Orlando Carrió, el galán codiciado que se fue a México en busca de oportunidades y murió muy joven, a seis días de haberse casado
Inició su carrera cuando tenía 26 años y cuando los trabajos empezaron a escasear en nuestro país decidió buscar nuevos rumbos por otras tierras; le diagnosticaron una grave enfermedad en 2001 y en 2002 falleció
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Orlando Carrió tenía 26 años cuando debutó en Aprender a vivir y pronto se convirtió en un galán codiciado que participó de 18 novelas entre los 80 y 90. Pero el trabajo mermó y decidió buscar un nuevo destino en México, donde falleció el 26 de mayo de 2002, a los 46 años, víctima de un cáncer. Ya en los meses finales, dijo en una entrevista: “Sólo quiero llegar al paraíso porque perdí la batalla contra la muerte”.
Había nacido en La Plata el 5 de agosto de 1955 con el nombre de Orlando Aníbal Carrió Vicidomini, que acortó cuando debutó en televisión, por consejo de un productor. Estudió teatro en su ciudad natal y recaló en Buenos Aires para hacer algunos castings. Tuvo suerte y se sumó a la novela Aprender a vivir, que se emitía en Canal 9 y fue un semillero de grandes actores como Héctor Calori, Luis Luque, Marita Ballesteros, Aldo Pastur, Gustavo Garzón y Marina Skell. A partir de entonces las novelas marcaron su camino y pocos fueron los trabajos que hizo fuera de ese género.
Hizo Cara a Cara, Yolanda Luján, Entre el amor y el poder, Los ángeles no lloran, Rebelde, De carne somos, El pulpo negro, Duro como la roca como el cristal, Me niego a perder. Convocado por Televisa, viajó a México y estuvo dos años en los que trabajó en Mi pequeña Soledad, Madres egoístas y Las secretas intenciones.
En su vuelta a nuestro país le costó encontrar una oportunidad que finalmente llegó en 1995 con la novela Dulce Ana, que protagonizó en Canal 9 con Patricia Palmer, quien le confió a LA NACION: “Tuve el enorme placer de trabajar con Orlando, a quien recuerdo con todo cariño. Tuve el placer también de elegirlo en un casting junto a Alejandro Romay y tener dos años de trabajo juntos. Me acuerdo que viajamos a Europa porque en ese momento las novelas tenían la suerte de hacer exteriores en Europa (risas). Era un excelente compañero, hermoso, cantaba tangos, muy lindo. Después hicimos, además, un unitario. Lo conocí mucho y tengo el mejor recuerdo de él. Gran persona”.
En televisión también hizo Los herederos del poder, Ricos y famosos y Señoras sin señores. En teatro, se destacó en Taxi a Bagdad y Llave para dos. Y en cine participó de El caso Matías y La virgen gaucha.
Con Aldo Pastur compartió varios trabajos y el actor lo recuerda con calidez: “Trabajamos juntos varias veces y creo que uno de sus primeros trabajos fue como contrafigura mía en No es un juego vivir. También eran mis primeros trabajos y encontramos un punto en común: charlábamos mucho. Fuimos grandes compañeros y lo recuerdo con mucho afecto. Era un tipo muy simpático, cordial y divertido. Era un placer trabajar con él. Excelente compañero”, aseguró a LA NACION.
Pablo Alarcón también lo rememora con afecto: “Hicimos dos novelas. Era muy profesional, muy serio, absolutamente correcto, muy buen mozo. Y cuando se fue a México no me asombró que le haya ido bien. Se suponía que un tipo joven, pintón, podía tener cabida en un mercado tan bueno como el mexicano. Lamenté mucho su muerte, aunque no éramos amigos, pero sí buenos compañeros. Lo recuerdo con mucho cariño”.
Judith Gabbani, que compartió varios trabajos con Carrió, sumó: “Era muy buen mozo y gran actor. Hicimos varias cosas juntos y lo recuerdo especialmente en la novela Cara a cara porque era uno de los primeros trabajos para ambos. Estábamos muchas horas en el estudio así que conversábamos bastante. Una gran persona, y una pena que se haya ido tan joven”.
Rumbo a tierra azteca
En 1998 sintió que no tenía las suficientes oportunidades de trabajo y emigró a México, donde hizo tres novelas de Televisa, productora para la que ya había trabajado en 1990 junto a Verónica Castro. Estuvo en Mi destino eres tú y Sin pecado concebido. Durante las grabaciones de esta novela le diagnosticaron cáncer de pulmón, en abril de 2001. Para ese entonces ya se había nacionalizado mexicano y se había enamorado de la actriz Luz Antonia González, con quien había empezado a convivir.
Luego de un tratamiento mejoró y volvió a trabajar. En las entrevistas de ese momento decía: “Volví a nacer porque sí estaba prácticamente muerto. Ahora los médicos me han confirmado que he superado el mal, pero tengo que estar bajo vigilancia médica. En verdad que sí estuve cerca”.
En 2002 empezó a grabar la novela Así son ellas, pero su salud empeoró y debió dejarla. Cuando supo que su pronóstico de salud era malo, Carrió le pidió a su novia que se casaran. Ella misma lo contó en ese momento en medios mexicanos: “Fuimos novios durante un año y medio y me pidió que nos casáramos porque ya sabía que había perdido la batalla contra el cáncer y dijo que habíamos perdido tiempo muy valioso”. Lo hicieron el 20 de mayo y murió seis días después. Su último deseo fue que esparcieran sus cenizas en el mar, frete a la ciudad de Acapulco.
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