El prolífico intérprete conoció de casualidad a la productora y guionista Julie Yaeger cuando estaba buscando un publicista en Nueva York y desde entonces, no se separaron más; ya llevan alrededor de 28 años juntos y tienen dos hijos en común; su relación fue la inspiración para el guion de una gran comedia romántica
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En 1996, Paul Rudd se encontraba un tanto perdido. Si bien a nivel profesional estaba atravesando un gran momento tras el estreno de la comedia romántica Ni idea -esa brillante relectura moderna de la novela Emma, de Jane Austen-, no sabía manejarse en la industria con soltura. El actor disfrutaba de la popularidad del film protagonizado por Alicia Silverstone, pero no sabía con certeza cuál iba a ser su próximo paso. Entonces, confió en quien se convertiría en una de sus grandes consejeras, la directora del film, Amy Heckerling. Al notarlo tan dubitativo, la realizadora le dijo: “Armá las valijas, viajá a Nueva York y buscá un publicista”. Y eso hizo.
En dicha ciudad ya había conseguido una audición, por lo que debió apurarse para llegar a tiempo al lugar donde iba a instalarse y para preparase para el casting. Su arribo a ese nuevo destino no estuvo exento de inconvenientes cuando lo primero que hizo al ver que estaba llegando tarde a la audición fue pasar velozmente por la oficina de su futuro publicista para pedir que alguien le cuide las valijas, y luego pelear por ese nuevo papel.
El publicista, claro, estaba ocupado, por lo que le pidió a otra de las personas que trabajaba allí que monitoree las valijas por tan solo unas horas. Esa persona, una joven llamada Julie Yaeger, lo salvó en ese momento. Ella se ofreció a llevar todas las pertenencias de Rudd al departamento de una amiga para que él no tuviera que moverse contrarreloj. En ese breve intercambio de palabras se generó una chispa que se mantiene hasta el día de hoy, una conexión lo suficientemente fuerte como para que Rudd, unos días después de ese primer encuentro, la llamase para invitarla a almorzar. Desde ese momento, no se separaron más y su vínculo inspiró parcialmente una de las comedias protagonizadas por el actor: Bienvenido a los 40.
Un encuentro de película y una relación de bajo perfil
Cuando habla de su esposa, evoca esos días en Nueva York en los que Julie se convirtió nada menos que en la primera persona con la que Rudd habló en la ciudad en la que iba a apostar por su carrera como intérprete. Según el actor, lo que lo cautivó de Julie fue su madurez. “Cuando empezamos a hablar de nuestras vidas advertí que no lo estaba haciendo con una chica sino con una mujer, ella había experimentado tragedias en su vidas, y yo también, y eso se notaba en la forma en la que dialogaba, eso me impactó”.
Para Rudd, en ese momento bisagra, de cambios radicales, ese encuentro con Yaeger fue un motor que lo impulsó a seguir en movimiento, gracias a las palabras justas que le decía, gracias a la forma resolutiva con la que afrontaba las fluctuaciones de la vida.
“Recuerdo admirar cómo había lidiado con muchas adversidades, y cómo eso le había dado una perspectiva de las cosas a la que no se llega con tanta facilidad porque generalmente uno tiene que ganársela y ella ya tenía esa perspectiva a muy temprana edad”, expresó en diálogo con la revista Marie Claire. Aunque el actor no quiso explayarse en detalle sobre esas situaciones dolorosas que los unieron porque sigue siendo muy reservado, remarcó que el optimismo de Yaeger y su sabiduría lo conquistaron en esa cita inicial que ninguno pudo (ni quiso) dejar atrás.
Ambos comenzaron un noviazgo que se mantuvo firme a lo largo de los años y en 2003 decidieron que era momento de oficializarlo y se casaron. Tres años después, le dieron la bienvenida a su primer hijo, Jack Sullivan, y en 2010 nació su hija, Darby. Además de ser una pareja muy unida -pero con un notorio bajo perfil-, Rudd y Yaeger también han colaborado en diferentes proyectos. Cuando Julie comenzó a trabajar como guionista, convocó a su marido para que haga un cameo en el largometraje que escribió, Fun Mom Dinner, que había sido aceptado en el Festival de Cine de Sundance.
Su esposo quedó tan deslumbrado por el texto, que decidió producir el film, que tuvo su estreno en 2017, el mismo año en que pusieron en marcha otro sueño que no estaba vinculado a sus respectivos trabajos: la apertura de una tienda de dulces. Rudd había entrado a ese comercio cuando estaba paseando un día por Rhinebeck, un pueblito en Nueva York, y ese lugar lo conquistó. Acto seguido, empezó a indagar de inmediato para una posible adquisición.
