Nicolás Occhiato: el éxito de Luzu TV, los cambios en el consumo de medios y por qué considera que la televisión “no va a morir”
El joven que pasó de participar en ciclos como Combate a conducir programas de entretenimientos y fundar un exitoso canal en YouTube, dialogó con LA NACION sobre las nuevas audiencias y la forma de conectar con ellas
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PINAMAR - Nicolás Occhiato abre la puerta de la casa que alquila en Pinamar junto a sus compañeros de Nadie dice nada, el programa que se transmiten en vivo a través del canal de YouTube de Luzu TV. Él lleva puesta una remera blanca oversize, shorts largos y anchos y zapatillas deportivas. Adentro, un compañero suyo trabaja con la computadora en una galería que da al parque y una chica lee un libro relajada sobre el pasto. Esta atmósfera, en parte, explica el éxito del proyecto: “Somos una especie de grupo de amigos que cuenta experiencias y cosas que nos pasan. Todo parte desde un lugar muy genuino y creo que la gente se siente parte de todas las charlas”.
Para el que no lo conoce, Luzu TV es un nuevo medio de comunicación, un streaming en vivo, una radio con cámaras y una producción ágil que trabaja con la exigencia de la televisión. Nació en 2021 y en tiempo récord se convirtió en una de las arenas en donde se debaten los tópicos que interpelan a un público joven. Dentro de ese nuevo medio, Occhiato, de 30 años, comparte su programa junto a Florencia Jazmín Peña, Nati Jota y Nacho Elizalde. Mientras que en otros programas de la grilla hay otras figuras de diversos ámbitos, como Diego Leuco, Grego Rossello y Micaela Vázquez, entre otros.
“La tele sigue marcando agenda y es el medio más masivo, pero el público que la consume en vivo, según los estudios, tiene, en promedio, 70 años. En el streaming, tal vez la búsqueda no está tan centrada en los números del vivo, sino en cortar clips del programa que luego se circulen en redes”, analiza Occhiato.
Luzu viene de Villa Luzuriaga, la ciudad matancera donde Occhiato creció. Allí, al terminar el secundario, repartió panes junto a su tío, luego se dedicó a entregar los materiales de construcción que se vendían en el corralón de su padre, hasta que empezó a estudiar derecho y consiguió un empleo en el área de legales de un bingo.
“Una tarde que había faltado a la facultad de casualidad enganché el programa Combate. Vi que estaban convocando a nuevos participantes, mandé dos fotos mías y me llamaron. Cuando llegué al casting había una fila de tres cuadras, no es que me habían convocado solo a mí, me quería morir”, cuenta Occhiato entre risas. Sin embargo, aquella prueba fue superada y ahí él entró, por primera vez, al mundo de la televisión. En Combate, asegura, aprendió “muchísimo”.
Su carrera fluyó, pasó por varios proyectos televisivos, incluyendo el “Bailando por un sueño”, en 2019, competencia que ganó junto a Jazmín Flor Peña, su compañera. Hasta que en 2021, mientras trabajaba en Canal 9 en un programa que se llamaba Todo puede pasar, lo invadió una pregunta que atraviesa a buena parte de los comunicadores que tienen la edad de Occhiato: “Me preguntaba a quién le quería hablar, porque, por ejemplo, mis amigos no veían el programa. Al principio, en Todo puede pasar no nos iba bien y yo me ponía muy mal por el rating. Pero cuando empezamos a levantar, que fue porque salíamos a la calle y agarrábamos a personas que contaban chistes, me empecé a dar cuenta que lo que a mí me causaba risa, no rendía, mientras que si poníamos a un humorista más tradicional, sí rendía. Eso es por el público que ve la tele. Pero a mí no me causaba risa lo que hacíamos y sentía que no estaba siendo genuino”, describe Occhiato.
Entonces empezó a estudiar las distintas plataformas digitales. Llegó a la conclusión de que en Twitch había, sobre todo, una comunidad aún más joven que él, entonces YouTube le pareció la plataforma ideal. “No me veía haciendo un laburo de youtuber, sino que yo quería conducir y producir a otros, que es lo que más me divierte. Entonces le cambié el nombre a mi canal de YouTube y le puse Luzu Tv. Le conté del proyecto a Nati y a Flor, porque para mí ellas son dos personas que piensan muy distinto y pensaba que conmigo en el medio podían salir charlas muy ricas”, argumenta Occhiato.
Ahí Occhiato entró en un mundo muy diferente a la televisión, no solo por el lenguaje y el público que lo consume, sino también por los objetivos que persiguen, en donde la vara con la que se mide el éxito de un programa no es solo el número de personas que lo ven en vivo, sino la repercusión en las redes. De hecho, todo el equipo ya era muy popular en las redes sociales, aunque Occhiato señala que, en su experiencia, no es sencillo traccionar seguidores de una plataforma a otra.
“Es difícil que un influencer traspase su comunidad a otra plataforma. Hay casos, pero son pocos. Lo que predomina es el contenido y a partir de ahí arrancas a construir una nueva comunidad en la plataforma que estés usando. En el streaming, a diferencia de la tele, podés mantener un programa más allá de los números. En lo nuestro, por más que al principio no tengas mucha gente en el vivo, hay que pensar en lo que va a dar vueltas después en redes, para que luego la gente te quiera consumir en vivo. Si yo saco por programa tres clips virales, para mí ese programa fue un éxito. Igual esto cambia todo el tiempo y yo todavía estoy aprendiendo”, resalta Occhiato.
Que la audiencia se sienta identificada
¿Qué hace a un clip viral? Para Occhiato, el contenido tiene que generar cierto magnetismo, ya sea porque el usuario se siente identificado con el tema o por la calidad del relato. “Uno tiene que ver el clip y decir ‘esto se lo voy a mandar a tal porque me identifica’. Otro factor que atrapa es la sorpresa, como una buena anécdota. En esos casos, no solo es importante cómo lo contás, sino también la edición. Pero no hay una fórmula para que algo fluya en redes, aunque sí hay cierto olfato de decir esto va y esto no, pero lo bueno es que no perdés nada, si no funciona mañana intentás de vuelta. En cambio, en la tele si no funciona es complicado”, opina Occhiato.
Y por esa segunda vida que tiene el contenido en redes sociales, Occhiato cree que programas como Gran Hermano hoy tienen semejante repercusión. “GH es de los mejores formatos de la historia de la televisión. Pero con esta edición, se agrega la posibilidad de que cualquiera tome un corto y lo suba a Tik Tok, cuando antes tenías que ver la gala o la casa en vivo. De todos modos, los números que logra GH son fenomenales, por eso para mí la tele sigue siendo por lejos el medio más masivo y no va a morir, como algunos dicen. En la televisión hay un nivel de shows que todavía en el streaming no existen, por eso creo que aún conserva un valor muy grande”, afirma Occhiato, que en la actualidad aún conserva su lugar en el programa El último pasajero, que se emite por Telefe.
Para este año, Luzu TV va a extender su grilla de programas. “Hablé con varias figuras, la idea es ampliar la programación y agregar algunos programas de nicho. También me gusta explorar perfiles que aún no explotaron y ayudarlos en ese sentido”, concluye Occhiato.
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