Nicolás Scarpino: su vida en España, su historia de amor “a primera vista” y por qué puso en pausa su deseo de ser padre
Tras recibir un llamado para hacer teatro en Europa, el actor y su pareja, Sergio Paglini, alquilaron su casa de Buenos Aires, consiguieron departamento en Madrid y se lanzaron a la aventura
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Nicolás Scarpino decidió probar suerte en España, a donde fue cuando lo convocaron para hacer un unipersonal, hace poco más de un año. Alquiló su casa de Buenos Aires primero y luego se acomodó en un departamento en Madrid junto a su pareja desde hace 13 años, Sergio Paglini, también actor. En una charla con LA NACION, el actor cuenta cómo se siente atravesando esta experiencia, dice que su ideal sería ir y venir entre ambos países, habla de proyectos y también del amor de su vida y de la posibilidad de ser padre.
-¿Cómo se dio la oportunidad de trabajar en España?
-Hace veinte años estuve trabajando tres meses en Barcelona y seis en Madrid, con Confesiones del pene. Era chico, cumplí los 30 en España, era la primera vez que venía a Europa y pensé que sería bueno tener la oportunidad de trabajar durante un tiempo largo acá. Pero no se dio en ese momento, volví a Buenos Aires y continué haciendo una carrera preciosa, a mi humilde manera de ver. Me quedó dando vueltas ese deseo y cuando conocí a Sergio conversamos sobre el tema. Él no conocía Europa y pensamos que estaría bueno la experiencia de vivir y trabajar acá. Pero queríamos que se diera naturalmente y sucedió con el unipersonal La cápsula, para el que me convocaron en agosto de 2021 y con el que estuvimos en el Festival de Teatro de Tenerife, después una temporada corta en Madrid. También hicimos el Festival de la Hispanidad, con una función en el Teatro El Escorial.
-¿Y se quedaron?
-No. Tuvimos que volver a Buenos Aires por algunos compromisos puntuales y una operación que le hicieron a mi mamá. Estuvimos a principios de año, hasta abril, y nos volvimos a Madrid. Sergio empezó a tener su vuelo propio, trabajó como asistente de dirección y producción del infantil La granja de Zenón, recorrió España con ese espectáculo y actualmente es broker inmobiliario. Está re contento porque lo prepararon y le va muy bien. Y yo estoy feliz porque siento que lo acompaño en su propio crecimiento.
-¿Vos que hiciste en estos meses?
-Participé de la serie Los galgos, que se estrena el año que viene, con Adriana Ozores y Oscar Martínez. Y hay algunos proyectos dando vueltas acá y en la Argentina, porque está la posibilidad de hacer Chicago en mayo de 2023, con producción de Ariel Diwan. Me interesa porque es una obra preciosa, que me conmueve.
-¿Tu idea es ir y venir, entonces?
-Me encantaría que suceda, que se de así. Nada es premeditado y vamos fluyendo según lo que la vida nos propone.
-Entonces no te fuiste enojado con el país...
-No, no nos fuimos enojados, fue una elección. La idea fue probar nuevas experiencias, aceptar desafíos y estar abiertos a las propuestas. Me gustaría ir y volver porque allá están mis padres. Mi hermana vive en Londres y pronto nos juntamos todos porque el 1 de diciembre cumplo los 50 y mis padres vienen a pasar unas semanas acá.
-¿Te sentís como en casa o cuesta adaptarse?
-Sí, nos sentimos cómodos. Ya tenía amigos y ahora tenemos más. Los argentinos tenemos un lazo muy fuerte con España y se nota. Extrañamos los afectos, los encuentros, los amigos, la familia. Y, salvando las distancias, es como estar en Argentina, pero todo funciona. De alguna manera, siento que esta es la historia que tenemos que contar.
-¿Cómo estás plantado en tus primeros 50?
-Hermoso por lo que la vida me regala. No puedo quejarme. Obviamente, a todos nos pasan cosas no tan lindas, pero hoy estoy acá con mi pareja, viéndolo crecer y eso me da mucha alegría. Y yo nunca paré de trabajar.
