Pappo, del rock en las venas a mandar a un DJ a “conseguirse un trabajo honesto”
Quién no recuerda aquella noche de 2000, cuando mirándolo fijamente a los ojos Pappo le dijo a DJ Dero, en Sábado Bus, el programa que conducía Nicolás Repetto: “Conseguite un trabajo honesto”. Ocurrió en el momento del brindis, previo a la competencia para ser finalista y embocar el famoso corchito en una copa y ganarse un cero kilómetro.
“Por toda la gente que sale los fines de semana a bailar y porque la escena dance siga triunfando en el mundo” expresó DJ Dero.
“Yo brindo porque la música tocada en vivo por seres humanos triunfe”, subió la apuesta Pappo, irónico ante ese comentario.
“Bueno, Pappo, los DJs también tocan”, medió Repetto y la respuesta de El Carpo no se hizo esperar.
“¿Ah, sí? Ahora resulta que uno se pasó toda la vida estudiando un instrumento, viene otro, enchufa todo y te quiere hacer creer que toca”, arremetió Pappo mientras hacía girar el dedo índice de su mano derecha imitando a un vinílico.
“Así como yo respeto que él toque la guitarra, yo toco los discos”, dijo el DJ con cara de pocos amigos.
Y entonces el líder de Riff se hartó y explotó: “Conseguite un trabajo honesto. Vos tocás lo que otro grabó. Ojalá que pierdas el auto”.
Así era, genio y figura, explosivo, ocurrente, locuaz, imparable. Hasta que el 25 de febrero de 2005 la tragedia se interpuso en su vertiginosa vida. Mucho se dijo sobre lo que realmente pasó aquella medianoche cuando Pappo murió en un accidente de tránsito en la ruta 5 en los alrededores de Jáuregui, localidad del partido de Luján, conduciendo su Harley Davidson. Su hijo Luciano viajaba en otra moto junto a su novia, y en las cercanías del paraje La Blanqueada sucedió lo inesperado. La versión más temeraria llegó a indicar que su propio hijo llegó a rozarlo, Pappo perdió el control, cayó al asfalto, y un Renault Clio que pasaba del lado contrario lo embistió. Murió en el acto.
En el nombre del hijo
Indignado ante esta interpretación de los hechos, Luciano decidió publicar en Facebook a comienzos de 2012 lo que vivió esa madrugada como protagonista de la situación. En sus puntos más salientes explicó con detalles:
- “No, no íbamos pasándonos en la ruta jugando carreras o picadas: mi viejo viajaba solo en una Harley Davidson de 1200 cm3 preparada por él; y yo lo seguía como podía en una vieja Kawasaki de los 80, de modestos 400 cm3 llevando conductor y acompañante. Sería como hacer correr una Chevy contra un Citroën 2cv. La versión malintencionada que ha sido divulgada en sentido contrario fue obra de otro de los inescrupulosos que vivían de Pappo”.
- “No, no estábamos borrachos: habíamos comido en una parrilla y compartido entre tres una Jarra de vino. Sí teníamos en sangre algo más del límite permitido por la ley, estábamos en infracción, pero era Pappo, de quien puedo decirte que por sus antecedentes y habilidades como conductor y por su resistencia al alcohol habiendo tenido un pasado vinculado al alcoholismo, ello no le impedía conducir su Harley con más pericia que muchos que son abstemios”.
- “No, no estábamos drogados. No te lo digo yo, te lo dice el Examen Toxicológico del Perito Bioquímico (Fs. 141 Causa 161538/2005 –Legajo 3522- Orden 15 UFI Nº 3 – Mercedes, Copia Certificada ), que determinó que Norberto y yo, no teníamos en nuestro organismo sustancias analgésicas, anestésicas, diuréticos, cocaína, barbitúricos, benzodacepinas, anfetaminas u otras drogas”.
- “¿Adónde íbamos? A tocar a un Motoencuentro, también tendríamos que haber ido a cambiarnos la ropa y si hubiera sido por él haber pasado antes por el cabaret; pero él era El Carpo, y con él nunca se sabía el orden de las cosas. Solo tomamos la ruta saliendo de la parrilla y al poco tiempo pasó lo que nunca entenderé”.
- “De la verdad objetiva reconstruida por la única testigo presencial del accidente en el expediente judicial surge que desaceleró bruscamente intentando virar en sentido contrario al que llevábamos. Nunca sabré si quiso volver a la quinta para cambiarnos (estaba en short y mocasines), si cruzarse al cabaret, o qué fue lo que le pasó para hacer esa incomprensible maniobra. Lo que sí sé es que cuando lo estoy alcanzando, el brusco movimiento me sorprende, su moto roza la mía haciéndola cruzarse a la mano contraria salvándome de que milagrosamente no venía nadie de frente”.
