Pablo Alarcón: “Pensé que me moría y me despedí de mis hijas”
El actor, que estuvo internado dos meses y medio, tuvo neumonía y lo operaron a corazón abierto, habló con LA NACIÓN sobre cómo se encuentra ahora y cómo va su recuperación
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Pablo Alarcón ya se está recuperando en su casa, luego de sufrir una neumonía y de someterse a una cirugía a corazón abierto. Estuvo internado durante dos meses y medio y el pasado miércoles, por fin, le dieron el alta. En una charla exclusiva con LA NACIÓN, el actor contó qué le pasó, dio detalles de su recuperación y dijo que tuvo miedo de morirse y se despidió de sus hijas. “Pensé que no la contaba, pero acá estoy”, se sinceró, muy emocionado.
Es una tarde de invierno fría, pero con sol. Antes de salir a caminar un ratito por su barrio, Chacarita, Alarcón recordó cómo empezó la pesadilla que tuvo un final feliz. “Un día me caí en la calle. Nunca en mi vida me había pasado. No me tropecé sino que estaba al lado de un árbol, me faltaron las fuerzas y me dejé caer, sentado. Me socorrieron los vecinos, me sentaron sobre una maceta, recuperé fuerzas y regresé a casa; estaba a dos cuadras”, detalla.
-¿Qué sentiste en ese momento?
-Me di cuenta de que era algo respiratorio, fui al médico, me dijeron que era una gripe fuerte y que hiciera reposo. Volví a casa y esa noche me sentí muy mal, llamé a una ambulancia y me llevaron al Tornú y me atendieron muy bien. Estos hospitales son un templo porque hay que trabajar en esas condiciones, con frío, sin los elementos necesarios, en edificios derruidos, mal mantenidos. Me dijeron que tenía una neumonía y algo más. Me fui al IMAC (Instituto Médico de Alta Complejidad), que es una clínica que tiene la obra social de actores y es la que tengo; la elegí cuando me jubilé. Es una clínica buena y muy completa; ya había estado internado una vez ahí. Me dijeron que tenía un problema en el corazón. Había tenido un episodio hace como diez años y tenía stents.
-Y ahí te operaron...
-Y me operaron. Pero primero tuvo que pasar la neumonía para poder operarme a corazón abierto y después se complicó con un virus intrahospitalario. Estuve internado dos meses y medio. Yo pensé que quedaba ahí.
-¿Pensaste que te morías?
-Sí, porque fue una operación a corazón abierto y pensé: “a lo mejor todo termina acá”. Hablé con mis hijas, Antonella y Agostina, con la madre (la actriz Claribel Medina), les dije dónde estaban los papeles, las llaves del auto, de la casa. Pensé que no la contaba y acá estoy.
-Te despediste...
-Sí, me despedí porque pensé que quizá terminaba todo ahí. Claribel y mis hijas estuvieron muy cerca, me sentí acompañado por ellas y por mis amigos. Antonella, mi hija mayor, me visitaba todos los días y Agostina, mi hija menor, vino de Miami, que es la ciudad en la que vive. Yo no quería que venga porque pensaba que iba a verme morir y para qué, pero quiso venir y me hizo bien. Venían las tres todos los días a verme y acá estoy.
-¿Estuviste en coma?
-Sí, pero unas horas nada más. Me dijeron que tenía muy buena recuperación porque hay gente que está dos o tres días. “Sos un Superman”, me dijeron.
-¿Y te sentís un Superman?
-Esto es algo más de lo mucho que me pasó en la vida. Me apuntaron con un fusil, me cagaron a patadas, me echaron, tuve enfermedades. Me han pasado cosas. Y esta fue una más.
-¿Qué sentiste cuando te dieron el alta?
-Mucha emoción. Salí y vine a casa, que es un PH y para poder subir las escaleras mi hija tuvo que empujarme porque no tenía fuerzas. Me senté un rato y a las dos horas quise salir. Mi hija no quería, pero yo tenía ganas de dar una vuelta y tomar un café. Bajar fue fácil, caminé dos cuadras, tomé un cafecito, volví y no podía subir la escalera. Por suerte me ayudó José, un vecino albañil, que vive al lado de casa. Hace años que vivo en Chacarita, los vecinos me conocen todos y casi hicieron una fiesta cuando volví; salían de sus casas a saludarme, fue maravilloso. Así que José me ayudó a subir y ahora salgo todos los días, hago dos cuadras, tres, cuatro. De a poco voy a volver a caminar la hora que caminaba antes todos los días.
-¿Vivís solo?
-Vivo solo. No sabía cómo me iba a arreglar, pensaba en cómo acostarme, por ejemplo. Porque te abren el esternón con una sierra y te lo atan con alambre después. El médico Adriano Malusardi se portó muy bien, venía a verme, conversaba, se sentaba al lado de mi cama. Y ahora me llama para saber cómo estoy. Un tipo bárbaro.
-¿Y cómo estás?
-Estoy bien, me siento bien. Fue muy emocionante salir después de dos meses y medio en el sanatorio.
-¿Vas a cambiar algún hábito después de lo sucedido?
-No, porque soy un tipo muy prolijo con las comidas, camino todos los días una hora. Y ahora aprovecho las horas de sol para salir un rato.
-¿Vas a tomarte un tiempo antes de volver a trabajar?
-No. La semana que viene tengo que grabar tres escenas para una miniserie para Disney. Se pospusieron y ahora ya puedo hacerlas. Además, tuve una reunión de trabajo para un proyecto nuevo y en estos días empiezo los ensayos de una obra de teatro.
-Hay Pablo Alarcón para rato entonces...
-No sé si para rato, pero sí para un poco más...
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