-Arrancaste cuando tenías 7 años, en Cantaniño. ¿Nunca paraste?
-No, nunca paré. Con la actuación nos elegimos mutuamente, fue una simbiosis.
-¿Cuándo fuiste consciente de que era el camino que vos elegías?
-Creo que de chiquito fue inconsciente, pero algo me llevaba por el camino artístico. Y ya en mi adolescencia iba yo solo a los castings y me anotaba en agencias de publicidad. A los 14 años filmé mi primer aviso publicitario y le siguieron cincuenta más. Hice ficciones, teatro, cine, cientos de personajes diferentes. Hace tiempo que no hago novelas y me parece que sería interesante que nuestra televisión diera un giro importante, aunque entiendo que nuestra economía es dispar y es difícil hacer ficción. Cuando me empecé a desarrollar mucho en el teatro, no me preocupaba hacer ficción. Por otra parte, la pandemia fue un sopapo que sufrió la humanidad y la actividad artística estuvo golpeada por todos los costados.
-¿Tenías ahorros o debiste trabajar de alguna otra cosa?
-No tuve esa necesidad. Siempre me gané la vida como actor. También en España, porque tenemos nuestra casa en Buenos Aires y la alquilamos y con eso nosotros alquilamos un departamento en Madrid. La idea es entregarnos a la aventura. No tenemos nada premeditado, intentamos no ponernos obstáculos en el camino y además gozamos de esa independencia porque somos Sergio y yo y al no tener una familia podemos seguir volando.
-¿Alguna vez pensaron en tener hijos?
- Lo hemos pensado, sí. Hubo un momento en el que, de verdad, tuvimos un deseo enorme y nos pusimos en campaña para ver cómo avanzar. La pandemia nos frenó un poco, surgió esta posibilidad de venir a España y eso volvió a postergarse. A veces no sabés bien de qué vereda mirarlo y si es un ‘sigan para adelante que en algún momento se va a dar’ o no, y es ‘hasta acá porque si bien lo intentaron no se pudo dar’.
-¿Pero habían decidido adoptar o subrogar un vientre?
-No, porque también pasaron muchas cosas en relación a eso. Si vas por la adopción, hay sentimientos encontrados con gente que logró adoptar un niño y dice que no es tan fácil como a veces se lo plantea, porque hay una enorme burocracia. Y en cuanto a vientre subrogado hay un vacío legal muy grande acá, y hacerlo en otro país es muy caro, inviable para nosotros. Es un tema que quedó stand by por ahora. Por otra parte, Sergio es más joven, pero yo tengo 50. Y en medio de esta aventura hermosa que estamos viviendo, queremos tener un panorama más equilibrado para no dar pasos en falso. Y ahí está la responsabilidad del deseo de ser padres.
-Hace 13 años que están juntos, ¿cómo nació la historia de amor con Sergio?
-Nos conocimos en el 2009, cuando fui a ver Las déspotas, en el teatro Broadway. Trabajaba Emiliano Rella, que es amigo. Me invitó a ver la obra y me demoré porque yo estaba haciendo gira con Facundo Arana. Tenía pocos días libres y me daba fiaca ir al teatro. Hasta que un día fui y vi a Sergio sobre el escenario y ahí me enamoré perdidamente. No sabía qué hacer con eso que me estaba pasando, porque nunca fui extrovertido en el amor. Cuando terminó el espectáculo le pedí a Emiliano que me ayudara a conocerlo (ríe) y me sumé a la comida del elenco. Esa noche charlamos un montón.
-¿También le gustaste o tuviste que conquistarlo?
- Le gusté, me parece. Pero lo mío fue amor a primera vista. Quería casarme ya (ríe). Sergio fue más con pie de plomo. Es una historia de amor que seguimos contando con mucha alegría. Lo nuestro es como una burbuja y es hermoso lo que nos pasa. Nos casamos el 4 de septiembre de 2015. No todo es color de rosa y tenemos discusiones, por supuesto, pero nos llevan a lugares mejores. Nos seguimos eligiendo y nos atrevemos a la aventura. Es un amor generoso.
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