Pablo Alarcón recordó el autógrafo que lo salvó de la muerte cuando la Triple A lo fue a buscar a su casa
El actor revivió en el programa de Andy Kustnesoff el día que la Triple A lo fue a buscar y su exilio en Italia
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A Pablo Alarcón actuar en telenovelas le salvó, literalmente, la vida. Así lo recordó en el estudio de PH, Podemos hablar, ante una de las consignas de Andy Kustnesoff, el conductor del ciclo de Telefe. El hecho ocurrió durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón, Isabelita, y por un momento el actor pensó que ese era el fin.
“Avancen al punto de encuentro los que pensaron que no vivirían para contarla”, fue la consigna que disparó Andy a sus invitados. Luego de dar un paso adelante, Alarcón relató su anécdota. “Antes del golpe de Videla, en el gobierno Peronista, vienen a casa a buscarme”, contextualizó, y explicó que se trataba de la Triple A. De inmediato, señaló que a quien buscaban era a Pablo Marabotto, su verdadero nombre, y no a Pablo Alarcón, como eligió llamarse en el mundo artístico. El episodio sucedió poco tiempo después del estreno de una película que había hecho en contra de la violencia.
“Estaban buscando al tipo ese, a Marabotto, y yo salgo con quien era mi esposa, Mónica Jouvet. ´Me vienen a buscar´, pensé, y vi dos Ford Falcon que se detienen en la puerta”, recordó el artista. Como no podían correr, la primera reacción fue entrar a la vivienda. “A los dos minutos, entraron cinco tipos, me pusieron contra la pared, me destrozaron la casa buscando la película y me pusieron la pata en la espalda a mi y a la que era mi mujer”, repasó, muy vívidamente, y contó que pensó que lo iban a matar.
“Acá termina todo”, recordó Alarcón que sintió en ese momento. “Luego uno me patea, me hace poner contra la pared y me grita:´¿cómo te llamás? Date vuelta´. Y yo digo mi nombre artístico. El tipo me mira y me dice ´¿vos no sos el que labura en la novela del 9?” Sí, le respondo. ´Uh, por dios, me equivoqué, muchacho”, repasó. “No te puedo hacer nada a vos, si vos sos el ídolo de mi mujer, el de la novela de las tres de la tarde”, relató Alarcón que le dijo uno de ellos, quien también reconoció a Jouvet.
Luego de pedirle perdón, el secuestrador le hizo una particular solicitud: “El tipo que me venía a matar me pidió un autógrafo. Me dan un beso en la mejilla y se van. Nos quedamos con Mónica llorando porque estábamos asustadísimos. Llorando. Y a los cinco días me fui del país”. Intrigado, Luciano Pereyra, otro de los invitados, le preguntó por el destino. “Italia”, respondió el actor, y contó que allí hizo “de todo” para sobrevivir, hasta convertirse en comerciante y vender en Plaza Navona.
El duro presente del actor
Sobre el final del programa, Alarcón no pudo contener las lágrimas al recordar el duro momento que vivió en medio de la pandemia por Covid-19. Sentado junto al resto de los invitados debajo del árbol en el que cada uno cuelga una foto y repasa un momento inolvidable, el actor decidió compartir un triste episodio que vivió hace poco tiempo. “A mi edad debo confesar que yo ya no necesito trabajar más, necesito ganar plata para vivir. Durante la pandemia pasé un momento crítico de dinero y entré no en una depresión porque no conozco esa emoción pero si me puso triste el no saber qué hacer”, repasó.
La emoción llegó cuando habló de sus seres más queridos. “Mis dos adorables hijas me ayudaron. Llegué a casa, me encontré con una cena, era todo muy normal y de pronto se miraron las dos y me abrazaron”. Con la voz entrecortada y los ojos llenos de lágrimas, Alarcón siguió luego de una pausa. “Juntos armamos lo que me mantuvo en pie durante toda la cuarentena: un espectáculo, que lo sigo haciendo hoy en día, que se llama El cocinero está frito. Estaba frito en ese momento y salí gracias a mis hijas”, completó.
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