Nicolás García Hume: por qué se mudó a nuestro país, el amor no correspondido que lo ayudó a encontrar su profesión y la actriz argentina que conquistó su corazón
El actor de El Reino y La 1-5/18 conversó con LA NACIÓN acerca de su vida y dio detalles de su nuevo proyecto para el streaming, la serie Gamer
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De espíritu curioso, Nico García Hume llegó a nuestro país hace 13 años, con la idea de insertarse en el mundo del espectáculo. Nacido en Asunción, Paraguay, donde la industria del entretenimiento era todavía muy pequeña, enseguida se sintió como en casa y comenzó a trabajar. Hizo novelas como La leona y La 1-5-18, series como El Tigre Verón, El hincha, El reino, y ahora protagoniza Gamer, que se verá en Flow On Demand, a partir del 4 de mayo.
En diálogo con LA NACION, el actor cuenta cómo se siente en nuestro país, dice que ama la vida nómade y revela que es actor de pura casualidad y gracias a un amor de juventud no correspondido. También confirma que está en pareja con la actriz Bárbara Lombardo, aunque evita dar detalles, y se reconoce fan de la astrología, tanto que cada día chequea dónde tiene la luna en su carta natal.
-¿La película 7 cajas te abrió las puertas para trabajar fuera de Paraguay?
-Soy actor hace 20 años y en Paraguay hice tiras, películas, series, teatro. Trabajé 10 años antes de mudarme a Buenos Aires y lo hice antes de que se estrenara 7 cajas.
-¿Por qué?
-Porque tenía curiosidad y ganas de descubrir nuevas cosas. Quería venir a Buenos Aires y trabajar, porque en Paraguay la industria es mucho más chica y recién ahora está empezando a crecer. Venir a la Argentina era muy atractivo porque hay mucha variedad de teatro y tantas cosas por descubrir. Me mudé en el 2010 y me quedé. Por suerte tuve trabajo rápido; lo primero que hice fue una serie que se llamaba Jorge, para la TV Pública. Y desde ahí no paré, hice muchos trabajos y estoy muy contento con lo sucedido. Además, siempre pude trabajar en la industria.
-¿Te costó insertarse en una sociedad nueva, con una idiosincrasia diferente?
-Yo soy Acuario con luna en Piscis y eso me ayudó (risas). Soy bastante caradura y romántico con respecto a la inclusión de todos los artistas en el mundo. Me parece que somos habitantes del planeta y no sé si soy tan patriota como para defender la yerba mate a muerte, y creo que eso me llevó a ser abierto a lo que sucede. Tengo amigos muy queridos aquí que son casi familia y la pasé bien desde el primer día. Y a Paraguay vuelvo porque tengo hermanos, amigos; mi mamá ya no está y mi viejo vive en Brasil. Pero voy y vengo porque siempre tengo proyectos allá, intento impulsar la industria, y trato de ser punta de lanza en lo que sea, en proyectos y haciendo lobby para que se agilicen las cosas en el instituto de cine de Paraguay. Voy y vengo todo el tiempo.
-¿Tenés proyectos allá este año?
-Ahora me voy a Misiones a grabar una serie. Es un proyecto de amigos y vamos a rodar en Posadas, Oberá y en El Soberbio, donde hice una de mis primeras películas en la Argentina. Bellísimo lugar. Y después vuelvo y me voy a Paraguay a filmar. Así estoy.
-¿Te gusta esta vida nómade?
-Sí, y es lo que me toca. Por otra parte, también estoy empezando a ensayar una obra de teatro que se va a estrenar hacia finales de año en el Complejo La Plaza, con Carla Peterson, Marco Antonio Caponi, y un hermoso elenco. No puedo contar más, pero estoy muy contento.
-No tenés posibilidades de extrañar, entonces…
-Estamos muy cerca, apenas a una hora y media de avión, y voy mucho a Asunción. Hace 12 años que estoy acá y estoy muy acostumbrado a las videollamadas (risas).
-¿Por qué decidiste ser actor?
