Paula Ransenberg: una actriz de “sueños cercanos” que ayudó a construir un emblemático teatro del off y ahora brilla en calle Corrientes
En una entrevista con LA NACIÓN, esta actriz multifacética habla sobre su trayectoria, su hilarante personaje en la obra Para vos, para mí y su experiencia junto a Ricardo Darín en la multipremiada Argentina, 1985
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Muchos la habrán visto en la obra Para vos, para mí interpretando a Casandra, una empleada doméstica que sorprende desde que entra en escena. Otros la recordarán como Susana, la secretaria de Julio Strassera (Ricardo Darín) en la película Argentina, 1985, de Santiago Mitre, Lo cierto es que Paula Ransenberg comenzó su carrera cuando era muy chica, participó de la creación de Andamio’90 y hoy, además de actuar, escribe y dirige sus propias obras de teatro.
En una charla con LA NACIÓN, la actriz habla sobre sus comienzos, su experiencia en el cine y cuál es la situación de la preocupante situación de la ficción en nuestro país.
-¿Cómo empezaste este camino hacia el teatro?
-Empecé el recorrido de la mano de la danza. Me encantaba bailar e imitar a Raffaella Carrá. Así fue como comencé a hacer expresión corporal a los 4 años y después danza clásica. A los 12 años intenté ingresar en el Teatro Colón, pero tengo un sobrehueso y eso me impidió seguir por ese camino profesionalmente. De todas maneras, comencé a darme cuenta de que la danza clásica requiere de mucha disciplina y hay poco espacio para la creación y el juego. Eso me abatía un poco. Cuando no ingresé, mi mamá me preguntó si quería probar con el teatro. Todavía recuerdo cuando entré a la primera clase de teatro. Descubrí un universo increíble. En ese instante pensé: “Me quiero quedar acá a vivir”. Y un poco fue así, quería vivir en el teatro y en la actuación. Quedé atrapada. Tenía 12 años cuando comencé en la escuela de Alejandra Boero. Ya pasaron 36 años y sigo aquí.
-¿Qué más recordás de tus comienzos?
-En 1990, Alejandra Boero creó Andamio 90 y yo estaba en el grupo de adolescentes. Entre todos hicimos, literalmente, ese hermoso teatro. Boero siempre quería hacerte partícipe de la creación. Así que fuimos los alumnos a tirar las paredes; un amigo mío recuerdo que dio el primer martillazo a la pared, le rebota el martillo y le pega en la cabeza. Ese amigo era Claudio Quinteros, un actor enorme. Tuvo que venir hasta la ambulancia. Siempre recordamos esa anécdota. Estar ahí y vivir ese momento fue hermoso. Estábamos creando un teatro con nuestras manos.
-Después incursionaste en la televisión y en el cine... ¿Sigue siendo el teatro tu espacio de creación favorito?
-El teatro es como mi casa. Yo subo al escenario y me encanta, me siento cómoda. Después hice algunas películas y en televisión solo la serie Sandro de América [en la que compuso a la madre del cantante, Irma Nydia Ocampo], que por su tratamiento era similar a un largometraje debido a los tiempos que manejaban para filmar. Me encantaría hacer más ficción para televisión, poder sentirme tan cómoda como en el teatro. Lo que hice me encantó, pero es un lenguaje que aún no conozco tanto.
-Recientemente te vimos en la película Argentina,1985. ¿Cómo fue la experiencia de participar de una película que tuvo tantos reconocimientos?
-Fue increíble. Hice el casting a través de un videito porque estábamos en pandemia y todo era virtual. Cuando leí el guion me di cuenta de que sería un peliculón. Disfruté mucho ser parte de esa película. Tuve varias escenas con Ricardo Darín y fue un compañero muy hermoso, que nos apoyaba mucho en los momentos en los que nos poníamos nerviosos por la exposición y la cantidad de gente. Fue muy disfrutable todo el proceso. Y como todavía estábamos en pandemia, usábamos máscaras y barbijos, nos hisopaban todos los días. Entonces había un sentimiento heroico entre los que trabajábamos. Todos sabíamos que no se podía suspender el rodaje así que nos cuidábamos mucho, incluso los fines de semana. Después la repercusión que tuvo fue increíble. Llegaron los premios y ahora se suma el hecho de saber que la pasan en muchas escuelas y que los jóvenes se enteran lo que pasó a través de esta película. Estoy orgullosa de haber sido parte de Argentina,1985.
