e invitaciones del hijo célebre de la ciudad-, o debido a que sus reclamos habían sido desoídos o directamente ocultados por las mismas autoridades de la cadena pública. Junto a la productora Liz McKean, Jones construyó las bases del documental que correría definitivamente la fachada de Savile a los ojos de la nación que lo admiraba.
Las revelaciones del documental llegaron a la pantalla de la cadena ITV porque la BBC se negó a difundir el material, so pena de ser sancionado por calumnias o quizás por la vergüenza de saberse cómplice en su silencio. La ley que condena la difamación en Inglaterra fue una de las armas de la que se valió Savile para esconder sus crímenes sexuales. En uno de los pasajes del segundo episodio de la serie se revelan los audios de sus interrogatorios policiales en Leeds, en aquella investigación que luego fue desestimada, donde blande los juicios millonarios por difamación como amenaza.
Los primeros testimonios de las víctimas fueron tomados como un baldazo de agua fría por el público que todavía consideraba a Savile como un tesoro nacional, pero día a día durante el 2012 comenzaron a llover denuncias sobre nuevos casos. A partir de allí el rechazo fue in crescendo, el repudio en su propia ciudad llevó al retiro de placas conmemorativas y bautismo de lugares históricos, hasta llegar al desmonte de su lápida en el cementerio, durante la noche, para borrar la frase que rezaba: “Fue bueno mientras duró”.
Lo más interesante del documental, más allá de lo escabroso del caso y lo desgarrador del testimonio de una de las víctimas, es la exposición del material de archivo que resulta perturbador a la distancia. Basta ver los reportajes en los que el propio Savile señala que merece ser castigado por el trato a las señoritas, los manoseos que pueden vislumbrarse fuera de cámara, las contestaciones sobre el castigo que merece por sus pecados, los comportamientos abusivos con presentadoras, e infinidad de registros que resultan confesiones apenas disimuladas. Todo estaba ahí, a plena luz. Lo que el documental decide dejar de lado son los rumores de depravación y necrofilia que circularon luego de la revelación de sus crímenes, pese a insinuar una peculiar relación con su madre y mostrar la prolongada despedida que tuvo de su cadáver.
Savile es menos un monstruo que alguien que supo rodearse de un círculo de poder para encubrir sus crímenes. Son más importantes sus relaciones con políticos, realeza y celebridades para consagrar su impunidad que los vericuetos de cualquier diagnóstico clínico. De allí que la serie no se detenga ni en la exploración de patologías, ni en hacer aventuradas hipótesis sobre su origen o familia, sino en mostrar lo que estaba a la vista y que nadie parecía haber descubierto. Lo que él mismo agitaba como una provocación y que diversos poderes se encargaron de silenciar con la coartada de la conveniencia. Esa que en este caso parece haberse derribado para siempre.
Otras noticias de Netflix
Máxima calidad. La función secreta de Netflix para ver mejor la pelea de Mike Tyson con Jake Paul
Es hoy. Mike Tyson vs. Jake Paul en Netflix: qué suscripción hace falta para ver la pelea
Recorrido exclusivo. Una cueva en una casa burguesa: cómo es el lugar donde García Márquez escribió “Cien años de soledad”
Más leídas de Personajes
“La pasé muy mal”. Solita Silveyra: del fastidio por los rumores sobre su flamante relación a la dura enfermedad que todavía no superó
La salud de Jorge Lanata. El periodista fue sometido a una nueva intervención quirúrgica
Danny DeVito cumple 80. Fue peluquero, se hizo amigo de una leyenda y triunfó en los escenarios, la TV y el cine
“Fue una cosa innecesaria”. Luis Brandoni apuntó contra Javier Milei por sus declaraciones sobre Raúl Alfonsín