"Cuando empezamos a hablar de nuestras vidas advertí que no lo estaba haciendo con una chica sino con una mujer, ella había experimentado tragedias en su vidas, y yo también, y eso se notaba en la forma en la que dialogaba, eso me impactó"
Paul Rudd sobre su esposa, Julie Yaeger
Cuando supo que el dueño había fallecido, se puso en marcha para contactar a los nuevos propietarios y comprar el lugar, no sin antes consultarlo con quienes serían sus futuros socios. Por un lado, Yaeger aceptó involucrarse en la adquisición, al igual que los grandes amigos de la pareja: el actor Jeffrey Dean Morgan y su esposa, Hilarie Burton. “Lo mejor de ser el dueño de una tienda de dulces es que puedo comer lo que quiero en cualquier momento del año”, bromeó el actor. De esta manera, la pareja empezó a compartir actividades por fuera de la cotidianidad de su vida familiar con sus hijos. Su vínculo puede sonar idílico, pero Rudd, en las pocas ocasiones en las que habla de su relación, es muy honesto sobre los vaivenes del matrimonio, sobre sus pruebas de fuego.
Las discusiones de la pareja que inspiraron una comedia romántica
El actor y la guionista llevan casi 30 años juntos, pero cuando pasó el momento del frenesí inicial, cuando nacieron sus hijos y la vida se volvió más agitada, indefectiblemente surgieron las fricciones. “Tuvimos altibajos”, reconoció el actor y sumó: “Discutíamos como cualquier pareja”. En esa época, el director Judd Apatow estaba interesado en hacer una comedia romántica sobre esas minucias del matrimonio (también inspirada en su relación con la actriz Leslie Mann, a quien quería como protagonista del film), y cuando lo escuchó a Rudd contando anécdotas sobre esas discusiones que tenía con Yaeger por trivialidades, le preguntó si podía incorporarlas a su largometraje, además de convocarlo como coprotagonista. Así nació Bienvenidos a los 40.
“Judd me dijo: ‘Hagamos una película sobre el matrimonio y las cosas sobre las que peleamos, pero una película realista que muestre todo, que sea sincera respecto a esos momentos más duros de una relación’, y justo esos días Julie estaba enojada porque me la pasaba en la computadora jugando unos partidos de fútbol”. El actor contó que su esposa le dijo: “Estoy cansada de solo verte la espalda”, tan solo una frase de tantas que propulsaron peleas propias de una convivencia, por momentos, caótica. La película se estrenó en 2012 y en ella podemos encontrar uno de los mejores trabajos del actor.
La vida familiar, lo más importante para Paul Rudd
Cuando conoció a Julie y supo que quería formar una familia con ella, Rudd también pensó en sus padres, quienes tuvieron un vínculo a prueba del paso del tiempo. “Ellos estuvieron casados toda su vida hasta la muerte de mi papá”, contó el actor, quien manifestó cómo siempre quiso lo mismo para su propia vida. Yaeger estaba en la misma sintonía. Además reveló que no le gusta exponer a su familia, salvo en raras ocasiones, como cuando fue acompañado por Julie y sus hijos en un momento muy importante de su carrera: cuando recibió la estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
"Cuando me nombraron ‘El hombre más sexy del mundo’, mi esposa me dijo que hubiese elegido a Keanu Reeves"
Paul Rudd
“Cuando pienso en mí, cuando me pongo introspectivo, no pienso en mi carrera, pienso en que soy esposo y padre, me encanta estar con mi familia cuando no trabajo, es lo que más me gusta en la vida”, expresó el prolífico actor, a quien actualmente podemos ver en la tercera temporada de la comedia Only Murders in the Building. “Tampoco hablo mucho de ellos, no creo que a la prensa le interese lo que suceda con mi vida privada”, aseguró. Al mismo tiempo, se permitió bromear cuando People lo eligió como el hombre más sexy del mundo. “Mi esposa me dijo: ‘Bueno, no se equivocaron’, pero también sé que ella hubiese votado por Keanu Reeves, yo también hubiese votado por Keanu Reeves”.
Con bajo perfil pero con un primer encuentro que no tiene nada que envidiarles a los meet-cute que vemos en las comedias románticas, Paul Rudd y Julie Yaeger forjaron su relación fuera de los flashes, y se rieron de ellos mismos al permitir usar sus charlas para Bienvenidos a los 40. Cuando al actor le preguntaron cuál era su mejor cualidad, no dudó en su respuesta: “Eso es fácil de responder: mi esposa”.
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