Osvaldo Santoro: artista multifacético, fanático de Racing y promotor del diálogo
El actor regresa a la televisión, pero ahora en calidad de vicepresidente de Radio y Televisión Argentina (RTA), que se encarga de la administración de los medios de comunicación estatales; será el segundo de Rosario Lufrano
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A los 73 años, Osvaldo Santoro llega por primera vez en su vida a un cargo de elevada responsabilidad dentro de los medios públicos. Regresa a la televisión, el lugar que ayudó como ningún otro a que su rostro se hiciera muy familiar para el gran público, pero ahora lejos de las luces, las cámaras, los ensayos y todos los compromisos que identifican a su vocación de toda la vida, la de actuar.
Ahora le tocará aportar en su nueva función toda la experiencia acumulada en largas décadas de trabajo como actor y otras facetas quizás menos conocidas. Por un lado, Santoro lleva muchos años como prosecretario de la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (Sagai), entidad que se ocupa de administrar los derechos de propiedad intelectual de actores, bailarines y encargados de doblaje. Por el otro, entre 2014 y 2018, cumplió un mandato completo como concejal en el partido bonaerense de Tres de Febrero. Esa experiencia política también debe haberse tenido en cuenta para su flamante designación.
Santoro es un hombre de modales afables, hábitos austeros en su vida cotidiana y una extraordinaria disciplina laboral. Quienes lo conocen destacan por sobre todas las cosas su actitud natural de acercamiento, encuentro y diálogo con personas de todas las posturas y miradas ideológicas. “Yo no creo en la grieta. Es un lugar muy cómodo para muchos”, dijo no hace mucho.
Con una sonrisa, siempre reconocerá que su única postura irreductible tiene que ver con el fútbol, una de sus grandes pasiones. Hincha fanático de Racing, deja a la vista en las redes sociales (sobre todo en Twitter, donde se lo observa muy activo) todos sus estados de ánimo cada vez que juega el club de sus amores.
En Twitter también es fácil encontrar la mirada de Santoro sobre la actualidad y sus puntos de vista sobre cuestiones políticas, artísticas y culturales, que siempre tienen como referencia y eje su identificación de toda la vida con el peronismo. Dice siempre que tomó de su padre sindicalista, además de esa bandera ideológica, una vocación muy temprana por la inclusión social y las necesidades laborales y asistenciales de sus colegas.
Santoro egresó en 1974 de la Escuela Nacional de Arte Dramático junto a Jorge Marrale, con quien después se unió en varios proyectos artísticos, una escuela de formación para actores y la conducción de Sagai. Pasó por la Comedia Nacional Argentina y luego se sumó al elenco estable del Teatro San Martín, punto de partida de una carrera muy destacada que mantuvo su vigencia hasta hoy. Su amplísima trayectoria va desde el recordado Cyrano de Bergerac que compartió con Ernesto Bianco hasta La ceremonia, Porteños, El placard y La prueba, muestras de su extraordinaria versatilidad como intérprete.
En cine lo vimos junto a Federico Luppi en Lugares comunes (de Adolfo Aristarain) y en Séptimo, con Ricardo Darín, además de apariciones en films independientes. Y en TV su presencia se hizo muy familiar en varias tiras de Polka (de RR DT y Culpables a Gasoleros y Campeones de la vida), además de aparecer en Los simuladores, Costumbres argentinas y un sinnúmero de telenovelas, miniseries, unitarios y comedias costumbristas. Su última aparición destacada estuvo justamente en la TV Pública, en uno de los papeles más importantes de la única temporada de Cuéntame cómo pasó, donde interpretó a un abogado de extracción radical.
Muchos lo recuerdan todavía por su primer papel televisivo exitoso, el del comisario Chiappe en Poliladron. También lo escucharon hablar mucho en los últimos tiempos sobre la necesidad de estimular la producción local de contenidos audiovisuales (sobre todo para la TV) y la crítica a quienes desde los canales prefieren programar producciones extranjeras de las mismas características. Pocos todavía saben que también dedica mucho tiempo y entusiasmo a la literatura. Tiene escrita una novela (Cementerio de caracoles) y varios cuentos todavía inéditos.
Su primer hogar estuvo en la muy porteña esquina de Combate de los Pozos y la avenida Independencia, pero desde chico vivió en la zona oeste del Gran Buenos Aires y desde hace cuatro décadas convirtió a la localidad de Caseros en su lugar definitivo en el mundo. A principios de este año su casa en Tres de Febrero apareció en todas las crónicas policiales después de un tiroteo con ladrones que intentaron robarla cuando el actor y su esposa estaban de vacaciones.
Santoro ahora llega a la vicepresidencia de Radio y Televisión Argentina después de haber estado muy cerca de ocupar la agregaduría cultural de la embajada argentina en Italia. Ahora va a ocupar uno de los despachos más importantes de Figueroa Alcorta y Tagle. Lo primero que escucharon quienes van a trabajar con él es que aspira a una gestión “plural, amplia y que pueda ante todo darle mucho trabajo a nuestros compañeros del ambiente artístico”.
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