- “Él se cae en el asfalto con su Harley, corro para ayudarlo a levantarse y un auto a gran velocidad con sus luces encendidas golpea primero la moto y luego lo arrolla arrastrándolo y pasando su cuerpo por encima.
- “¿Cuál fue la causa de su muerte? En las consideraciones médico legales del forense, cuya copia certificada poseo, puede verse que fue el choque y aplastamiento del cuerpo por un elemento de gran porte y dotado de gran energía cinética, arrollamiento… Como pueden ver, no fui yo quien lo mató, lo mató un automovilista que declaró en su propia testimonial, que él circulaba a más velocidad de la permitida, y que por las distancias de frenado y arrastre surge que en realidad iba a una velocidad aún mayor que la que manifiesta”.
- “Desde esa fatídica noche en que la vida en un inexplicable movimiento me arrebató de un solo golpe de forma inesperada y repentina a la que en ese momento era la persona más importante para mí. He pasado desde ese entonces por todo tipo de emociones. Estuve triste, confundido, asustado, destruido, enojado, exhausto, extraviado o simplemente vacío. Y he experimentado emociones que nunca había sentido. Me he hundido en el abismo de la ira y la autodestrucción, tratando de calmar mi dolor y me he preguntado una y mil veces ¿Por qué? Ha tomado mucho tiempo ir sanando gradualmente las heridas del alma y del corazón”.
En 2015, Gabriela Sfeir, quien fuera pareja de Luciano y ese día viajaba en la moto con él, sugirió en diálogo en La Once Diez/Radio de la Ciudad, en el programa de Guillermo Lobo, que fue su ex quien rozó la moto de su padre: “Pappo iba solo en la Harley y nosotros en la Kawasaki. Las motos se chocan y él cae en el pavimento. Él estaba con vida, pasa un primer auto y esquiva la moto. Pasa un segundo auto y el que lo conducía se asustó, y en vez de frenar, aceleró. Sé que no hubo intencionalidad, sí negligencia. Yo era muy chica e hice lo que me dijeron que haga. Luego formé una familia y los años posteriores me quedé callada”.
Rock and metal
De padre metalúrgico (Carlos Napolitano) y madre escritora (Angela Torti), Norberto Aníbal Napolitano nació en La Paternal el 10 de marzo de 1950 y tuvo su primera guitarra a los ocho años. “Lo que me impulsó a tocar fue la viola de un vecino. Fue la primera eléctrica que tuve en mis manos. Se la robé, y le prometí que se la iba a pagar y después me mudé a otro barrio, y nunca más me vio”, explicó en la revista Canta Rock en 1984.
Y no paró más. Precursor del rock y del heavy metal en la Argentina, B. B. King lo consideró como uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos y lo bautizó “The Cheeseman”, ya que en una oportunidad Pappo lo agasajó con un queso argentino y un vino tinto.
Los Buitres, junto a Miguel Laise en batería, su primo tapicero, Tito Milanesa en voz y guitarra (Alberto La Rosa) y Beto en bajo y voz (Humberto E. Marinucci) fue su primera banda cuando tenía 16 años.
Luego integró Los Abuelos de la Nada, Engranaje, Los Gatos, Carlos Bisso y su Conexión N.º 5, Pappo y Hoy no es Hoy, Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll, Pappo’s Blues, Aeroblus, Riff, Manal, en Estados Unidos The Widowmakers, con Luis Alberto Spinetta hizo el álbum Spinettalandia y sus amigos. En 1983 participó en el álbum debut de V8 tocando el solo de “Hiena de Metal”.
Recibió el Premio Konex en tres oportunidades: en 1985 y en 1995 por instrumentista y conjunto de rock y en 2005 como solista de rock.
En su adolescencia, su cuarto era su búnker, pero compartido con su abuela y Liliana, su hermana, profesora de piano, que le prestaba los teclados mientras Pappo oía a Schubert, Liszt, Beethoven, Stravinsky y Bach, y ya reflexionaba sabiamente en voz alta: “Si vos querés hacer un curso forzado para que la música se introduzca en tu mente, a tu hijo que es adolescente y no quiere estudiar, capaz que te sale más de cien mil dólares el curso. A mí me salió prácticamente gratis porque la sala de música estaba en el dormitorio”.
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