-¿Te sentís más cómoda haciendo humor o papeles más dramáticos?
-Las dos cosas. Muchos años hice drama, pero a partir de Para mí sos hermosa, una obra que yo escribí y que tiene drama y comedia, empecé a disfrutar mucho del humor. Los dos géneros me hacen bien. Siento que son distintos, pero al mismo tiempo tienen una base común: el teatro tiene que ser verdad. Aunque se muestren situaciones hilarantes o se esté destacado lo humorístico de una situación, tiene que ser verdad. Tiene que pasar.
-Hablando de Casandra, tu personaje en la obra Para mí, para vos... ¿Cómo lo describirías?
-Es una profetiza. Ve cosas a veces sin saberlo. El autor le puso Casandra como la adivina de la mitología griega. Esta mujer que predecía el futuro, pero nadie le creía. Era terrible. A mi personaje le pasa lo mismo, pero es la empleada de limpieza de la casa. Además, la Casandra que creamos en esta obra no es absolutamente consciente de sus fuerzas adivinatorias, sino que le baja una especie de posesión con la información de la profecía; ella no lo maneja mucho. Entonces, en esa dualidad entre ser una mujer sencilla y terrenal y ser una adivina, hay un juego muy divertido.
-¿Le pusiste muchos condimentos tuyos a Casandra?
-Sí, porque rompe con el realismo y trae la información que está escrita en un tono con tintes de mitología griega. Incluso, en un momento el personaje hace magia negra, vudú. Entonces pensé en jugar con que le baja esa información y se me ocurrió que sea uruguaya. A mí me gusta proponer, jugar, y Héctor Díaz, el director de la obra, me invitó a que lo hiciera. Fue muy estimulante porque Casandra tiene mucho de mí y de mi juego. Este es un personaje que necesitaba cancha libre.
-¿Cuál es la situación del trabajo actoral en la Argentina?
-Creo que es una alegría que haya tanto teatro. Es increíble que vengan las crisis y en esas crisis hay más teatro. Eso no sucede en todos lados. Incluso, después de la pandemia, subieron la cantidad de espectadores. No alcanza el tiempo para ver todas las obras que hay. Y eso está buenísimo. Tengo amigos en España que me cuentan que allá no se puede hacer teatro si no tenés plata. Por otro lado, somos más actores que las oportunidades laborales. Todos queremos continuidad en el trabajo, pero no es fácil. Muchos actores igual siguen haciendo teatro de manera independiente. Y ahora que se está haciendo menos ficción, no hay tanto trabajo audiovisual.
-¿Bajó realmente la ficción? Lo pregunto porque también muchas producciones van directamente a las plataformas...
-Sí, hay muy poca ficción. Es verdad que las plataformas abrieron el juego, pero se dejó de filmar. Veíamos después de la pandemia que se filmaban muchas series, pero ahora eso bajó mucho.
-¿Y cuáles son tus próximos proyectos?
-No sé. Voy al día, como el pescador (risas). Por ahora no sabemos si la obra sigue hasta fin de agosto o hasta fin de año. Por otro lado, tengo una obra escrita que todavía no sé si la voy a dirigir o la voy a actuar.
-¿Qué sueño tenés? ¿Qué es lo que te gustaría hacer?
-Me encantaría trabajar con algunos directores y autores como Gonzalo Demaría y Ciro Zorzoli.
-¿Algún día pensaste en irte a trabajar al exterior?
-Estuve viviendo en Nueva York cinco meses por una beca. También viví en Alemania por otra beca. Fue una linda experiencia. Soñando me encantaría que me llegara algún un proyecto allá, trabajar por un tiempo y volver. Pero tengo mis padres acá y quiero estar con ellos. Además, mi hijo está haciendo la escuela primaria acá. Tengo mis raíces fuertes en la Argentina. Hacer un proyecto y volver es buenísimo. Pero me gustaría más, por ejemplo, hacer una miniserie acá que sea linda, con un personaje interesante y con continuidad. Son sueños cercanos.
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