-A los 21 años me fui detrás de una chica que me gustaba, a una clase de teatro. Nunca pasó nada con ella, que dejó las clases, pero yo me enamoré perdidamente de la actuación. Entonces, el amor no fue con la chica, sino con el teatro (risas). Hasta ese momento estaba un poco en la búsqueda, porque hice un curso de medicina para ingresar a la Universidad Nacional, luego hice un año de Derecho, y estudié marketing y publicidad, y ahí descubrí el teatro. En ese momento no me pareció muy posible vivir de la actuación, porque en Paraguay casi no existía una industria y los actores que no vivían cien por ciento de eso, a diferencia de Argentina. Pero siempre tuve fe en que lo que decidí hacer me iba a mantener con vida… Y estoy vivo.
-Contabas que sos Acuario con luna en Piscis, ¿te interesa la astrología?
-Mucho, soy astro fan. Soy muy curioso, leo mucho, investigo. Soy un poco así en la vida, porque me gusta cocinar y me interesé en aprender, me gusta el ajedrez y también me compré libros para saber, estudié el calendario maya. Soy un gran curioso y creo que es ese mi súper poder. Y además mi mamá me hacía hacer de todo. También como acuariano me aburría rápido y entonces iba saltando de un lugar a otro.
-¿Usás tus conocimientos astrológicos para tu vida diaria?
-Si, totalmente. Cada día me fijo donde tengo la luna, por ejemplo. Es interesante.
-Hace poco blanqueaste tu relación con la actriz Bárbara Lombardo, ¿siguen juntos?
-(Risas) ¡No blanqueamos nada! Pero estamos… Estoy bien.
Un gamer de antaño
Nicolás García Hume es uno de los protagonistas de Gamer, la serie de Flow que estará disponible On Demand a partir del 4 de mayo. Con dirección de Jonathan Barg y producción general por Leandro Vital, está protagonizada también por Charo López, Rocío Hernández, Yamila Ostrower, Franciso Bereny y Martín Slipak. En sus 8 episodios, esta comedia habla del choque generacional entre Oscar, una exleyenda de los videojuegos que intenta recuperar la gloria de sus años dorados, y los Warriors, su nuevo equipo de gaming formado por chicos que podrían ser sus hijos. “Hay algo muy lindo que pasa en la serie y es el choque generacional entre los que nacimos en los ‘80 o antes, con los jóvenes de hoy. Sucedía eso en el rodaje, en la vida real, llevarlo a un guion es muy interesante y funciona bien”, cuenta García Hume.
-¿Te atraían los videojuegos?
-De chico me gustaba jugar, pero con consola y no en línea ni en grupo, como se estila ahora. Siempre me sedujo mucho el mundo del gaming, y todo ese comienzo del metaverso. En esta época ya existen los mundos virtuales, pero cuando yo era adolescente eran mini mundos que veías en tu pantalla. Y salir de tu propio mundo y meterte en esa pantallita era casi terapéutico y al mismo tiempo traumático. Cuando me llamaron para hacer Gamer dije que sí casi inmediatamente porque me gustó el elenco, la historia y la gente involucrada.
-¿Cómo fue la experiencia de grabar con actores jóvenes?
-Ya había trabajado con Charo López y Martín Slipak, y son artistas que admiro mucho. Entonces reencontrarme con ellos en una comedia fue genial. Y con los chicos pegamos onda desde el primer día y se armó una sinergia muy linda. Un poco sucedió lo mismo que en la ficción, esto de “el viejo que es nuestro amigo” (risas). Fue genial ver el mundo a través de los ojos de ellos. Creo que todo lo sucedido se ve en la pantalla y suma mucho. La buena onda con la gente hizo llevadero el trabajo porque eran muchas horas de filmación en lugares chicos y si bien estábamos cómodos, el equipo era grande y teníamos que estar todos muy atentos. Además, pudimos ir a un mundial de gaming que se hizo aquí el año pasado y vimos cómo era la realidad de nuestra ficción y me deslumbró lo que sucede porque son estadios llenos con dos equipos de cinco chicos y todos gritan sus nicknames. En mi época esto no existía, sino que devino con la banda ancha y ahora cada uno en su casa, jugando con gente de todo el mundo, hablando en distintos idiomas. Antes nos juntábamos en locutorios a jugar online.
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